El PP valenciano de Carlos Mazón prepara una potente campaña de propaganda para calentar las elecciones autonómicas previstas el próximo mes de mayo. La misma contiene un mensaje optimista para los populares, pues da por hecho el cambio político en los próximos comicios. Lo hace con mensajes en positivo: "Sonríe, ya viene el cambio". Pero con otro en negativo contra PSOE y Compromís: "sonríe, ya se van".
Este último lema se encuentra en la cartela más provocativa, en la que Ximo Puig aparece junto a la exvicepresidenta valenciana Mónica Oltra y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La intención parece sencilla. Por un lado, identificar al mandatario autonómico con la maltrecha dirigente, que tuvo que dimitir tras ser imputada por las presuntas maniobras de su conselleria para tapar los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada.
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Por otro, asociar al líder autonómico con el estatal en un momento en el que los barones socialistas están apostando por justo lo contrario: distanciarse de Sánchez para no ser arrastrados por su tendencia a la baja en el conjunto de España (con la posible excepción de Cataluña) a solo cuatro meses de las elecciones valencianas.
La campaña del PP de Carlos Mazón aúna a Puig y a Sánchez en un muy mal momento del segundo en la Comunidad Valenciana, donde el Gobierno central es protagonista por el recorte unilateral del trasvase Tajo-Segura, la infrainversión en Alicante o el estancamiento de la reforma del sistema de financiación autonómica.
Todo ello se suma al malestar general que ha generado Moncloa en España con la eliminación del delito de Sedición y la rebaja en el de Malversación para contentar a sus socios parlamentarios independentistas.
Además de la imagen contra sus adversarios, la campaña consta de otro cartel, en el que simplemente aparece el rostro de Mazón como el lema "En 2023 sonríe, ya viene el cambio".
Esta última se asemeja más a las anteriores. El PP valenciano ya ha impulsado varias campañas desde que el Presidente de la Diputación de Alicante tomó las riendas. La primera campaña también fue sonada, pues sembró el ambiente electoral mucho antes de la llegada de las elecciones.
El objetivo entonces fue doble: dar a conocer a un candidato con menor popularidad que Puig en Valencia y Castellón y desgastar su gobierno con el augurio de que se adelantarían las elecciones, cosa que no ocurrió finalmente.
Como en aquella ocasión, la presente campaña de propaganda se desarrollará en el entorno físico, con su implantación en vallas de todo tipo (todas las agrupaciones del PP ya han cedido las suyas) y también con su despliegue digital, fundamentalmente a través de las redes sociales.