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Este viernes, el mismo día que el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, comparecía en el Parlament para dar cuenta de su gestión de la DANA y señalaba al Gobierno central como culpable del caos, desde la Moncloa se lanzaba un mensaje muy significativo: Juanma Moreno, presidente de la Junta, también del PP como Mazón, es un "ejemplo" en cómo se ha afrontado el temporal.

Más allá de alimentar el enfrentamiento político entre el Gobierno central y el valenciano, el mensaje del equipo de Pedro Sánchez es espaldarazo a la estrategia del Ejecutivo de Juanma Moreno y su teoría de la lealtad institucional, que repite desde que empezaron las primeras lluvias en Valencia. 

Cuando la borrasca llegó a Andalucía, había dos cosas ganadas: la experiencia de que era "mejor prevenir que curar" -frase exacta que llegó a decir Moreno al explicar por qué se cerraron los colegios esta semana- y que es mejor colaborar con las demás instituciones para no sumar un problema político a uno de origen meteorológico. En la retina, los vecinos de Valencia lanzando barro contra los políticos en la visita institucional días después de las riadas.

En ambas parece haber acertado el Gobierno andaluz. Otro dato relevante: durante la comparecencia del secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, en las que acusó al Gobierno andaluz de su denuncia por un posible caso de corrupción, hizo una pausa y señaló: "Ahora lo principal es que Moreno siga atendiendo la crisis climática y la DANA. He venido a dar cuenta de esto porque los medios ya tenían los datos".

Esta declaración denota dos cuestiones clave: coordinación política y, además, un estilo de oposición diferente al que se ha visto en Valencia. El PSOE, en Andalucía, ha dado espacio y mostrado lealtad. 

Juan Espadas

Esto se ha visto en público, como en la intervención de Espadas, pero también en privado. En una conversación de pasillos el pasado jueves en el Parlamento, un diputado del PSOE señalaba que la DANA había puesto a prueba al Gobierno andaluz, pero había pasado el examen. Y su partido no estaba dispuesto a hacer política con temas tan serios. 

A esta postura socialistas se unieron -con más o menos intensidad- los demás grupos de la oposición en la comunidad. Adelante Andalucía, partido de corte andalucista independentista que suele ser muy crítico con Juanma Moreno, alabó su decisión de cerrar los colegios. En Por Andalucía también evitaron toda crítica.

Incluso Vox, que suele ser el más radical, indicó en el pasado Pleno que entendía que Juanma Moreno no estuviera presente porque se había desplazado a Málaga, donde la DANA golpeó con más fuerza en la comunidad. "Pero que no vaya de turismo de catástrofes", fue el golpe más grave en una, en general, intervención templada.

El presidente de la Junta, como todo el resto del Gobierno andaluz, vieron los errores de Valencia y actuaron para evitar caer en los mismos baches. Pero hay cuestiones que son anteriores a ese esfuerzo por distanciarse del PP valenciano en la gestión de la crisis.

Riesgos en Andalucía

El primero tiene que ver con los sistemas de emergencia con los que cuenta Andalucía. Moreno lo explicó esta pasada semana: la comunidad tiene frecuente riesgo de grandes incendios, de maremotos, de terremotos y de riadas. Cuenta con un sistema de alerta y de resupuesta maduro y entrenado. 

A eso se suma que quien está al frente del mismo es el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz. Hombre meticuloso que conoce muy bien Andalucía -fue también delegado del Gobierno-, tiene una especial buena relación con las fuerzas y cuerpos de seguridad. 

Con esos ingredientes, la máxima desde San Telmo fue apostar por la prudencia. Mejor cerrar colegios que lamentar escenas de pánico. Es preferible ser cautos que pecar de confianza. 

De fondo en este razonamiento, además de una lógica intención de evitar desgracias, hay una estrategia política que, desde la Presidencia de la Junta, aplican a casi cualquier cuestión: la lealtad institucional la vía moderada. El camino andaluz. 

"Salvapatrias"

¿En qué consiste esto? Lo resumió el propio Juanma Moreno: "Si no defendemos las instituciones, lo que vendrá detrás será un salvapatrias, algo que no es democrático". La advertencia apuntaba a quienes hacen de menos a organismos como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) o rechazan la colaboración con otras instituciones porque son de diferente color político.

"Veo tertulias en las que se va a la caza del político", indicó Moreno en esa misma intervención. "No todos los políticos son iguales", señaló. Es una de sus directrices. El diálogo -que se aplica en Andalucía en cuestiones tan dispares como el Presupuesto o los acuerdos sociales con patronal y sindicatos, sirve para casos de emergencia también.

Solo hay que echar la vista atrás. Fuentes del Gobierno andaluz recuerda cómo desde San Telmo jamás se cuestionó una orden del Ejecutivo de Pedro Sánchez durante la pandemia. Se plantearon medidas alternativas, pero siempre se acataron las que llegaron desde Madrid. 

Mayoría absoluta

Eso, creen, afianzó la imagen de moderación de Moreno que, apuntan, desarrolló su figura y le elevó a los cielos de la mayoría absoluta. Ahora, instalado en sus 58 diputados, la lucha es otra: que no se note la ventaja, que no les perciban como un rodillo gracias a esos diputados. 

En el caso de la pandemia funcionó la técnica. Ahora con la DANA, la han saludado desde el Gobierno central y desde la oposición. En las urnas, aún lejos, esperan que dé su rédito.