Si algo ha quedado claro en los últimos meses es que la política es muy volátil. Todo puede cambiar de un día para otro, incluso el respaldo entre los miembros de un mismo partido. Esto le ha ocurrido a la líder de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas, con el vicepresidente de la Junta de Andalucía y coordinador del partido en esta comunidad, Juan Marín.
En cinco meses ha pasado de evitar respaldarlo como candidato a las próximas elecciones autonómicas a apoyarlo sin fisuras alejando este proceso interno. Ayer estuvo Arrimadas en Sevilla, en el marco de la gira autonómica que ha emprendido dentro de la operación que ha bautizado como "el relanzamiento" de este partido, y el tono con el que se dirigió a Marín no tuvo nada que ver.
El pasado 20 de enero en el mismo palacio de San Telmo -sede del Gobierno andaluz- evitó ratificarle como candidato, se remitió a las primarias. Es más, en aquellas fechas Arrimadas preparaba cambios estratégicos que, a la larga, iban a suponer un cambio de rostros. Desconfiaba de la sintonía entre Marín y el presidente de la Junta y su socio, Juanma Moreno.
Para más inri ese mismo día también promovió que no estuviera presente en la reunión que ella mantuvo con Moreno, para analizar los dos años de gobierno. A la formación andaluza y al propio Marín aquello sentó como un jarro de agua fría. No obstante, unas semanas antes él lo había celebrado con el expresidente naranja, Albert Rivera. Tampoco sentó bien aquello a la política jerezana.
De puertas para afuera, Marín siempre le fue leal, pero durante un tiempo la relación con Arrimadas fue más bien tirante. La situación ahora es muy distinta. Tras el terremoto de la fracasada moción de censura de Murcia, la reforma interna de la dirección nacional y la salida de Cs de la Asamblea de Madrid tras dos años en el gobierno, la formación está más débil que nunca.
Ahora Andalucía es su feudo más fuerte y con él el hombre que lidera el partido en la comunidad, que también ha tenido que lidiar con escisiones internas que amagaban con arrebatarle las riendas del mismo.
Reconstruir relaciones
La debilidad de los naranjas ha obligado a Arrimadas a reconstruir relaciones con el líder andaluz, el que más poder institucional tiene en España. De hecho, en la última Ejecutiva nacional, le pidió a Marín que se quedara hasta el final para que saliera en la foto de la nueva cúpula. Éste perdió el tren hacia Sevilla.
Ése ha sido precisamente el fin de la visita, mostrar "imagen de unidad, de apoyo y de cercanía a Marín", han informado a EL ESPAÑOL fuentes del partido. De hecho, en el Parlamento andaluz, Arrimadas se deshizo en halagos hacía Marín.
Ayer sí se refirió a él como futurible candidato a la Presidencia de la Junta: "Juan sabe que tiene mi reconocimiento y apoyo como vicepresidente. Estoy muy orgullosa de su trabajo porque es un sueño hecho realidad", dejó claro al principio de su intervención.
Gobernar en Andalucía era un reto y está "superado con creces" porque en dos años y medio de legislatura, aseguró Arrimadas, "la modernidad ha entrado por la puerta y la corrupción ha salido por la ventana" de la mano de Cs. Además, defendió la labor de su partido con la bajada de impuestos, el apoyo a los sectores productivos y las políticas sociales y educativas que se han puesto en marcha.
Blindaje contra Vox
Entre otras cuestiones, Arrimadas ha visitado Sevilla para zanjar el debate de adelanto electoral tras el boicot protagonizado por Vox en el Parlamento andaluz ante el acogimiento de 13 menores no acompañados procedentes de Ceuta. También salió el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, a la misma hora y con este mismo mensaje. Incluso puso fecha a los comicios, el 27 de noviembre de 2022, coincidiendo con el final de la legislatura.
PP y Ciudadanos se blindan de esta forma frente a las acometidas de Vox, que la semana pasada retiró al Gobierno andaluz el apoyo que le venía dispensando en el Parlamento en dos leyes claves -la de Salud y la nueva del suelo-. Todo ello ante la exigencia de Santiago Abascal unos días antes en la puerta de San Telmo sobre ese adelanto electoral.
No obstante, la coalición está dispuesta a mantenerse firme frente a estas presiones y continuar con la legislatura para evitar una parálisis institucional que ponga en riesgo la reactivación económica tras la crisis sanitaria.
"Vamos a seguir trabajando, cumpliendo el acuerdo de gobierno en el año y medio de legislatura que queda", afirmó Arrimadas en este sentido. Considera que este gobierno "está a pruebas de boicots de partidos que no piensan en los andaluces", señaló refiriéndose a Vox.
En definitiva, su objetivo es que Cs recupere oxígeno a nivel nacional, pero sobre todo en Andalucía, donde volvió a descartar que su partido se uniera al PP. La situación de la formación naranja ha cambiado mucho en los últimos cinco meses, pero parece ser que el apoyo sin fisuras a Juan Marín es irreversible.
La brecha de Granada
Granada es la única alcaldía de una capital de provincia que ostenta Cs en Andalucía. Luis Salvador, alcalde con cuatro concejales, ve peligrar su puesto tras la salida de Sebastián Pérez como afiliado del PP. Ahora, el equipo de Gobierno sólo suma diez concejales: los de Cs y los seis de los populares. La mayoría absoluta, en 14, depende de los tres de Vox y, precisamente, el exconcejal del PP.
Arrimadas ha utilizado su parada en Andalucía para advertir sobre el futuro de la alcaldía de Granada: "Vamos a seguir gobernando dos años más, por responsabilidad". Desde el partido naranja siguen recordando las palabras pronunciadas por el portavoz del PP en el pleno de investidura: "Dijeron que era alcalde para cuatro años".
En ese sentido, en las últimas horas se han producido las primeras fisuras entre los concejales de Ciudadanos. Una nueva pieza ha entrado en juego, Manuel Olivares, el portavoz naranja en el Ayuntamiento, un afín a Hervías, que ha tratado de mover a Salvador del centro de las negociaciones.
La mala relación entre Olivares y Salvador, agravada en los últimos meses desde el desembarco de Hervías en el PP, es patente y puede ser una de las piezas que consigan que, finalmente, la alcaldía de Granada deje de estar en manos de Ciudadanos.
El nombre escogido por el exconcejal popular, Sebastián Pérez, como llamado a ser alcalde con su apoyo es su antiguo compañero de filas, Francisco Fuentes, una vez que Pérez ya advirtió que no apoyaría, bajo ningún concepto, a Luis González, el primer candidato propuesto por los populares.
En el encuentro (virtual y presencial) que ha mantenido Inés Arrimadas con Juan Marín y los militantes en Jerez de la Frontera, Luis Salvador ha estado durante toda la sesión, que ha durado más de hora y media, conectado desde su casa.