El diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, no tuvo su mejor tarde el pasado martes. Perdió la votación que impulsaba junto a Podemos, ERC y la CUP para demoler la ampliación del Puerto de Valencia, y en su intervención también perdió los nervios ante la diputada de Ciudadanos María Muñoz, a la que mandó callar con vehemencia.
Sin embargo, nada llamó tanto la atención en el puerto como el error que cometió justo después, al llamar "multinacional china" a la naviera europea MSC. No es el primero que se equivoca al respecto en su partido.
Baldoví, en su discurso, abogó por convertir el recinto valenciano en "un puerto democrático, donde la ciudad, los ciudadanos, puedan decidir qué puerto quieren". "Y no que lo decida una multinacional china", agregó.
A su juicio, la ampliación del puerto de Valencia tan solo beneficiará a la adjudicataria de la nueva terminal norte, MSC, por lo que pide al Gobierno renunciar a la actuación y desmontar los diques de abrigo construidos desde 2012, que costaron 203,6 millones de euros.
El uso de la nacionalidad como adjetivo despectivo sería cuestionable en cualquier caso, pero se da además la circunstancia de que MSC es una compañía italo-suiza. Su propietario es el empresario Gianluigi Aponte, y la sede central de la multinacional, líder en el mundo en tráfico portuario, se encuentra en Ginebra. Lejos de ser china, es de hecho el contrapeso mundial al negocio en auge del gigante asiático Cosco.
El error es grueso para un diputado encargado de defender una iniciativa contra la ampliación del puerto de esa misma empresa, pero más si cabe para un representante público valenciano. Porque ocurre, además, que MSC tiene una larga trayectoria en la ciudad de Valencia. En concreto, lleva presente en la ciudad 40 de sus 52 años de trayectoria.
La sede en España de la compañía se encuentra en la capital del Turia, donde construyó hace ocho años un edificio exclusivo para sus oficinas en el barrio valenciano de Moreras. Según los datos que ofrece la empresa, cuenta en la actualidad con 750 trabajadores en España, de los cuales 370 se encuentran en Valencia.
"El error es muy llamativo, porque nos consta además que Joan Baldoví ha estado reunido con el presidente de MSC en España, Francisco Lorente, quien, por cierto, es valenciano", subraya a este periódico un empresario portuario. El mismo podría haber sido considerado un desliz, pero llamó mucho la atención en el sector por tratarse del segundo líder de Compromís que afirma tal cosa.
Antes lo hizo el presidente de Les Corts Valencianes, Enric Morera. En una entrevista publicada este mes por el diario Levante-EMV manifestó, en línea con Baldoví, que "una empresa china no puede decidir la ampliación del puerto sin tener en cuenta a la ciudad de València".
ERC y la CUP
Unidas Podemos y Compromís naufragaron este martes en el Congreso de los Diputados. Ambas formaciones se aliaron con ERC, la CUP y Nueva Canarias para impulsar una atrevida Proposición no de Ley (PNL). Pidieron al Gobierno de España que derribe las obras ya realizadas para la ampliación norte del puerto de Valencia, que tuvieron un coste de 203,6 millones de euros. Se trata del gran dique de abrigo cuya creación concluyó en 2012.
La llamativa presencia en esta propuesta de ERC y la CUP copó buena parte de las réplicas de Ciudadanos y PP, que se opusieron con contundencia a la PNL. "¿Por qué no advierten ustedes ese mismo impacto negativo en la ampliación del Puerto de Barcelona?", preguntó la diputada valenciana María Muñoz (Cs) a Marta Rosique, que intervino por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). A su vez, pidió a esta formación que "abandone sus ansias imperialistas".
La también valenciana Belén Hoyo, diputada del PP, se pronunció al respecto con aún más vehemencia. Tildó la iniciativa de "surrealista" al estar respaldada por formaciones que "pretenden demoler parte del puerto de Valencia mientras se amplía el de Barcelona". "El objetivo es que naufraguemos los valencianos y se queden a flote los que quieren que se hunda nuestra tierra", manifestó.
"¿Por qué en Barcelona no dicen nada contra la ampliación sur? Es una auténtica vergüenza", espetó Hoyo. "Los valencianos estamos hartos de que nos vendan al independentismo catalán, hartos de que los independentistas catalanes vengan a escribir nuestro futuro", lamentó.
Marta Rosique (ERC) afirmó que la iniciativa es "otro pelotazo más en el País Valenciano, esta vez de manos del PSOE". Aseveró que la iniciativa "destroza el medioambiente sin ningún beneficio económico". "El único camino es la retirada de la ampliación", dijo, y abogó abiertamente por "desmontar el dique norte".
Rechazo del PSOE
La dirigente independentista recibió una minuciosa réplica por parte del diputado del PSOE Vicent Sarriá. El valenciano subrayó que la inversión de MSC, la multinacional adjudicataria de la ampliación, será de 1.000 millones de euros, y que del puerto de Valencia dependen 40.000 empleos. "20.000 empresas hacen uso de sus muelles, por mar salen el 70% de las exportaciones de Ford", precisó.
El dirigente justificó el voto en contra de los socialistas. Afirmó que "el desarrollo y la sostenibilidad no son incompatibles", y destacó que la hoja de ruta del puerto de Valencia es llegar a 2030 siendo un puerto 100% electrificado".
Hubo un abismo entre su postura y la de Unidas Podemos y Compromís. La diputada Rosa Medel, que fue quien defendió la PNL, afirmó que el proyecto "no aporta valor al pueblo, solo degradación", y que "supone financiar con dinero público a una empresa privada". "Nos oponemos por motivos medioambientales y políticos", dijo.
Joan Baldoví, en la misma línea, acusó a los partidarios de "defender los intereses de una multinacional", y destacó la postura del 'popular' Esteban González Pons, que se muestra abiertamente en contra del proyecto -lejos del posicionamiento de su formación-.
La ampliación norte del recinto valenciano comenzó en 2012 con la construcción de un gran dique de abrigo que costó 203 millones de euros. El proyecto cuenta con la preceptiva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), pero el puerto, para lograr un muelle más rectilíneo y operativo, optó por modificarlo y proyectar la gran explanada pegada al dique, como se aprecia en la imagen.
Se abrió entonces un intenso debate sobre si este cambio significativo en el proyecto podía realizarse sin una nueva DIA. El Gobierno de España, a través de Puertos del Estado, se pronunció al respecto el pasado mes de marzo. Concluyó que no será necesaria una declaración de impacto ambiental adicional a la realizada en 2007, que bastará con una certificación de la propia Autoridad Portuaria de Valencia (APV).
Pero los socios a la izquierda del PSOE mantienen su ofensiva contra la ampliación. Y no solo eso: la recrudecen, ya que proponen la demolición de las obras ya realizadas. En concreto, la PNL solicitaba al Ejecutivo que "desista del proyecto actual de ampliación norte del puerto".
Sobre el dique ya construido se pronuncia de forma explícita. "Se insta al Gobierno para que el Ministerio de Fomento proceda al desmantelamiento del dique norte de abrigo, en tanto en cuanto se haya desistido del proyecto de ampliación del puerto y este es parte de la primera fase de la misma", reza el texto.
A juicio de los firmantes, este desmantelamiento "paliaría el lamentable estado de las playas del sur (Pinedo y el Saler), así como la amenaza para el parque natural de l’Albufera".