"¿Por qué el Gobierno sigue escondiendo la gravedad de la Covid-19 y los muertos?", se pregunta el doctor Antonio Aguado Núñez-Cornejo. Lo hace como presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos y como médico de familia desde 1975, aún en activo. Tiene 71 años y, hasta ahora, el virus lo ha respetado.
A su juicio, se deberían haber mostrado más imágenes del Palacio del Hielo de Madrid cuando se convirtió en morgue y los ataúdes uno detrás de otro con toda su dureza. En otros países sí lo han hecho para concienciar a la ciudadanía, además de extremar las medidas. También duda del recuento de los fallecidos. Cree que el Gobierno no ha ofrecido al respecto todos los datos con claridad.
"Yo ya no puedo ver a Fernando Simón, me pongo malo porque no es realista y por su forma de expresarse", asegura Aguado en conversación con EL ESPAÑOL. Entiende que hay que ofrecer algo de optimismo a la población, pero defiende que debería hacer eso con la consecución de las vacunas en un tiempo récord y no con la situación actual de la pandemia.
Él fue uno de los sanitarios que pidió la dimisión de Simón. Aunque para el galeno, si algo bueno ha traído el coronavirus es que ha quedado constatado que cuando la ciencia cuenta con medios, "se consiguen grandes cosas".
El también presidente del Colegio de Médicos de Huelva está a favor de un confinamiento casi como el de marzo y del cierre de la actividad no esencial en toda Andalucía. "Es la única manera de parar esto". Pide perdón a sus amigos hosteleros, pero insiste en que la Junta de Andalucía debe tomar medidas más severas. "Lo que está ocurriendo es muy grave. En mis 46 años de médico nunca había visto nada parecido".
La Semana Santa, "una temeridad"
Por ello, ve una temeridad que algunos dirigentes políticos -como la ministra del ramo, Reyes Maroto- lancen mensajes de esperanza para el turismo de cara a la Semana Santa. "No podemos pensar en salvarla con la cantidad de gente que sigue muriendo", asegura Aguado, que vaticina una cuarta ola si se toma una actitud permisiva.
Aunque reconoce que los hospitales andaluces, en general, no han llegado a colapsarse, advierte de que sí se encuentran muy saturados y de que los profesionales están exhaustos. Recuerda que se han tenido que instalar camas en lugares como las capillas y las cafeterías de los centros en esta tercera ola, si bien no se ha llegado a la situación de la vecina Portugal ni a tener que elegir entre salvar a un paciente o a otro. Al menos, asegura que no tiene constancia de ello.
La Comunidad lleva tres días consecutivos bajando las hospitalizaciones, pero Aguado no lo ve como un alivio sustancial de la situación. En la actualidad, hay 4.742 ingresados con Covid en Andalucía y en las últimas 24 horas se han sumado más de 5.000 contagios.
"Estamos en una fase de pico en todos los sentidos y lo más significativo sigue siendo el número de muertos. La última cifra, de 105 diarios en la región, ha sido demoledora". Lo peor, a su juicio, es que la sociedad se ha insensibilizado al pensar que son únicamente números.
Aguado reconoce que le impactó la imagen de la canciller alemana, Angela Merkel, con lágrimas en los ojos reconociendo la situación de la pandemia en su país cuando tuvo que aplicar un confinamiento más estricto. "Hay que tener mucha vergüenza torera para hacer eso. Y aquí, en España, no aparece nadie". A Merkel le reconoce, además de su forma de gobernar, que haya facilitado ayudas económicas a los sectores más afectados.
Sin vacunas en la privada
En cuanto al plan de vacunación, cree que se ha hecho bien al administrar las primeras dosis a los usuarios y personal en las residencias de ancianos y, posteriormente, a los sanitarios que luchan en primera línea contra la Covid.
A su juicio, el siguiente grupo en ser vacunado deben ser los mayores de 80 años y, a partir de ahí, ir bajando la edad y priorizar a las personas con patologías graves. No obstante, ve inteligentes las medidas que han tomado otros países de vacunar primero a los jóvenes, al considerar que son los que más contagian.
El presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos se muestra optimista en cuanto a la llegada de más vacunas en los próximos meses. Pero ¿qué pasa con los trabajadores de la sanidad privada? "Yo tengo 71 años, sigo trabajando en mi consulta privada, y aún no he sido vacunado. Ni yo ni muchos de mis compañeros. El SAS no nos ha tratado igual que a la pública, nos engloban en el saco de 'el resto' y eso duele", alega el facultativo.
La sanidad privada lleva 11 meses atendiendo a enfermos de Covid, y más después del acuerdo firmado con la Junta. EL ESPAÑOL ha tenido constancia de que Andalucía ya está derivando pacientes a estos centros, aunque en fase de convalecencia.
A su juicio, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, llevaba razón cuando dijo que todo andaluz tiene derecho a una cama: "No sería aceptable, desde el punto de vista ético, que hubiera camas libres sin utilizarse". Pero entiende que estos profesionales tienen que tener las mismas armas para luchar contra la Covid.
"He visto morir a una compañera de 28 años, y eso es muy duro". Según un informe realizado por el sindicato UGT, hasta el mes de enero sólo en el SAS se habían contagiado casi 10.000 sanitarios. "La situación es muy grave", asegura el doctor Aguado, y siente que muchos ciudadanos y muchos dirigentes políticos aún no son conscientes de ello.