La carrera activa de Luis Parejo ha sido una más; pasajera y fugaz, como tantas en la política de los pequeños pueblos. La de este exconcejal del PP sólo duró cuatro años, pero ahora ha vuelto a estar en primer plano por desear "un tiro en la nuca" a Pedro Sánchez.
“Un comentario desafortunado y nada más”, refiere el exedil del PP en Campillos (Málaga), que no ha querido hacer más declaraciones. “Todos tenemos derecho a equivocarnos”. Su tuit dirigido al presidente se le fue de las manos. Se arrepiente y pide disculpas... a su manera.
Luis es un campillero más, entre sus aficiones, los caballos y la música. Es padre de una hija con la que aparece, orgulloso, en muchas de sus fotos. Tiene un tatuaje con su nombre en el que también aparece una guitarra.
Su amor por la música y, sobre todo, por la guitarra española queda muy claro en su perfil. Parejo también es un gran aficionado al carnaval y este último año salió en una chirigota callejera con sus amigos.
Además, es un hombre fiel a las tradiciones, además de las fiestas de Don Carnal, en Semana Santa se viste de Nazareno, tanto en Campillos como en Málaga.
Su vida es como la de cualquier otro habitante de esta localidad del noroeste de Málaga, a una hora de la capital. Entre sus casi 9.000 vecinos, hubo un tiempo en el que Luis era el hombre fuerte del PP en Campillos. Por ejemplo, cuenta entre sus amigos de Facebook con Carolina España, diputada por Málaga en el Congreso.
Su cuenta de Twitter, protegida desde el mediodía, era pura gresca política con comentarios hacia líderes de Podemos o PSOE. Durante su época como político en activo, fue número 1 por el PP en Campillos en las elecciones del 2015. Consiguió 577 votos, la mitad que cuatro años antes. La candidatura de Luis perdía un concejal y casi la mitad de los votos pese a haber tenido todo el apoyo del aparato del partido.
Lo suyo fue una carrera fugaz. En las listas de 2015 su nombre aparecía en la papeleta del PP, pero en 2019 ya no estaba entre los trece candidatos populares al ayuntamiento. Ni siquiera como suplente. “No salió muy bien”, afirman fuentes del partido. Según relatan, no aceptó desaparecer de las listas.
El resultado sin Luis, sin embargo, fue mejor: 801 votos y la recuperación del concejal perdido. Desde el partido no entienden la relevancia: “Él ya no es político, y hay medios que han dicho que seguía siendo concejal del PP, eso es falso”. En las últimas elecciones toma el relevo Antonio Ildefonso Casasola, que ejerce como portavoz. Fernando Castillo, el número 2, que cuatro años después volvía a recoger su acta de concejal.
En el mes de abril, antes de las elecciones municipales, es cuando Luis -según su perfil de Linkedin- empieza a trabajar en una consultora de recursos humanos de la capital. Un puesto, el de Formador técnico, que aparece aún como activo. Sin embargo, desde la empresa afirman que “hace muchos años que participó de profesor en un proyecto, pero nada más”.
En su experiencia laboral en Linkedin aparece un segundo concepto, el de formador sociosanitario en la Asociación Campillera de Esclerosis Múltiple. Allí sí confirman que fue formador en un curso financiado por la Diputación de Málaga: “La asociación no era quien organizaba, pero sí cedimos las instalaciones”, confirma una de sus trabajadoras.
En Campillos, Luis es un vecino más. Dio la batalla en su ayuntamiento durante los cuatro años en los que fue concejal, reivindicó para su pueblo mejoras que exigía a la Junta de Andalucía -entonces socialista- o a su alcalde, pero a partir de 2019 perdió todo el poder de los populares en su localidad. Ahora ha vuelto a la escena pública por un desafortunado tuit que le ha dado una fama que no quiere tener.