El último informe forense sobre la salud de José Antonio Griñán recomienda que el expresidente de la Junta de Andalucía no entre en prisión.
El dirigente socialista, que tiene actualmente 77 años, fue condenado a seis años de cárcel por el desfalco del caso ERE. Ahora bien, ya que padece un cáncer, la Justicia ha ordenado que sea examinado clínicamente para dirimir si debe o no entrar en prisión. Y así lo ha encargado al Instituto de Medicina Legal de Sevilla.
El último dictamen médico, el tercero, fechado este 15 de junio y que avanza EL ESPAÑOL, es tajante: "En la actualidad, no existen criterios médicos que permitan hablar de remisión del cáncer que padece, por lo que estamos ante una ENFERMEDAD INCURABLE sin perjuicio de que otros tratamientos adecuados puedan posibilitar la remisión de la misma".
Por todo ello, la médico forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla que lo firma recomienda que Griñán no entre en prisión.
Este dictamen se ha emitido después de que el expolítico fuese sometido a un tratamiento de radioterapia. La Justicia lo ordenó "a fin de evaluar si persistía la situación de gravedad de la enfermedad o, por el contrario, se había modificado su estadío clínico". A la vista de las conclusiones, no parece ser el caso.
Tras recibir el informe, la Audiencia Provincial ha dado un plazo de dos días a la Fiscalía y a la acusación popular que ejerce el PP andaluz para que se pronuncien al respecto.
La forense aclara que "no todos los procesos cancerosos son iguales". Tampoco lo son las respuestas a las terapias. De ahí la necesidad de que el análisis de cada enfermo sea individualizado, recuerda la profesional.
"En el caso que nos ocupa, aunque alguno de los síntomas secundarios ha mejorado, otros persisten y exigen un control periódico con excarcelaciones frecuentes", indica el informe médico. Todo ello, concluye, "vuelve a hacer patente la dificultad de mantener una dinámica carcelaria".
Además, la forense destaca que un informe anterior, fechado el 24 de mayo, previo al tratamiento de radioterapia, ya advirtió de los problemas que supondría para la propia cárcel que Griñán ingresase en ella. "Tanto en las consultas programadas como no programadas, para el traslado al hospital de referencia, siendo los tratamientos, en general, externalizados", indica el dosier.
"No se necesitan solamente cuidados médicos en prisión, sino evitar, entre otros, el peligro de infecciones en personas con un sistema inmunológico deprimido y que pueden suponer riesgos vitales, por la edad (77 años) y por la propia enfermedad, y ello en aras al bienestar físico y psíquico que necesitan estas personas con padecimientos graves", añade.