La Guardia Civil ha detenido a Alejandro J.G.K., de 30 años de edad, en San Fernando (Cádiz), como presunto autor de los delitos de exhibicionismo y abusos sexuales a menores.
La detención, conocida ahora, se produjo hace nueve días, el pasado 22 de septiembre, según ha podido saber EL ESPAÑOL. Su víctima es un niño de 11 años, jugador del equipo San Fernando Club Deportivo.
El detenido acumula ya dos sentencias condenatorias a 25 años de cárcel, la última de ellas ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en mayo del año pasado.
El TSJA consideró probado que había “embaucado” y abusado sexualmente de 12 niños de los 47 que tenía a su cargo como monitor de dormitorio de un campamento de verano en Ronda (Málaga). La condena a 25 años de pena de prisión no es firme y la tiene apelada ante el Tribunal Supremo.
El hombre ha pasado a disposición judicial, que ha dispuesto que quede en libertad con cargos y sin que se hayan interpuesto medidas cautelares contra él.
La Guardia Civil no tiene duda de que para ganarse la confianza del menor del San Fernando Club Deportivo y mantener e intercambiar conversaciones e imágenes, contactó a través de Instagram, "utilizando su posición en el equipo técnico del equipo de fútbol el que la víctima jugaba".
La rapidez en presentar la denuncia por parte de la familia del menor ha sido clave para poner a disposición judicial al ahora detenido. Los padres del niño se personaron en las dependencias de la Guardia Civil de Chiclana de la Frontera (Cádiz), y relataron que su hijo de 11 años había caído en la red de un adulto con el que habría mantenido conversaciones de contenido sexual “llegando a intercambiarse fotografías intimas a través de la red social”.
Tras ganarse la confianza del niño, "y utilizando su posición dentro del equipo técnico del club" Alejandro J.G.K, había ido llevando las conversaciones hacia temas de contenido íntimo y sexual. Una vez que el menor le remitió las primeras imágenes de contenido íntimo, "procedió a continuación a coaccionarlo con la amenaza de revelar el contenido de sus conversaciones entre los contactos del menor si no seguían intercambiando este tipo de imágenes".
Tras investigar, la Guardia Civil detuvo en su domicilio a Alejandro J.G.K. como supuesto autor de los delitos de exhibicionismo y abusos sexuales a menores. En su casa, en un bloque de viviendas la Barriada de Carlos III de San Fernando (Cádiz), los agentes efectuaron un registro incautando numeroso material para ser analizado.
En los efectos decomisados figura un teléfono móvil de usar y tirar, "de los de guerra", según la Benemérita, que estaba escondido. Además, se llevaron tres terminales telefónicos móviles con conexión a internet, un ordenador y numerosos discos duros. La Guardia Civil no descarta que en el análisis de los discos duros incautados pudieran aparecer más víctimas.
Por su parte, el San Fernando Club Deportivo ha cesado al detenido de sus funciones y lo ha apartado “en cuanto tuvimos constancia”, refieren a EL ESPAÑOL. El Club ha emitido además un comunicado en el que ha decidido “relevarle de sus funciones de delegado de equipo del Sénior B en los que actuaba como colaborador”. En la pasada temporada el ahora detenido fue delegado del equipo juvenil.
El San Fernando CD "cumplió con los requisitos exigidos por la RFAF así como los protocolos de lucha contra estos execrables delitos y solicitó en tiempo y forma el certificado de carencia de delitos de naturaleza sexual expedido por el Ministerio del Interior en junio del presente año necesario para tramitar su ficha federativa sin que constase delito alguno".
Hasta que falle el Supremo, y la sentencia sea firme, Alejandro J.G.K. disfruta de la presunción de inocencia y por tanto no figura como incluido en el Registro Central de Delincuentes Sexuales (RCDS) pudiendo acceder a menores de edad en su labor profesional.
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El hombre cuenta con antecedentes como abusador sexual de menores, si bien no a través de las redes sociales. El 6 de mayo de 2020 el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ratificó la sentencia interpuesta en primera instancia por un juzgado de Almería el 8 de julio de 2019, que le condenó a 25 años de prisión.
El presunto pedófilo alcanzó esta pena con el sumatorio de las condenas individuales por “abusar y embaucar” a 12 menores de entre 11 y 17 años que participaban en un campamento de verano en Ronda (Málaga) donde Alejandro J.G.K. trabajó como monitor de dormitorio en el verano de 2016.
La sentencia, consultada por este periódico, estima que ya en mayo de 2019 y antes de la apertura del juicio oral abonó los 20.500 euros fijados por el Ministerio Fiscal en concepto de responsabilidad civil subsidiaria por los hechos acaecidos en el campamento. Se le consideró “ autor de seis delitos de embaucamiento, ocho de difusión pornográfica a menores de edad, tres delitos de elaboración de material pornográfico infantil agravados y un delito de exhibicionismo”.
Los vídeos pornográficos que mostraba a los menores eran “de elaboración propia”, según la Guardia Civil, y además, en el campamento utilizó a tres de los menores a su cargo para grabar nuevos vídeos, lo que le acarreó cinco años de prisión por cada menor.