El comité clínico que asesora a la Xunta de Galicia ha decidido continuar avanzando con la desescalada "progresiva" con la apertura del área sanitaria de Ferrol, aunque apelando a mantener la "prudencia" después de un fin de semana en el que se dieron imágenes "preocupantes" en algunas terrazas de la comunidad.
"Los datos son buenos, con una tendencia clara de disminución, una curva que sigue decreciendo y una situación en los hospitales que se va aliviando, pero podemos retroceder si no actuamos con prudencia", ha advertido el consejero de Sanidad, Julio García Comesaña, en la rueda de prensa posterior a la reunión del comité clínico.
Así, la evolución favorable de la presión hospitalaria ha llevado a tomar la decisión de abrir el área sanitaria de Ferrol, mientras que las de La Coruña y Pontevedra seguirán cerradas, aunque su situación será revisada en la reunión del subcomité clínico prevista para este viernes.
Entre las nuevas restricciones también destaca el paso a nivel dos de Cariño, Guitiriz, Lourenzá, A Pobra de Brollón, Tordoia, Porto do Son, Mos, Mondariz, Pazos de Borbén y Boborás, que entrará en vigor a las 00.00 horas del viernes, igual que el paso a nivel tres del área de Ferrol.
El municipio pontevedrés de Soutomaior será el único de la comunidad que continuará con el nivel máximo de restricciones, lo que se traduce en un cierre perimetral y de la hostelería y la prohibición de reunirse con personas no convivientes.
La incidencia en la comunidad continúa cayendo y se sitúa en los 127,8 casos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días y en 50,8 en los últimos siete, todo ello además con una "tendencia descendente", según ha confirmado la directora general de Salud Pública, Carmen Durán Parrondo.
Con respecto a la situación en La Coruña y Pontevedra, el consejero ha destacado que, si bien "se han dado pasos importantes hacia la normalidad", se ha optado por mantener las restricciones debido a la ocupación de las unidades de cuidados intensivos, que se sitúa cerca del 25% en el área coruñesa y del 20% en la de Pontevedra.
El doctor Pedro Rascado, integrante del comité clínico, ha precisado que esta decisión busca "garantizar que las unidades de cuidados intensivos estén en condiciones de actuar ante un repunte, un aumento exponencial de los nuevos casos".
"No deseamos que haya una cuarta ola pero, en caso de que llegue, nos tenemos que asegurar que no haya pacientes de la tercera ola todavía ingresados", ha detallado Rascado, quien ha advertido de que "el aumento de la interacción social puede producir un incremento rápido de la incidencia".
El doctor ha incidido en que la buena evolución de la pandemia "no es casualidad", sino que se debe, además de "al cumplimiento de medidas como el mantenimiento de la distancia de seguridad o el uso de la mascarilla", a "esa disminución de la interacción social", motivo por el que está "especialmente preocupado" por algunas imágenes vistas a lo largo del fin de semana.