Valencia

"Falló quien debía protegerla. La conselleria tenía la tutela y falló". Así de contundente se pronunció este lunes la Fiscalía contra la consejería de Igualdad del Gobierno valenciano, liderada por Mónica Oltra (Compromís). El ministerio público se pronunció en estos términos en el juicio contra Luis Eduardo Ramírez Icardi, que es, precisamente, el exmarido de la vicepresidenta autonómica. Está acusado de abusar de una menor de 15 años en el centro en el que trabajaba como educador.

El proceso quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Valencia. Este lunes tenía lugar la segunda y última sesión de la repetición parcial del juicio, que ha vuelto a celebrarse para analizar un informe que pone en duda de la credibilidad de la supuesta víctima. Inexplicablemente, el documento fue ignorado en la primera vista.

La Fiscalía, en sus conclusiones, mantuvo la petición de pena de 5 años de cárcel para el educador, si bien en la repetición del proceso introdujo agravante de superioridad. Esto se debe a que Ramírez Icardi fue el primer educador de la joven, que vivió en centros de reeducación desde los cuatro años de edad, según justificó la Fiscalía.

"Lo encargó la 'conselleria'"

Pese al informe que duda de la credibilidad de la menor, elaborado por el Instituto Espill, la representante de la Fiscalía mantiene su confianza en la acusación. "La declaración de la menor aparece en la Fiscalía, en el juzgado, en el expediente de la conselleria y en el documento de Espill. Todas las veces habla de episodios de masturbación y mantiene su relato", subrayó. Y fue incluso más lejos. Consideró que se trata de un documento "tendencioso, acientífico, inquisitivo, incongruente y de parte".

"Lo encargó la conselleria no sabemos con qué finalidad. Su fin tiende a desacreditar a la menor calificándola de desafiante o dominante. No utiliza metodología alguna, declara que no es creíble su testimonio y que la motivación era espuria porque se quería ir a un centro de Paterna. Sin embargo, ella mantuvo la misma versión de las masturbaciones, siempre contó lo mismo", defendió.  

La fiscal lamentó que "nadie cree a la víctima", que se la trate de "muy mentirosa" y que hasta se tenga "una actitud hostil hacia ella". Y criticó que tuviera que darse el "hecho fortuito" de que la menor huyera del centro para que acudiera la Policía y trascendieran los hechos denunciados. "Ahí es donde se pone en conocimiento de la Fiscalía por parte de los agentes el presunto abuso. Si no hubiera ido la Policía, tal vez los hechos habrían quedado impunes", destacó. 

"Falló quien debía protegerla. La conselleria tenía la tutela y falló", aseveró, y manifestó que la Generalitat Valenciana debería haber sido parte en la causa como responsable civil subsidiaria. En esta línea, solicitó al tribunal que reserve expresamente acciones a la menor por si esta quisiera reclamar una indemnización a la administración autonómica. 

"No soy el culpable"

El acusado ejerció su derecho a la última palabra para insistir en que es inocente. En referencia a la menor, dibujó a una persona atormentada, a una "víctima" de la sociedad, que estaba "abandonada por su familia". "Ni sus compañeras de habitación querían estar con ella. Pero yo no soy el culpable de eso", aseveró. 

"No quiero culpabilizarla a ella, pero quiero que se diga la verdad. Yo de golpe me encuentro en esta pesadilla y cualquiera entra en internet piensa que soy el malo. Mis hijos se han peleado en el colegio con compañeros defendiéndome", lamentó, y deslizó que los menores -en referencia a la denunciante-, "cuando quieren algo, la barrera entre mentir o decir la verdad no la tienen clara".

En la primera sesión de la repetición del juicio, Ramírez Icardi explicó que solo le enseñó "técnicas de relajación" -masajes en la cabeza- para que las hiciera por sí misma. El acusado aseguró que no entraba deliberadamente en su habitación por las noches, sino que se dedicaba a comprobar que todos los menores, incluida la supuesta víctima, se durmieran.

Ciudad de la Justicia de Valencia. EE

Ramírez Icardi fue condenado a cinco años de prisión en diciembre de 2019. La Audiencia Provincial de Valencia consideró probado que, entre finales de 2016 y principios de 2017, abusó de esta joven tutelada por la Generalitat Valenciana, que entonces tenía 15 años de edad. Según la sentencia, acudía a su habitación para tranquilizarla y, cuando ella se dormía, le cogía la mano y se masturbaba con ella.

Pero el juicio debió repetirse porque en aquel proceso no se tuvo en cuenta el mencionado informe del Instituto Espill que pone en duda la credibilidad de la presunta víctima. Y en la repetición ha tenido lugar, precisamente, la confrontación de este análisis con el de la forense, que sí cree la versión de la menor.

Psicóloga vs. forense

El informe no contemplado hasta ahora se realizó por encargo del centro de menores. La psicóloga que lo elaboró explicó en la primera sesión que se reunió en tres ocasiones con la menor. "Utilizamos un sistema de evaluación diagnóstica. En las tres contó el episodio de que el educador se masturbó con su mano", indicó la psicóloga de Espill, que negó conocer que el acusado fuera el exmarido de la vicepresidenta valenciana. Se enteró un año después por los medios de comunicación, aseguró.

La psicóloga, pese a la declaración explícita de la menor, consideró que fue "poco colaboradora", y que ofreció "información arbitraria, poco consistente e incoherente". También advirtió que no mostraba "rabia, ni rechazo al agresor, ni rencor", y que, por tanto, vio su relato como "poco creíble" y lo atribuyó a alguna "motivación espuria".

"Esta menor tiene un carácter fuerte, no es esperable de ella que no expresase rabia, enfado o necesidad de venganza. No creo que ocultase información, sino que no la tenía y por eso se molestaba cuando le pedíamos detalles", llegó a afirmar. A juicio de la psicóloga, su intención parecía ser abandonar aquel centro.

Sus consideraciones, por contra, fueron rechazadas de plano por parte de la médico forense del Instituto de Medicina Legal que examinó a la menor. Esta profesional llegó a decir que la anterior psicóloga "no consiguió conectar con la menor", e incluso puso en duda la metodología del informe elaborado por la psicóloga de Espill.

"Notaba el órgano sexual"

"Dice que dormía bocabajo, que notaba que le daban masajes por encima de la ropa y que notaba el órgano -sexual- del hombre en su mano, también la eyaculación, eso no es inconsistente. Esta menor muestra un perfil completamente estable y normal, que ya quisieran para sí muchas jóvenes de su edad. Además, nunca dice nada diferente, su relato ha sido siempre el mismo", aseveró la forense.

La repetición del juicio ha tenido lugar entre febrero y marzo tras suspenderse el pasado 11 de enero, cuando la cuarentena por un contacto estrecho con un positivo por Covid-19 impidió asistir a la Ciudad de la Justicia de Valencia a la abogada del acusado.

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