Así perdió el PSOE su único reducto en Valencia: del perdón que Ximo Puig negó a las batallas internas
El PP divide a sus adversarios y ya domina todo el poder valenciano tras la traición del partido independiente de un exsocialista.
15 julio, 2023 07:01El corazón tiene razones que la política no entiende y muchas veces lo que parece inexplicable tiene una explicación muy simple, al menos hasta que existan razones para elegir una más compleja.
El PSOE perdió este viernes en Valencia la Diputación, su último reducto, por la venganza de un exsocialista al que Ximo Puig se negó a pedir perdón tras su absolución en un caso de corrupción. Así de simple y así de complejo.
Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent y expresidente socialista de la institución entre 2015 y 2018, cumplió finalmente con su amenaza y la diputada de Ens Uneix, el partido que fundó tras ser detenido y expulsado del PSOE, se votó a sí misma para no apoyar al candidato socialista.
[El PSOE pierde en Valencia la Diputación, su último reducto, por la venganza de un exsocialista]
La decisión provocó un empate a 15 entre PP y Vox y PSOE y Compromís. En la segunda votación, la candidata de Ens Uneix, Natalia Enguix, volvió a votarse a sí misma. Al no disolverse el resultado, el candidato popular Vicente Mompó fue elegido presidente de la corporación, al representar a la lista con más votos.
La crisis que atraviesa el PSOE valenciano tras la derrota electoral del pasado 28 de mayo ha servido en bandeja a PP y Vox la Diputación de Valencia, la única institución valenciana que obtuvo una mayoría de izquierdas después de las elecciones municipales.
“Volem que la @dipvalencia siga un espai on pugam arribar a acords, a fer pactes de majories, oferir un ampli ventall cultural, millorar els serveis públics que depenen de nosaltres, realitzar les inversions que siguen necessàries per als nostres municipis” pic.twitter.com/Is6WVa5YgC
— ENS UNEIX (@EnsUneix) July 14, 2023
El resultado es una enorme pérdida de poder para un partido que viene de un revés electoral importante y que camina inevitablemente hacia un congreso extraordinario.
Los críticos con la actual dirección esperarán a las elecciones del 23 de julio para que Ximo Puig convoque un cónclave que sirva para reconstruir al partido y redefinir nuevos liderazgos, según reiteraron fuentes del PSOE.
No obstante, a quien más perjudica la carambola es a Carlos Fernández Bielsa, secretario general del PSOE en la provincia de Valencia y candidato a presidir la Diputación. Tras la derrota electoral, Fernández Bielsa se situó en la carrera para suceder a Puig. Pero el voto del partido de Rodríguez frustró su aspiración a ejercer de contrapoder del PP en Valencia.
El pleno de infarto se celebró en un ambiente muy tenso y tras semanas de presiones. La incógnita se mantuvo hasta el último momento y el PP de Carlos Mazón volvió a demostrar su habilidad política en las negociaciones y dividió a sus rivales políticos.
El PP acumulará hasta 2027 todo el poder valenciano: gobernará la Generalitat, las tres diputaciones y los ayuntamientos de las capitales de provincia, así como las ciudades más pobladas. El vuelco devuelve a los populares de Valencia a sus mejores momentos.
Detención y absolución
La relación de Jorge Rodríguez y el PSOE es una historia de pasión, desamor y más pasión. Rodríguez era para el PSOE una especie de Abel Caballero, pero de Valencia. Un alcalde talismán de esos que llenan las urnas de votos socialistas aunque el viento sople con fuerza por la derecha.
Su éxito arrollador en Ontinyent, ciudad de la que es alcalde desde 2011 con mayorías absolutísimas, le llevó a ocupar el cargo de presidente de la Diputación de Valencia en 2015 y se situó como el candidato mejor posicionado para suceder a Ximo Puig.
Sin embargo, todo se fue al traste el 27 de junio de 2018. Rodríguez fue detenido y pasó una noche en el calabozo. Los socialistas, que llegaron a la Moncloa semana antes tras una moción de censura presentada por la corrupción del PP, defendieron que no podían permitirse tener a un presidente de la Diputación detenido y forzaron su marcha.
Según la Fiscalía Anticorrupción, Rodríguez contrató a dedo a gente que ni iba a trabajar -pero cobraba- solo por ser afines al PSOE y Compromís, los dos partidos que gobernaban la institución provincial. La supuesta malversación se elevaba a más de 1 millón de euros porque incluía los salarios cobrados por el personal directivo y que el ministerio fiscal consideró ilegales.
El PP se personó como acusación y pidió la apertura de juicio oral. Incluso el nuevo presidente de la Diputación firmó en noviembre los poderes notariales que facultaron al abogado del PP a solicitar 8 años de prisión para Rodríguez.
La resolución del caso no llegó hasta el pasado 30 de mayo, dos días después de las elecciones. La Audiencia de Valencia absolvió a todos los acusados. La Fiscalía Anticorrupción ha recurrido, pero Jorge Rodríguez ya se había quitado un peso de encima y acumuló muchísima fuerza en la negociación.
"Mi dificultad a la hora de negociar es que unos me han tratado como un apestado y otros me pedían 8 años de prisión, estoy entre Guatemala y Guatepeor", afirmó Rodríguez en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL.
El caso tuvo un enorme coste personal para Jorge Rodríguez. "Mi madre se suicidó a los tres meses de mi detención, viví una pesadilla. No es una muerte natural y en esa decisión también pesó mi detención. Por mucho que pienses que en un suicido la causa es multifactorial, porque la persona ha llegado al límite por una serie de circunstancias, dentro de esas gotas de agua que le pesaron estuvo mi detención", contó en la misma entrevista
Sin perdón
Tras la absolución, el PSOE difundió un comunicado felicitándose por la sentencia y proclamo su honorabilidad. Pero Rodríguez exigió que Ximo Puig le pidiera perdón, reconociera el error y restituyera su imagen en el pleno de constitución de la Diputación. "Nos tiraron cuando aún ni siquiera se había abierto juicio oral", denunció.
Puig respondió que no tenía que pedir perdón y nombró a Rebeca Torró, ex mano derecha de Rodríguez en Ontinyent, como nueva portavoz del PSOE en las Cortes Valencianas.
Rodríguez y su equipo interpretaron este gesto como un desafío y, unos días después, dieron por rotas las negociaciones con el PSOE. Justificó su decisión en la desconfianza que le traslada Ximo Puig y el partido.
Además, le acusó de haberse esforzado por dificultar y entorpecer cualquier avance en la negociación. Rodríguez propuso que PSOE y Compromís votaran a su única diputada si de verdad querían un gobierno progresista. Era una manera de devolver la presidencia que le quitó su detención, restaurar su imagen y sellar la paz.
Fernández Bielsa intentó el acuerdo hasta el último momento, pero los socialistas no estaban dispuestos a ceder la presidencia a un partido con único representante. Designó como negociadores a cargos del PSOE que siempre defendieron la inocencia de Rodríguez, amigos dentro y fuera del partido, pero su posición era definitiva.
Este jueves por la noche, Fernández Bielsa se desplazó a Ontinyent para mantener una conversación con Rodríguez. La reunión se desarrolló en un tono amable y con buenas palabras para el aspirante del PSOE. Del encuentro salió el compromiso de revisar y meditar su decisión. Pero las cartas estaban echadas.
Cuando los socialistas llegaron a la Diputación y vieron que el candidato del PP había acudido a la sesión acompañado de toda su familia y amigos, dieron por perdida la institución. Sus rostros indicaban que algo no iba bien,
Rodríguez también se desplazó a Valencia para asistir al pleno y era la primera vez que entraba en el edificio desde que fue detenido en 2018. El alcalde de Ontinyent se sentó entre cargos del PP y apenas intercambió palabras con sus antiguos compañeros. Salió del edificio entre gritos de "traidor".
"Hemos estado a su lado estos 5 años. Hemos dado la cara por él cuando el PP le atacaba. Pero ha optado por darle la institución a las mismas personas que hasta hace pocos meses le pedían 8 años de prisión antes que a sus compañeros", lamentaba ayer un destacado dirigente socialista.
Tras la votación en el pleno, Fernández Bielsa echó la culpa a Ens Uneix de este "error histórico" por apoyar a su candidata en lugar de a él a pesar de solo tener un escaño. "Una decisión imperdonable que unas personas han llevado al extremo y nadie entiende. Una oportunidad histórica perdida, un error inmenso", manifestó.
Más dura fue la representante de Compromís. "Espero que la gente de su comarca se lo eche en cara cada día. Ustedes se definían como un partido progresista, no sé qué ha quedado de eso ¿Pero en qué momento pensaron que era una buena idea apoyar a los que injustamente les querían enviar a prisión?", se preguntó la diputada nacionalista Dolors Gimeno.
El final del discurso de Vicente Mompó guardaba una de las claves en la negociación. "Nos equivocamos y es justo reconocerlo aquí y ahora en el pleno de la Diputación", dijo el líder del PP en el pleno. "Nos habéis dado una lección de alta política", añadió. El PP, de momento, no ha recurrido la sentencia que absuelve a Rodríguez. Ens Uneix matizó por la tarde las palabras de su portavoz y mantiene que no pactará un gobierno con la extrema derecha.
En el PSOE creen que "hay que ser muy ingenuo" para pensar que Rodríguez se ha aliado con el PP porque Puig no le pidió perdón. Solo unos minutos después de la votación, la diputada de Ens Uneix anunció su intención de formar gobierno con el PP, renunciando a una de sus lineas rojas: que Vox no estuviese en el ejecutivo.
"Más pronto que tarde sabremos cuál ha sido el precio con el que han mercadeado la Diputación", publico Sandra Gómez en Twitter, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Valencia. De momento, una explicación simple es la que explica lo inexplicable.