Feijóo requiere a Juan Bravo en exclusividad: deja su escaño en el Parlamento andaluz este viernes

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, requiere a su vicesecretario económico, Juan Bravo, en exclusividad para dar más realce a los asuntos económicos en la precampaña de las elecciones municipales y autonómicas.

Por ello, el que fuera consejero de Hacienda en la primera legislatura de Juanma Moreno renunciará a su escaño este mismo viernes en el Parlamento andaluz con el fin de dedicarse en exclusiva a sus labores en Génova, ha confirmado el propio Bravo a EL ESPAÑOL.

"La exigencia que requiere mi puesto en Madrid no me permite compatibilizar bien ambas responsabilidades", asegura Bravo, quien tiene una ardua agenda por delante. "Tengo previsto visitar 26 lugares de aquí a mayo".

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Inspector de Hacienda de profesión, fue uno de los dos fichajes que hizo Feijóo tras resultar elegido en Sevilla presidente de los populares el pasado mes de abril. Le asignó la vicesecretaría de Economía.

El otro fue el exconsejero de Presidencia, Elías Bendodo, quien fue nombrado coordinador general del partido y, recientemente, responsable de la campaña del 28-M. 

Tras las elecciones de junio, ambos responsables políticos fueron elegidos senadores por designación autonómica, aunque seguían siendo parlamentarios andaluces, lo que les permitía garantizarse más presencia en Andalucía. No obstante, era previsible su renuncia a medida que se fueran acercando las citas electorales. 

En concreto, lo hará esté mismo viernes, según ha adelantado el Diario Sur. Conocido en Twitter por sus didácticos vídeos, Bravo llegó al Ejecutivo de Moreno en 2019 tomando el relevo de Alberto García Valera, quien decidió dar un paso atrás 21 días después de su nombramiento por problemas de salud.

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Entró por la vía de la sustitución, pero se convirtió en una pieza clave al llegar a acuerdos con Vox para sacar los Presupuestos hasta en cuatro ocasiones.

En aquel entonces era diputado del PP por Ceuta, tras haber sido el más votado en las elecciones del 26 de junio de 2016. Además, ha sido vocal de la Comisión de Hacienda, de Presupuestos y de Economía y Empresa así como portavoz de Ciencia, Innovación y Universidades en el Congreso de los Diputados.

Ordenó apagar las luces

Por su personalidad y formación, es frecuente que haga gala del ahorro y de que, literalmente, cada céntimo cuenta. En los desayunos de prensa suele invitar a los periodistas a acabar el café porque no se debe desperdiciar: "Ya se ha pagado por él", asegura.

De hecho, unas de las primeras medidas que tomó cuando llegó al Gobierno andaluz le definen. Su Consejería está en un edificio de grandes dimensiones y muy conocido en Sevilla, Torre Triana.

Salvando las distancias guarda cierto parecido con el Castillo de Sant'Angelo de Roma. En los primeros días, cuando llegaba casi al amanecer y se iba ya bien entrada la noche, se dio cuenta de que las luces nunca se apagaban. Le preguntó al responsable de Seguridad: "Oiga ¿estas luces están siempre encendidas?". 

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"Yo llevo aquí ocho años y nunca se han apagado", contestó el agente. Bravo le dio solución. Ordenó apagarlas por la noche y el ahorro fue considerable: 50.000 euros al año menos en la factura de la luz. También sustituyó en las reuniones las botellas de agua mineral por jarras de agua del grifo con el mismo fin.

Menudo de complexión y con más canas que cuando entró en política, se autodefine como un moderado por convicción. Confesó a este medio que le robó una frase al presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, que le gusta sacar a relucir: "Es tiempo de la conjura de los moderados".