La pandemia ha golpeado duramente al sector hotelero: muchos establecimientos se han visto obligados a cerrar o a tener a buena parte de su plantilla en ERTE. No es el caso de los hoteles Playa del Sol de Las Palmas y Surfing Colors de Fuerteventura, que, gracias a una apuesta por las estancias largas y los nómadas digitales, lleva meses rozando una ocupación del 100%.
"Identificamos esta necesidad en los clientes y, después de un buen verano, cuando empezamos a notar el bajón del otoño nos empeñamos en no cerrar, apostamos por este modelo y conseguimos alcanzar ocupaciones por encima del 90%", explica en una entrevista a EL ESPAÑOL el director general de Prafamar, la empresa que gestiona estos os hoteles, José Ángel Prado Pena, quien participa este miércoles en el Foro Mirando por la Tierra, en el municipio coruñés de Cee.
La segunda jornada de este seminario, "El futuro del turismo", girará en torno a los cambios que ha experimentado el sector a raíz de la pandemia, contará con actores de todos los ámbitos, desde públicos y privados hasta locales, nacionales o internacionales y se podrá seguir desde EL ESPAÑOL y el canal de YouTube del foro.
El padre de José Ángel Prado Pena, Manuel Prado Moure, emigrante gallego, apostó hace 45 años por las Islas Canarias "cuando aún eran un embrión turístico" y por un modelo muy concreto, el apartotel, que ha resultado clave para capear el temporal de la pandemia e incluso salir reforzado.
"En este contexto, los hoteles con apartamentos están teniendo mucha más salida: la gente tiene más independencia y cocina propia, lo que siempre facilitó las estancias medias, de unas dos semanas, y ahora las estancias largas", prosigue Prado.
Aunque en los últimos años ya habían investigado la posibilidad de apostar más decididamente por acoger a nómadas digitales, un colectivo creciente, la pandemia aceleró este cambio y extendió el teletrabajo al conjunto de la población.
La llegada del otoño trajo consigo una caída en la ocupación, ante lo que desde estos dos hoteles optaron por lanzarse a por estos nómadas digitales con una idea fundamental: "la gente prefiere poder teletrabajar al aire libre, desde su hamaca, con el clima de las Canarias, en lugar de desde su casa y con frío".
En el caso de Playa del Sol, con 140 apartamentos, se apostó por una adaptación en tiempo récord, incluyendo más enchufes en las habitaciones y potenciando la señal WiFi, requisitos fundamentales para estancias largas y para teletrabajar.
"Cuando empezamos a notar un bajón en la ocupación lanzamos una campaña de comunicación muy potente en el metro y en monopostes en la carretera, apostando por esa imagen de Canarias y las playas: en cuestión de semanas pasamos de una ocupación de entre el 25 y el 30% a superar el 90%", celebra el director general de Prafamar.
Los nómadas digitales, procedentes en su mayoría de países del norte de Europa, estaban "encantados de la vida", con "jornadas trabajando con el portátil desde la hamaca" que terminaban con la posibilidad de ir a la playa o dar un paseo en bicicleta, siempre de acuerdo con las limitaciones del momento.
"Tuvimos que ajustar las tarifas al máximo para poder cubrir las necesidades del cliente ofreciendo un precio competitivo y manteniendo la rentabilidad", prosigue Prado, quien destaca que "se crearon grupos de nómadas digitales" que ocupaban juntos su tiempo libre.
Sin embargo, estos teletrabajadores no fueron el único sostén de las buenas cifras de ocupación: mientras que muchos hoteles de su entorno continuaban cerrados, la apuesta por adaptar los apartamentos para estancias más largas atrajo a clientes que querían cambiar de aires por un tiempo.
"Ahora mismo, después de Semana Santa, estamos en un momento de cierto bajón: en los países empieza a hacer mejor tiempo, hay más gente vacunada y se han relajado algunas restricciones, pero el verano volverá a ser como el anterior, con mucho turismo español", anticipa el director general.
Prado está convencido de que este modelo, adaptado a estancias largas y nómadas digitales, ha llegado para quedarse: otros hoteles también han evolucionado en esta dirección y augura que se consolidará como una "moda de invierno" que permita mantener la actividad todo el año.
El foro
El foro ya había celebrado una primera edición en 2020, aunque con un enfoque muy diferente: el Foro Mirando pola Terra buscaba hacer un análisis del momento en el que se encuentra la Costa da Morte, una comarca "históricamente atrasada pese a su abundante cantidad de recursos naturales".
En aquella edición participaron nombres como los catedráticos de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Anxo Carracedo y Jorge Mira o el doctor en Historia Contemporáneo y especialista en el Camino de Santiago Antón Pombo, entre muchos otros.
Sin embargo, el director del hotel Bela Fisterra, Pepe Formoso, y el vicepresidente del Foro, Guillermo Polanco, decidieron ampliar el enfoque del Foro Mirando por la Tierra, expandiéndolo a un ámbito nacional.
La sede principal del foro es el hotel Bela Fisterra, un establecimiento ecosostenible y pet friendly que es, además, el primer hotel literario de Galicia, dedicado a grandes obras universales.