Publicada
Actualizada

El ayuno intermitente ayuda a bajar de peso y, además, mejora la salud cardiovascular. Así lo demuestra un estudio en el que ha participado la Universidad de Granada así como la de Navarra y el Centro de Investigación Biométrica en Red. 

De esta forma, aumentar el número de horas en las que no se ingieren alimentos no solo hace que se adelgace, sino que además mejora el estado de salud de las personas que lo hacen. 

El trabajo que prueba esto se ha publicado en la prestigiosa revista Nature. En concreto, la idea es hacer la última comida a las 17.00 horas y ya no comer hasta el desayuno. 

Esto es "una estrategia segura y eficaz para reducir la grasa subcutánea abdominal, es decir, la grasa que tenemos justo debajo de la piel sobre todo después de períodos de excesos como la Navidad", según la Universidad de Granada.

Desde dicho centro recuerdan que el sobrepeso y la obesidad afecta ya a siete de cada diez españoles y a la mitad del las españolas. Eso tiene relación, añaden, con el desarrollo de problemas metabólicos así como "enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer".

Calidad de vida

Este aumento de peso en la población no solo impacta en la calidad de vida de las personas, sino que también representa un desafío para el sistema de salud pública. La investigación científica está trabajando para implementar estrategias efectivas, pero a la vez sencillas, para tratar este problema que ya se considera una enfermedad.

Las dietas de restricción calórica ayudan a perder peso y mejoran la salud cardiovascular. Sin embargo, no son fáciles de mantener a largo plazo y suelen llevar a que la mayoría de las personas terminen por abandonar el tratamiento y por tanto recuperan el peso perdido, e incluso ganen más del peso de partida.

Ante las dificultades de mantener la adherencia a la restricción calórica tradicional, surgen nuevas estrategias nutricionales. Una de ellas es el ayuno intermitente, que consiste en alternar periodos de ingesta con periodos de ayuno que van desde horas hasta días.

Un tipo de ayuno intermitente que ha ganado popularidad en los últimos años es el que reduce el número de horas de ingesta y prolonga las horas de ayuno cada día. Se conoce como restricción horaria de la ingesta de alimentos, del inglés 'time-restricted eating'. Normalmente, en España, las personas toman su primer desayuno entre las 7,00 y las 8,00 horas y la cena en torno a la franja de entre las 21,00 y las 22,00 horas.

Hasta 18 horas

Por lo tanto, tienen una ventana de ingesta de 12-14 horas. En este tipo de ayuno intermitente se reduce la ventana de ingesta de 12-14 horas a una de 6-8 horas, y se ayuna durante 16-18 horas.

Esta estrategia nutricional ayuda según los expertos a "mantener un ciclo diario de ingesta y ayuno, lo que estabiliza los ritmos biológicos de nuestro organismo" en tanto "comer de forma irregular o por la noche altera estos ritmos y aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2".

Así han analizado los denominados ayuno temprano (con ventana de ingesta entre aproximadamente las 9,00 y las 17,00 horas), ayuno tardío (aproximadamente de 14,00 a 22,00 horas), y ayuno autoseleccionado, donde las personas podían seleccionar la franja horaria en la que querían comer, y lo hacían de media entre las 12,00 y las 20,00 horas.

Además, todas las personas que participaban en el estudio también recibieron el tratamiento estándar, que consistía en un programa de educación nutricional sobre dieta mediterránea y estilos de vida saludable.