La Casa de Castilla-La Mancha en Sevilla se vistió de fiesta para recibir a Juanma Moreno y Emiliano García-Page. Celebraba el 40 aniversario de su inauguración y los dos presidentes exhibieron su sintonía desde el principio. En sus discursos hicieron hincapié en el “principio de igualdad entre españoles”.
El acto estuvo repleto de cordialidad. Las bromas empezaron cuando el máximo dirigente de la Junta de Andalucía cedió su puesto en el protocolo al de Castilla-La Mancha.
“No es que nos llevemos mal, pero tenemos tensión protocolaria. Quería que cerrara el acto yo, porque estamos en Andalucía, pero estamos en Castilla-La Mancha”, comentaba Juanma Moreno al inicio de su discurso.
El presidente de la Junta de Andalucía mostró su orgullo por participar en el acto y recordó que últimamente su homólogo manchego venía mucho a Andalucía. “No sé si quiere ser andaluz del año o quitarme el puesto”, bromeaba.
"Unión entre los españoles"
Moreno incidió en que espacios como la Casa de Castilla-La Mancha en Sevilla mantienen “la llama de ese espíritu de unión entre los españoles” También aludió a su capacidad de exponer el “principio de igualdad ente españoles, vivan donde quieran vivir”.
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“Todos los españoles merecen vivir bien y disfrutar de las oportunidades de progreso, sea de donde sean y vivan donde vivan”, comentaba en clara alusión a las tensiones territoriales.
Cerraba el acto Emiliano García-Page, cuyo discurso fue más político. Agradeció el honor que le cedió Juanma Moreno y pronto aludió a la buena sintonía entre las comunidades autónomas, con alguna excepción, porque “con algunos es difícil llevarse bien”, comentaba.
“Cuaquiera habría dicho hace más de 20 años que iba a ser más fácil que nos entendiéramos los presidentes de las autonomías”, comentaba.
A continuación, García-Page provocó el aplauso del público, que llenó la sala, al decir que “le iría muy bien a la politica nacional si hubiera el nivel de cordialidad y de respeto que tenemos unos presidentes con otros”.
"Sentimiento de identidad excluyente"
Del mismo modo, alabó la labor de la Casa de Castilla-La Mancha y subrayó la importancia de “mantener el sentimiento de identidad, pero se puede tener en positivo o en negativo”.
“Puede ser destructivo o excluyente. Hay gente que son de Valdepeñas y no lo utilizan de forma arrojadiza. No queremos ser castellano-manchegos a costa de ser peores españoles”, dijo.
Para García-Page “Andalucía y Castilla-La Mancha son exponentes de lo que se acordó en la Constitución de 1978”. “¿Para qué queremos las autonomías?”, se preguntaba. “No para rompernos en 17, no para complicarnos la vida. Sería más bien lo contrario, para que todos tuviéramos las mismas posibilidades, de tener la mejor sanidad posible y los mejores servicios sociales”, subrayaba.
El presidente castellano-manchego prosiguió con su relato refiriéndose a la pluralidad. “Cada vez que se dice que España es plural, unos lo decimos para sentirnos orgullosos de la riqueza. Otros dicen ‘yo tengo derecho a más’”, lamentaba.
“Queremos ser iguales en derechos, en libertades. Si algo se prohíbe a partir del 78 son los privilegios para las personas y los territorios”, zanjaba Emiliano García-Page, que no olvidó en ningún momento las tensiones territoriales en su discurso.
Petición a Pedro Sánchez
Desde el primer momento, Juanma Moreno y Emiliano García-Page exhibieron su sintonía. Llegaron juntos al acto y saludaron a todas las autoridades presentes. Entre ellas estaban el consejero de Presidencia, Antonio Sanz; el delegado de la Junta de Andalucía, Ricardo Sánchez; o el líder del PSOE en el Parlamento Andaluz, Juan Espadas. También estaba el vicepresidente segundo de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero.
Ambos coinciden en pedir a Pedro Sánchez una Conferencia de Presidentes, aunque no lo mencionaron durante el acto. El presidente de la Junta de Andalucía avisó ayer viernes de que si no lo hacía buscarían “fórmulas jurídicas y administrativas” para forzarle. En esta petición están de acuerdo todos los presidentes del PP y solo García-Page del PSOE, al menos públicamente.
Así, el aniversario de la Casa de Castilla-La Mancha en Sevilla y la visita a la exposición montada en su honor sirvieron a Moreno y García-Page para volver a mostrarse juntos. La última vez fue en enero, en un encuentro informal en FITUR, donde también participaron Carlos Mazón y Fernando López Miras.