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"Estad tranquilos, la legislatura va a durar hasta 2027". Son palabras de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno. Cobran especial relevancia tras saberse, como publicó EL ESPAÑOL, que el socialista acudió a Suiza a negociar con Carles Puigdemont la cesión de las competencias de inmigración a Cataluña.

Además, en la misma reunión el socialista habría puesto sobre la mesa también el reconocimiento del catalán como lengua oficial en las instituciones de la Unión Europea. Cabe recordar que el PSOE ya cedió ante los separatistas al aceptar dicha lengua en el Congreso y el Senado. 

En la cita estaba, además de Puigdemont el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán junto a su estrecho colaborador, el andaluz Juanfran Serrano. Por el lado de Junts se sentaron a la mesa la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, y el secretario general, Jordi Turull.

Con ese dato la tranquilidad que ha querido transmitir este sábado Zapatero a los socialistas en su congreso regional andaluz de Granada cobran más sentido. ¿Es un aviso de que está cerrado el acuerdo y eso garantiza que no haya ruptura abrupta con los necesarios socios del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para mantenerse en La Moncloa?

Zapatero ha abundado en Granada sobre la cuestión: "Haremos que dure la legislatura". La seguridad de sus palabras se suman al encargo que ha hecho a sus compañeros en el grupo parlamentario: "Os toca ganar las votaciones en el Congreso". 

'Comprar' tiempo en La Moncloa

Zapatero ha considerado esencial que la legislatura continue puesto que, ha reconocido, el proyecto del PSOE no está completo. Así, ha señalado que necesitan más tiempo en La Moncloa para "seguir subiendo el salario mínimo; para tener una Hacienda fuerte y robusta como ha logrado María Jesús Montero; y para afrontar de verdad el problema de la vivienda digna y accesible".

Cabe recordar que la cuestión de la inmigración no es la primera cesión del Gobierno socialista de Pedro Sánchez a los independistas, sin cuyos votos su supervivencia está más que comprometida. 

A la posible transferencia de la inmigración -un hito, puesto que compromete la competencia nacional de las fronteras- se suma el catalán en las instituciones europeas. 

Un "mediador"

Antes de eso, Sánchez ya aceptó que un "mediador" verificara las conversaciones y acuerdos mantenidos con los separatistas, como si de un conflicto internacional entre dos naciones se tratase. 

Más recientemente el Ejecutivo central se ha comprometido con la cesión de la gestión de los trenes de cercanías catalanes, el servicio de Rodalies

Y hay una cesión que no es puntual sino constante: las reuniones con Puigdemont o su equipo fuera de España, puesto que el líder separatista no puede entrar a España ya que está perseguido por la Justicia. 

A eso se suman cuestiones como la amnistía para los presos que participaron en la algarada independentistas del 1 de octubre así como la quita de deuda o la financiación especial para Cataluña que se niega a otros territorios de España.