La Junta de Andalucía se ha marcado un objetivo claro con la rebaja fiscal que aprobó el jueves en el Parlamento andaluz, que incluye la bonificación del impuesto de Patrimonio. Se trata de una tasa que supone 120 millones de euros, el 0,6% de los ingresos de la Junta de Andalucía.
Pero el Gobierno andaluz no quiere perderlos. Según sus cuentas, cree que superará su recaudación si los 100.000 extranjeros con rentas altas y medio-altas que viven en Andalucía durante seis u ocho meses al año, sobre todo en la Costa del Sol, Cádiz y Sevilla, se empadronan en la comunidad autónoma y pagan aquí su declaración de la renta.
La Junta apunta a aquellos directivos de grandes empresas que teletrabajan desde cualquier parte del mundo y que, tras la pandemia, han establecido durante gran parte del año su residencia en la comunidad. "Queremos que coticen aquí", dijo Juanma Moreno durante la sesión de control en el Parlamento.
Desde la Junta tienen conocimiento de que el pago de este impuesto era una de las razones por las que tienen su régimen fiscal fuera de Andalucía o de España. Quieren evitarlo con el objetivo de que el saldo sea positivo para las arcas públicas.
"Mucho más que 'sol y playa'"
Además de equilibrar las cuentas, desde el Gobierno autonómico son conscientes del golpe de efecto que han provocado en cuanto a la imagen de Andalucía. Se ha demostrado que es "mucho más que los ERE, el PER y el turismo de sol y playa", aseguran desde la Junta.
Desde que Moreno hiciera el anuncio de esta rebaja en Madrid, la comunidad ha sido protagonista en diversos medios de comunicación y tertulias, ha provocado una reacción en cadena de las comunidades, algunas gobernadas por el PSOE como Valencia, y también ha puesto en apuros al Gobierno central. Éste ha tenido que cambiar de estrategia fiscal, poner en marcha rebajas tributarias para clases medias y bajas y, al mismo tiempo, elevar los impuestos a las más altas.
[Ximo Puig arrebata a Mazón su propuesta fiscal y perdona 50 millones en impuestos a la clase media]
Durante su intervención, Moreno ha presumido de marcar el paso al Gobierno central y a las regiones con su rebaja fiscal. Además, ha avisado de que no será el único asunto en el que Andalucía lidere el debate, lejos de ser "una periferia silente, sin posibilidad y sin ambición".
"Me alegro de que por fin le marquemos el paso al Gobierno de la nación y al conjunto de las comunidades, es el protagonismo que nos merecemos", ha señalado en la sesión de control en el Parlamento andaluz, en el debate con el líder del PSOE-A, Juan Espadas.
La rebaja fiscal ha protagonizado todo el debate parlamentario, con críticas a izquierda y derecha -aunque Vox la apoyó el jueves-, y Moreno ha aprovechado para erigirse en referente de la política fiscal.
[Luz verde en el Parlamento a la rebaja fiscal en Andalucía que lidera el debate en España]
Desde el Gobierno andaluz son conscientes de que el anuncio de esta rebaja fiscal sorprendió al PSOE, que no ha tenido una respuesta unitaria, y no ha dudado en aprovechar esos vaivenes que han terminado con reformas fiscales.
La Junta quiere mantener el protagonismo adquirido en la agenda nacional, que más allá del impacto fiscal se ha convertido en una campaña de imagen muy valiosa para la reputación de la comunidad, e incluso podría rebajar en el futuro otras figuras impositivas. Además, en san Telmo saben que esta estrategia, que está medida y analizada, la aprueba el andaluz medio. Tienen sondeos que lo avalan.
Nuevo modelo de financiación
Por ello, la siguiente batalla será la reclamación del nuevo modelo de financiación autonómica de la agenda del Ejecutivo y del fondo compensatorio, que ya ha pedido formalmente el presidente valenciano, el socialista Ximo Puig. Una circunstancia que refuerza más la reclamación de Moreno ante el Gobierno, que seguirá siendo una de sus banderas.
Desde el Gobierno andaluz creen que el presidente de la Junta lo tiene todo de cara. Hasta la oposición. Durante la sesión de control, el portavoz de Vox, Manuel Gavira, ha citado a la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, mientras que el socialista Juan Espadas se ha referido a las palabras de Gavira. "Esto es el mundo al revés", ha bromeado Moreno, lo que le ha permitido situarse en el centro político.
Por su parte, Espadas ha expresado en el debate su rechazo frontal a la reforma de Moreno: "Ustedes son los mismos de siempre, con estas medidas ha demostrado ser un gobernante de derechas, muy de derechas, como le decía en la campaña".
El portavoz de Vox, en cambio, ha pedido al presidente de la Junta "políticas valientes" sobre todo para las familias sin convertir a esta comunidad en "Andorra" con rebajas fiscales para los del "piso de arriba".
Moreno ha aprovechado estas declaraciones para recriminarle que pronto empezaba a "coincidir con la izquierda". También para descartar la eliminación de todos los impuestos autonómicos porque es fundamental contar con figuras tributarias para financiar los servicios públicos esenciales.
Por último, ha dejado claro que su Gobierno ni está en el lado de que no haya impuestos ni está en el lado de "freír" a los ciudadanos con ellos y convertir a esta comunidad en un "infierno fiscal".