Jorge Rodríguez era para el PSOE una especie de Abel Caballero, pero con 39 años y de Valencia. Un alcalde talismán de esos que llenan las urnas de votos socialistas aunque el viento sople con fuerza por la derecha porque sabe conectar con su electorado e interpretar cada momento.
Su éxito arrollador en Ontinyent, ciudad de la que es alcalde desde 2011 con mayorías absolutísimas, le llevó a ocupar el cargo de presidente de la Diputación de Valencia en 2015 y se situó como el candidato mejor posicionado para suceder a Ximo Puig al frente del socialismo valenciano.
Sin embargo, todo se fue al traste el 27 de junio de 2018. Esa mañana, fue detenido por la Policía Nacional y trasladado a los calabazos por unos delitos que la Justicia, cinco años después, ha dictaminado que no cometió.
Rodríguez se enfrentaba a 8 años de prisión por nombrar como altos cargos de una empresa pública a personas de su confianza y miembros de los distintos partidos de la coalición, lo habitual en cada cambio de gobierno. Pero se abrió un procedimiento penal hasta las últimas consecuencias tras la intervención en la investigación de un exmagistrado que el PSOE colocó en la Diputación para limpiar la corrupción del PP, José Luis Vera.
Finalmente, la Sección Primera de la Audiencia de Valencia ha absuelto a las 14 personas que estaban acusadas en el marco del llamado caso Alquería, una investigación abierta por las contrataciones de altos directivos en la empresa pública Divalterra, antes llamada Imelsa, entre los años 2015 y 2018.
Las acusaciones mantenían que los máximos responsables de Divalterra diseñaron un sistema artificioso de áreas de dirección en esta sociedad únicamente para favorecer a miembros, afines o simpatizantes de los partidos políticos que dirigían la Diputación, PSPV-PSOE y Compromís. La supuesta malversación se elevaba a más de 1 millón de euros porque incluía los salarios cobrados por el personal directivo y que el ministerio fiscal consideró ilegales.
La Audiencia cuestiona los informes policiales y concluye que, no solo no ha resultado acreditado que la sociedad resultase perjudicada económicamente por ese nuevo modelo de gestión, sino que la nueva estructura de la sociedad "permitió ampliar significativamente su actividad sin que lo hiciera su presupuesto". Sobre la detención, rechaza la vulneración de derechos fundamentales o la indefensión.
"Viví una pesadilla"
Cinco años después de ser arrestado, Rodríguez, ya con 44 años, ha sido absuelto y lamenta en una conversación con EL ESPAÑOL "el daño irreparable" que se ha hecho a los acusados. "Me acusaron por el sueldo que cobraban estos directivos y es el que le correspondía. Estaba reflejado en el presupuesto y nunca se ocultó nada".
La sentencia, que puede ser recurrida, llega en un momento excepcional para él: solo unos días después de revalidar su mayoría absoluta por el partido independiente que fundó tras su detención y con un diputado provincial que puede dar la Diputación de Valencia a PP o al PSOE a partir del próximo mes de julio. "Me llegan mensajes diciendo que la sentencia es un acto de justicia poética y del karma".
La operación policial, en la que participaron agentes de Madrid y Valencia, se desarrolló días después de que Pedro Sánchez fuese nombrado presidente del Gobierno tras la moción de censura que presentó contra Mariano Rajoy por los casos de corrupción que afectaban al PP.
Mantener a un dirigente detenido e imputado rompía el relato con el que Sánchez había llegado a la Moncloa y Jorge Rodríguez fue un daño colateral. Unos meses después, su madre se quitó la vida tras ver a su hijo con las esposas y vilipendiado por sus antiguos compañeros de partido.
"Mi madre se suicidó a los tres meses de mi detención, viví una pesadilla. No es una muerte natural y en esa decisión también pesó mi detención. Por mucho que pienses que en un suicido la causa es multifactorial, porque la persona ha llegado al límite por una serie de circunstancias, dentro de esas gotas de agua que le pesaron estuvo mi detención".
- ¿Quién estuvo detrás de este caso?
- "Tengo claro que el cerebro de todo esto fue un señor que se llama José Luis Vera. Era del partido y el responsable jurídico de la empresa pública. El partido me dijo que había sido magistrado suplente, que era un jurista de reconocido prestigio y que había investigados casos de corrupción del PP y colaboraba con la Fiscalía. Pequé de ingenuo y mi error fue no comprobar todo esa información".
José Luis Vera ha sido durante años magistrado suplente de la Audiencia de Valencia y está casado con la exdiputada socialista María Antonia Armengol. Próximo al círculo de confianza de Puig, el PSOE lo colocó en la Diputación de Valencia en 2015 para limpiar la corrupción del PP, pero años después fue detenido por el supuesto cobro de comisiones a empresas a cambio de favores de administraciones socialistas.
"Nunca entendimos como este señor continuó como si nada, sobre todo después de ser detenido. Solo lo entiendo desde la perspectiva del miedo que se puede tener a una persona que había sido capaz de dinamitar nuestras vidas", razona ahora Rodríguez.
Vera ha colaborado con la Fiscalía en este caso de manera activa y elaboró un informe jurídico sobre estas contrataciones en el que no advirtió de ninguna ilegalidad. En el juicio dijo que puede ser que ese día estuviese "loco" porque realizar las contrataciones de estos directivos era "soez, improcedente y kamikaze".
"Me quedé blanco", recuerda ahora el alcalde de Ontinyent. "La persona que tendría que haber velado por la legalidad era la persona que estaba montando toda la maraña jurídica del caso".
- ¿Por qué lo contrató como responsable jurídico?
- "Su tarjeta de presentación era que tenía muy buena relación con la Fiscalía. Y si una cuestión prioritaria era limpiar la Diputación, pues el hecho de que él estuviera era una garantía de que la colaboración con Fiscalía iba a ser estrecha. José Manuel Orengo -exalcalde de Gandía y próximo a Puig- nos dijo que era la persona adecuada y le creímos. Pequé de inocencia y no verifiqué esa información".
"Jamás volvería a este PSOE"
"Consideramos más bien que el orden fue inverso. Se dotó a Imelsa de una nueva estructura que (…) se consideró más eficaz para el cumplimiento de los fines sociales; y se buscaron personas que fueran capaces para el desempeño" puntualizan los magistrados.
La resolución llega en un momento clave, dos días después de las elecciones en las que Rodríguez volvió a conseguir mayoría absoluta con el partido independiente que fundó tras ser expulsado del PSOE, Ens Uneix.
Como su partido también se presenta en otros municipios y ha obtenido buenos resultados, le corresponde un diputado provincial y tiene la llave para decidir el próximo Gobierno de la Diputación porque la derecha y la izquierda están empatados en escaños. El recuento definitivo de votos se realizará el viernes, pero ya ha recibido mensajes de PP y PSOE para negociar.
"Mi dificultad a la hora de negociar es que unos me han tratado como un apestado y otros me pedían 8 años de prisión, estoy entre Guatemala y Guatepeor", bromea. Lo que tiene claro es que no volvería ser a presidente de la Diputación ni quiere volver a verse otra vez en medio de luchas por el poder.
"He tenido suficiente experiencia. Solo me gustaría entrar por la puerta con la cara bien alta porque me fue de allí con la cara agachada y detenido. Yo solo hice lo que creí que era mejor para la Diputación de Valencia y así lo ha reconocido la Justicia".
"Tras ver el nivel de autocrítica después de la derrota del domingo no me extraña. Ximo Puig no tuvo la dignidad de mirarme a los ojos y decirme que me tenía que ir".
- ¿Volvería al PSOE?
- "Jamás volvería a este PSOE, a un PSOE cainita. El PSOE de Pedro Sánchez, que tal vez haya sido el peor presidente del gobierno de España. Es un PSOE de club de fans donde no hay debate. Yo no podría volver ahí".
- ¿Qué conclusión saca de todo esto?
"La política tiene que hacer una reflexión para ver realmente a qué punto hemos llegado con la judicialización de la política. En el PSOE han pasado de ir a acompañar a Vera y Barrionuevo a la prisión a echar a gente sin ni siquiera explicarse. Me quedo con que, por muy mal que lo pases, siempre hay esperanza".