Vox llevaba soñando con unas elecciones en Andalucía más de un año. Su portavoz parlamentario, Manuel Gavira, insistía, semana tras semana, en la necesidad de convocar.
Vox era una marca al alza. Las encuestas les dibujaban por encima de los 20 escaños. Llegó el momento, se convocaron las elecciones y desde Madrid ungieron a Macarena Olona como la candidata que haría de Vox el partido determinante en Andalucía. Pero no ha sido así.
Olona apenas ha mejorado dos puntos y medio los resultados de hace tres años y medio, cuando un desconocido juez era la cabeza del partido de Abascal en la comunidad. De 12 ha pasado a 14 escaños y ha quedado lejísimos de sus aspiraciones. A pesar de que hubo momentos de dudas, la candidata de Vox confirmó en la noche electoral que se quedaría liderando el proyecto andaluz.
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En nada ha quedado el órdago a Juanma Moreno, del que llegó a decir que sería "un gran vicepresidente" cuando ella ganara las elecciones. Una muestra más de que desde Vox esperaban más, mucho más.
Hasta el momento, Olona no ha dejado su acta de diputada según fuentes de Vox para mantener su "estatus de abogado del Estado en servicios especiales". Ahora, dice Olona, querrá a Andalucía día y noche. Pero con 14 diputados frente a una abrumadora mayoría absoluta del PP de Juanma Moreno, con 58 escaños, poco podrá hacer.
Vox será la tercera fuerza en el Parlamento de Andalucía, pero será absolutamente prescindible. No podrá, como hizo en la anterior legislatura, dilatar las negociaciones por los Presupuestos o exigir el cierre de Canal Sur.
En Vox han hecho una campaña a por todas. Olona ha sido la encargada de subir el tono en los debates, tratando de llevarse a Juanma Moreno a su terreno: con la masturbación en los supuestos libros de texto (no era tal), con el argumento de la traición a los andaluces por no cerrar "chiringuitos" o tendiéndole la mano para pactar -esto último, literalmente-.
Resultados mejorables
En la noche electoral, Santiago Abascal hablaba de que esperaban "mejores resultados". Era innegable. El ambiente interno y las encuestas hablaban de un Vox sobredimensionado que podía conseguir doblar la docena de escaños de 2018.
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La euforia se vivió hasta, prácticamente, las ocho de la tarde. Ahí empezaron a molestar los cuellos de las camisas, se pusieron las caras largas y los nervios podían cortarse en el cuartel general.
Pero, ¿qué ha pasado con Vox en Andalucía para no mejorar sustancialmente el resultado de 2018? Si se toman los datos de aquellas andaluzas, han sumado casi 100.000 votos, rozando casi el medio millón. Sin embargo, en las elecciones nacionales de 2019 alcanzaron las 870.000 papeletas a solo 7.000 del PP en Andalucía.
El efecto Olona no ha sido tal. La recolocación de una líder nacional como líder autonómica no ha tenido el resultado esperado. ¿Supondrá esto que Ortega Smith no desembarque en Castilla-La Mancha? El domingo por la noche, entre los simpatizantes de Vox, se escuchaban muchas preguntas sin respuesta.
Antes de que se publicaran los primeros sondeos, en el bar del NH Plaza de Armas, lugar escogido por Vox como sede electoral, los comentarios eran casi de funeral: "Lo que nos llega es muy malo", afirmaba uno de los miembros del equipo de comunicación.
"Es demoledor", afirmaba un militante, que añadía: "Nos quedamos en catorce". Otros seguían jugando a insuflar ánimos entre los presentes.
Enseguida desaparecieron algunas de las caras reconocibles. La reunión, que se esperaba que sirviera para señalar "la cara de vicepresidenta" de Olona, se convirtió en algo mucho más triste.
¿Qué significa este resultado?
En 2018, Andalucía supuso la irrupción de Vox en el panorama político de forma contundente. La fuerza de Abascal rompía -entonces en positivo- con la dinámica de las encuestas que le daban una representación casi testimonial. Consiguieron una docena en Andalucía y se convirtieron en clave para hacer posible, como fuerza externa, el gobierno de Juanma Moreno y Juan Marín.
Desde entonces, todo fue en subida: las nacionales, Murcia, Madrid, Castilla y León... Sin embargo, este domingo en Andalucía ese ciclo ha podido frenarse. "Esperábamos mucho más. El resultado es malo", repetía uno de los miembros del equipo de Vox en los pequeños corros que se formaron tras los discursos de Olona y Abascal ya en el interior del hotel.
El propio Abascal aseguraba que estos resultados tenían una lectura en clave nacional. Lo hacía para subrayar que Andalucía había dicho "no" al Gobierno de Pedro Sánchez. Pero en el caso de Vox, los andaluces tampoco le han otorgado un apoyo tan masivo como esperaban.
En caída libre
Otra de las claves del patinazo ha sido la campaña de Olona. Antes de comenzar, las encuestas situaban al partido por encima de veinte representantes.
Una de las figuras más relevantes de la campaña ha sido Álvaro Zancajo, que fue director de informativos de Canal Sur hasta diciembre de 2020. Quería cobrarse la venganza ante quienes le despidieron.
Olona le escogió como jefe de campaña y el periodista se puso manos a la obra. La transformación de Macarena Olona en Macarena de Salobreña fue demasiado rápida; tanto que llegó a convertirse en meme. Abanicos, trajes de flamenca, feria... tópico tras tópico, Zancajo convirtió a Olona en una andaluza de revista.
Su polémico empadronamiento en Salobreña (Granada) apenas les sirvió para ganar algo de espacio en los medios. Desde Vox esperaban que aquel ataque a su candidata sirviera para despegar la campaña. Pero no fue así. En la localidad granadina han doblado el número de votos, alcanzando los 828, pero han quedado muy por detrás de PP y PSOE.
El flujo de comunicación desde Vox era unidireccional, sin apenas interacción con los medios. Además, en su estrategia de demonizar a los medios de comunicación, en la noche electoral dejaron sin acreditar a El País, la Cadena Ser, eldiario o EL ESPAÑOL.
Minutos antes de que Olona y la plana mayor de Vox salieran a mitinear, apareció en el pasillo de salida Zancajo. Cara de funeral, sonrisa forzada y mirada perdida. A su lado, otro de los principales actores de la extraña campaña de Vox, Jacobo Coco Robatto, el senador conocido por su estética peaky blinder y exnovio de la influencer Rocío Osorno.
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