D. P.
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Miguel Ángel Revilla, este miércoles, llorando a moco tendido en el programa ‘Y ahora Sonsoles’, ha pedido al rey emérito, Juan Carlos I, que acuda al acto de conciliación. “Me gustaría que viniese. Sería un detalle por su parte, ya que se ha permitido demandar a un ciudadano de a pie. Y que me explique las razones y que trate de convencerme si he hecho algo mal. Y si me convence, le pediré disculpas”, ha reconocido.

Eso sí, para Miguel Ángel Revilla, el rey emérito ha acabado con su aureola. “Ha perdido lo que me hacía estar orgulloso de él”. “Yo pago impuestos en mi país. Eso es ser patriota. Él ya no los paga”, reconocía. “Esto no se lo deseo a nadie. Me ha afectado, sobre todo por mi familia. Han estado llamando a mi mujer, a mis hijas... Que me pregunten a mí, que yo doy la cara”.

Y ha explicado cómo ha vivido estas últimas horas tras la demanda del Emérito. “Estaba con mi mujer en Vitoria, porque iba a hacer un cameo en una película donde tengo que casar a unos novios, y entonces mi mujer me enseñó un móvil y me soltó la bomba. Le tuve que decir a Resines que no tenía ánimo para casar a nadie. Le dije: ‘Me acaban de decir que Juan Carlos se ha querellado contra mí”. Y pensé: ‘¿Cómo es posible que Revilla se querelle contra un plebeyo?’.

Y ha proseguido. “Yo, que soy una persona querida, española, que paga sus impuestos, que vive en una casa modesta, que tiene un coche, que no ha ejercido jamás con prepotencia su poder. Que se fije en otros. En el CNI, en Corinna, en Bárbara Rey... ¿Pero conmigo? Si escribí un libro donde le dedico 50 páginas elogiosas. Pero bueno, luego él cambio. Pasó de pedir ejemplaridad a... Entonces yo denuncié el abuso de poder. He ejercido mi derecho”, explicaba, al borde del llanto, el ex mandatario cántabro.

Revilla tampoco se puede creer que alguien con tanto poder haga algo así. “En las historias de las monarquías europeas, no hay un precedente de un rey que se querelle contra un ciudadano de a pie. Es mucha la desventaja. En otro libro le dedico unas páginas en las que puedo confundir alguna presunción de corrupción, con corrupción... Pero él no ha pagado los impuestos aquí. Se ha declarado apátrida fiscal del país al que ha representado. No conozco a un jefe de estado que se haya borrado del fisco de su país”, criticaba en su conversación con Sonsoles Ónega. “Yo pago mis impuestos aquí para que tengamos Sanidad y Educación. Pero yo no me puedo callar ante la corrupción. Denuncié en su tiempo que fuéramos a la guerra de Irak, el caso Gürtel... No puedo soportar que los que gobiernan y tienen que ser ejemplares no lo sean. Esos se encontrarán siempre conmigo”.

El ex presidente cántabro también reconoce que no se va a callar y que, cuando descubrió todo, sintió una gran decepción. “No me lo podía imaginar. Yo estaba entusiasmado con este hombre por aquel 23F. Aquel día yo veía todo muy mal y cuando lo vi aparecer con el uniforme y vi que mandaba a los militares a los cuarteles, lo mitifiqué. En el libro donde hablo de él, le dedico un capítulo. Y constato la desolación de ver el tránsito final de su vida, el cómo una persona que he visto tantas Nocheviejas pidiéndonos ejemplaridad, luego... Que todo eso no sea cierto. Yo creía en él y lo que me dicen es que se ha desilusionado conmigo. ¿Por qué conmigo?”, se pregunta Revilla.

No se cree que, a su edad, le vaya a pasar esto. “No lo hubiera soñado en mi vida. A mí nadie me ha condenado a nada en 83 años. La ejemplaridad hay que exigírsela a todos, pero mucho más a los que nos representan. Porque si no, es tremendamente desmoralizador para los ciudadanos. Verlo a él, que ha sido un Dios para todos los españoles”, finiquitó Revilla, entre lágrimas.