Valencia

El Ayuntamiento de Valencia rectifica y no echará de su sede a la Asociación Hispano-Siria de la Comunidad Valenciana. La entidad había recibido un ultimátum para marcharse el pasado 9 de febrero, pero no tendrá que cumplir con la exigencia finalmente. Podrá quedarse de momento y está entre las favoritas para el futuro uso compartido del local.

"El local deberá ser puesto a disposición del Ayuntamiento de Valencia en el plazo de 15 días", les advirtió en consistorio cuando se encontraban en plena campaña de recogida de ayuda para paliar los graves daños humanos y materiales causados por el terremoto registrado en el país y en Turquía el día 6. Pero la corporación ha dado marcha atrás y les permitirá continuar.

La concejalía de Bienestar y Derechos sociales, dirigida por Isabel Lozano (Compromís), ha trasladado al presidente de la entidad, Abdallah Wassel, que podrán seguir en el local municipal mientras se produce su proceso formal de adjudicación, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes del departamento.

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"La Asociación Hispano-Siria puede quedarse en el local hasta que se produzca la convocatoria pública e, igualmente, presentar una nueva solicitud para ocuparlo", manifiesta al respecto la edil. "Eso sí, en esta ocasión, con un uso compartido con otras entidades, porque tenemos mucha más demanda de actividades sociales que oferta de locales municipales", puntualiza. La entidad se mostró dispuesta desde el principio a compartir las instalaciones.

Las fuentes consultadas insisten en que la entidad tiene muchas posibilidades de resultar agraciada si acude al proceso de concurrencia por el mismo, y enmarcan los términos manifestados en la misiva enviada a "la frialdad" del proceso administrativo.

La misiva que les instaba a marcharse fue la respuesta del ayuntamiento a una solicitud de prórroga formalizada por la entidad. Quien la desestimó fue el teniente de alcalde y concejal de Hacienda, Borja Sanjuan (PSPV-PSOE), quien también ha mediado para que la organización siga de momento en el local.

El tira y afloja con la administración municipal comenzó en abril del año pasado, cuando el Ayuntamiento comunicó a la asociación su voluntad de recuperar el inmueble para ofrecerlo en "concurrencia competitiva" a todas las entidades que aspiren a utilizarlo. La entidad solicitó una reunión con la concejala, quien delegó en su equipo la recepción del presidente.

"Okupa"

La cita, lejos de servir para encontrar soluciones, agravó el desencuentro. "Cuando defendí nuestra labor se me acusó de okupa y de falta de valencianía. Y estos términos, dirigidos a mi asociación, son un insulto", lamentó Wassel.

Tales expresiones aparecieron recogidas en una carta remitida por el presidente de la entidad a Lozano, ausente en el encuentro. Quienes acudieron al mismo en representación municipal fueron la asesora Sara Moltó y la coordinadora Helena Ferrando.

"Quiero señalarte que, gran parte de los componentes de la asociación, son médicos que han servido a la sociedad valenciana por más de cuarenta años, y todos españoles y valencianos", trasladó a la dirigente el también presidente de la Asociación de Jubilados del Hospital Clínico-Malvarrosa de Valencia. "Es una descalificación intolerable y dolorosa", le reprochó.

En la carta a la concejal, Wassel también le recordó "la labor humanitaria con los refugiados sirios y otros del próximo oriente". Según expuso, tanto la entidad como el local constituyen "un punto de referencia para todos ellos".

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A las funciones que vienen desempeñando desde que estalló la guerra de Siria hace una década se suma ahora la desgracia del terremoto, que ha pasado a ser el centro de su acción. Wassel subraya que "la atención mediática y el grueso de la ayuda se la está llevando Turquía", donde se han producido la mayoría de las decenas de miles de muertes. "Pero en Siria ya hay 5.000 muertos, y son también seres humanos", denuncia.

"Basta con acudir a un mapa de los que muestran el movimiento de los aviones para comprobar que todo está yendo a Turquía. El embargo a Siria decretado por EEUU y respaldado por Europa hace que sea imposible enviarles siquiera dinero", advierte.

Por ello, a su juicio, "es fundamental la ayuda que pueden prestar ciudadanos que estén directamente en el terreno". En su caso, la Asociación Hispano-Siria se centró inicialmente en enviar dinero a través de un enlace en el país, capaz de cambiar de canjear euros por libras sirias y de hacer llegar la ayuda directamente a los destinatarios. Cuando solventó los problemas logísticos para poder materializar envíos, comenzó también a recoger alimentos y enseres como ropa o mantas.

Labores de rescate tras el terremoto sufrido en Siria. EE

Según lamenta, allí la situación es "mucho más complicada". "No hay maquinaria para el rescate de los atrapados en las ruinas, se guían solo por los gritos de auxilio. La situación es mucho más precaria. La ayuda que necesitan es de todo tipo: alojamiento, alimentación, sanidad... están viviendo en la calle por miedo a volver a viviendas que pueden derrumbarse en cualquier momento", advierte.

Esta es la crisis que tratan de paliar con su humilde aportación desde la asociación. Pero al tercer día del terremoto les llegó la notificación del Ayuntamiento. Wassel había alegado contra la decisión de abril de retirales el espacio, solicitando una prórroga que les era desestimada, pero que ahora queda sin efecto.

El Ayuntamiento de Valencia, en sus comunicaciones remitidas a la entidad, argumentaba que la misma disfrutó de una cesión gratuita del espacio en 2014 por un periodo de cinco años. Al haber expirado ya este plazo y un periodo adicional en el que se aparcó el proceso por la pandemia, les invitaban a marcharse y a participar en un proceso de concurrencia competitiva para optar al inmueble. Pero finalmente podrán seguir mientras se adjudica.

La entidad, además de alegar, recurrió la decisión ante la justicia, y subrayó que había realizado una inversión de 16.000 euros para reparar "graves desperfectos" en las instalaciones, que requirieron la solicitud de un préstamo de 10.000 euros.