Espadas y Sánchez, este sábado en el Congreso Federal del PSOE en Sevilla.

Espadas y Sánchez, este sábado en el Congreso Federal del PSOE en Sevilla. EP Sevilla

Andalucía

Solo un gesto de Pedro Sánchez para apoyar a Espadas le puede salvar ya de la guerra por la sucesión en Andalucía

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Solo el penitente pasará. Era una de las pruebas de Indiana Jones en 'La última cruzada'. Como el aventurero, Juan Espadas tiene solo una opción clara de evitar la guerra interna de unas primarias encarnizadas en el PSOE de Andalucía. Solo el señalado por Pedro Sánchez pasará... la criba de las primarias de primeros de año. 

Esto es una realidad en todas las federaciones, que cierran este fin de semana filas en torno a un presidente y secretario general del PSOE, pero en Andalucía se torna más importante porque ya hay quien afila cuchillos para la lucha por el liderazgo. 

Un gesto de Sánchez, señalan fuentes del PSOE andaluz, podría poner fin a una batalla para la que ya hay espadas en alto. Y eso no se ha producido, al menos de forma clara. 

Sin embargo, hay quienes quieren ver en el hecho de que el Congreso Federal se celebre en Sevilla y que Espadas sea su anfitrión ese guiño que le señale como secretario general. Así lo defienden personas cercanas al actual secretario general andaluz.  

Demasiado tibio, indican otras fuentes del partido, que no son siempre críticos. Un exconsejero era especialmente claro este sábado: "Espadas no puede seguir, no une al partido, deja gente fuera, lo mismo de lo que acusaban a Susana Díaz". 

María Jesús Montero

Otros dirigentes que sí están en las preparaciones del frente crítico contra Espadas indican que María Jesús Montero, número dos de Sánchez, dio un toque de atención al andaluz cuando señaló que la primera cita electoral sería la de Andalucía en 2026 y era necesario "revitalizar" a los equipos y liderazgos. 

Hay opiniones más reveladoras. Jaén es un termómetro muy fiel de cuál es el estado de ánimo del PSOE en Andalucía. Y su secretario general del PSOE, Paco Reyes, evitó este sábado apoyar a Espadas. "Cuando lleguemos a ese puente, lo cruzaremos", fue su respuesta ante la directísima pregunta de si respalda al actual secretario general de los socialistas andaluces. 

Jaén se pone de perfil. ¿Y Sevilla? Es una federación poderosa donde, como en Jaén, se domina la Diputación. Javier Fernández, su secretario general, tampoco se definió: "A fecha de hoy, el único candidato es Espadas". 

Más baches: Cádiz. Su secretario general, Juan Carlos Ruiz Boix, ya indicó que quería cambio en Andalucía. Quitar a Espadas. El líder del PSOE andaluz respondió rompiendo relaciones. No invitó a Ruiz Boix a la comida con la delegación, algo que enfadó a gaditanos y críticos. 

Sin embargo, ese roce no decide del todo el apoyo -o guerra- de Cádiz con Espadas. Un alcalde del partido con una amplia trayectoria ironizaba este sábado sobre qué iban a hacer los afiliados gaditanos. "¿Hay alternativa a Espadas? ¿A quién apoyamos, a Luis Ángel Hierro? ¿A Mario Jiménez, que ha estado con unos y con otros? ¿Es que no tenemos memoria?"

Lo dejó más claro aún: "Si no baja una mujer con amplia experiencia de gestión, no nos movemos". Nítido. O María Jesús Montero o continuidad. Eso en Cádiz, al menos. 

Mientras, los críticos siguen moviéndose. Es el caso de Susana Díaz, quien acudió al congreso este sábado tras amagar con su ausencia porque no la incluyeron como delegada. La expresidenta de la Junta se hizo de rogar, pero no defraudó. 

Susana Díaz en el congreso

Susana Díaz entró ayer en el Congreso Federal del PSOE como la Macarena cuando enfila la calle Parras. Gustándose. Para los suyos. Despacio. Meciéndose. La exsecretaria general de los socialistas andaluces y expresidenta de la Junta fue, de largo, la líder del partido que más tardó en recorrer los 200 metros que hay entre la entrada al espacio del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (Fibes).

Acompañada de su estrecha colaboradora hace años, Verónica Pérez, beso, abrazó y saludó con ganas durante ese 'paseíllo', consciente de que esa muestra pública de cariño que fue capaz de cosechar son galones que puede lucir. Puntos para su empresa de volver en el futuro a la primera fila.

Porque la sevillana, que perdió unas primarias contra Pedro Sánchez y otra contra Juan Espadas, hoy líderes del PSOE nacional y andaluz, no descarta regresar. Ella, que decía que no le gustaba perder "ni al parchís". "Estoy chupando banquillo, pero soy joven", aclaró a los periodistas que la esperaban en la puerta del congreso socialista.

Tiene 50 años -"diez quinquenios, que suena mejor", bromeó la expresidenta de la Junta- y eso le abre la puerta, cree, a todo en el futuro. ¿Y si cae Juan Espadas? ¿y si lo hace Pedro Sánchez? La política hoy, lo sabe Díaz, va más rápida que nunca. Y eso puede significar que los liderazgos seguros hoy no tienen que serlo mañana.

Un gesto de Sánchez

Pero también lo sabe Espadas. "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; pero una palabra tuya bastará para sanarle", dice San Mateo y repiten los católicos en misa. Pedro, un gesto tuyo bastará para salvarme, puede pensar en estas horas el actual secretario general del PSOE de Andalucía. 

El debate sobre la continuidad se hace más intensa, se duelen colaboradores del secretario general andaluz, justo cuando ha conseguido anotarse un punto en el desgaste de su oposición con las denuncias a contratos del Servicio Andaluz de Salud (SAS)

Pero lo orgánico no perdona y, señalan los críticos. La batalla está lista. Y se jugará, salvo que Sánchez la pare.