A Sebastián Pérez (Granada, 1965) le tocó patearse la ciudad por primera vez como candidato a la alcaldía en 2019. “La Gran Granada” fue la obsesión de la campaña de aquellos días en los que el PP se veía amenazado por un Ciudadanos cada vez más fuerte. Los populares fueron la segunda fuerza política, pero no consiguieron gobernar por el pacto nacional entre los dos partidos.
Con 26 años ya estaba pisando moqueta. Fue uno de los concejales más jóvenes de la corporación municipal durante el mandato del socialista Jesús Quero entre 1991 y 1995. Posteriormente, con el popular Gabriel Díaz Berbel, ‘Kiki’, comenzó a tomar responsabilidades.
Pérez lo ha sido todo en el PP. Representa a una generación de políticos que tomó responsabilidades en una de las peores etapas. Se echó el partido a las espaldas en 2004, cuando Zapatero llegó a la Moncloa.
Desde entonces, los populares granadinos fueron ganando fuerza en la capital y en provincia. Bajo su mandato, Pérez era uno de los dirigentes más influyentes en la dirección regional. Conseguía todo lo que quería.
Cuando le reeligen en noviembre de 2008 como presidente del partido en Granada ya era senador, un puesto que ocupó hasta el 20 de mayo de 2019, cuando lo abandonó para centrarse en la política municipal. La dirección nacional ya no confiaba en él.
Fue presidente del PP de Granada hasta que en enero de 2020 dimite de la presidencia. Ahí ya llevaba meses siendo alcanzado por el fuego amigo. La relación con la dirección regional de su partido era insostenible.
Desde su entorno hablan de un PP granadino "franquiciado". Afirman que está sometido a una absoluta dependencia de Málaga, desde donde se dice qué hacer y qué votar en cada momento. Acostumbrado a otras formas de actuar, Pérez no se encontraba cómodo en este papel.
Arrinconado y sin nada que hacer en el Ayuntamiento, ha decidido dejar el partido pero no el acta de concejal. No quiere "traicionar" a sus votantes, afirma. Su principal -y casi único objetivo- es sacar a Luis Salvador de la Plaza del Carmen.
La Gran Granada
Con el lema "la Gran Granada", Pérez concurría a las municipales de 2019. Tenía que remontar resultados; en su contra tenía los escándalos de corrupción y tres años de buena gestión socialista.
El lema de campaña se convirtió casi en una obsesión para el equipo popular. Hasta el punto de que uno de los miembros de la candidatura, Antonio López, escribió una canción para la ocasión. La música sonaba en los mítines y martilleaba a los granadinos.
No le funcionó. A pesar de hablar de inversiones, mejoras, grandes proyectos e ilusiones, el PP dejó de ser la fuerza más votada tras 16 años. El PSOE consiguió 10 concejales. El PP con 7 sumaba con Cs, que obtuvo 4, y Vox, que tenía tres.
En las negociaciones por la alcaldía el enfrentamiento entre las direcciones nacional y regional del PP y Sebastián Pérez fue palpable. Mientras en Madrid Teo García Egea y Hervías firmaban un pacto en el que cedían la alcaldía a los liberales, Pérez hacía la guerra por su cuenta.
Dijo haber arrancado un pacto a Luis Salvador: dos años cada uno. Nunca se supo nada. Sólo la palabra de Pérez contra el acuerdo firmado en Madrid y las negativas de Salvador.
Ahora que Fran Hervías es uno más en Génova, afirma que, efectivamente, Luis Salvador le dijo que había aceptado el pacto. El primer edil se defendió afirmando que lo que hizo fue seguirle la corriente a Pérez, que es lo que le pidieron desde su partido y el PP. De cualquier modo, el ya exconcejal popular se ha sentido "humillado y vejado" por su partido, del que ha dicho: "No me han permitido ser alcalde".
Pérez y Torres Hurtado
Sin embargo, la figura de Sebastián Pérez no se puede entender si no es de la mano de otro de los ilustres del PP de Granada: José Torres Hurtado. Su relación, que llegó a ser de complicidad absoluta, es hoy inexistente.
Pérez fue la mano derecha de Torres Hurtado en los dos primeros mandatos a los que el PP llega con mayoría absoluta a la alcaldía de Granada. Entre 2003 y 2011 es teniente de alcalde. Además, se convierte en una figura importante dentro del equipo del alcalde como responsable de relaciones institucionales.
Sin embargo, en 2011 se separan los caminos. En la tercera mayoría absoluta de Torres Hurtado, Pérez se va del Ayuntamiento y es nombrado presidente de la Diputación Provincial de Granada, cargo que desempeña durante cuatro años.
Las elecciones municipales de 2015 pasan y el resultado deja a un PP debilitado con cinco concejales menos y que estuvo a punto de quedarse sin la alcaldía. Finalmente, Torres Hurtado y el hoy alcalde, Luis Salvador, sellaron un pacto.
Tardó poco en romperse el acuerdo. El 13 de abril de 2016 la UDEF retiene durante unas horas al alcalde popular y le involucra en el caso Nazarí. La corrupción urbanística hace que Ciudadanos entregue el poder al socialista Paco Cuenca.
La relación entre Torres Hurtado y Pérez está muerta. El exalcalde acusó al PP de haber dado "un golpe de estado municipal" y responsabilizó al que había sido su mano derecha de todos sus males. Sebastián Pérez estaba detrás de su "fusilamiento" y todo era un "montaje".
La mano de Hervías
Dentro de la corporación municipal son varias las fuentes que ven en el desarrollo de los hechos la mano de Fran Hervías. El que fuera secretario de organización de los liberales fue el encargado de aupar a Luis Salvador como alcalde. Ahora, en las filas del PP, hay quien ve una venganza.
Hace un mes Hervía atacaba a Salvador: "Me ha traicionado y me ha utilizado para su beneficio personal", afirmó. A las pocas horas de salir Sebastián Pérez, el PP de Granada anunciaba una ronda de negociaciones para conseguir la alcaldía y forzar la salida de Luis Salvador.
En ese sentido, fuentes municipales afirman que el propio Pérez estaría en connivencia con esta operación, ya que en la rueda de prensa de su despedida afirmó que estaba dispuesto a apoyar a un alcalde popular.
Sin embargo, el entorno de Pérez no piensa lo mismo. Hay quien le ve encabezando una candidatura independiente en las próximas elecciones. Además, no descartan que con el cambio de alcalde pueda asumir alguna concejalía. "Ahora tiene que descansar, han sido unos días muy feos", afirman desde su entorno.