Galicia está sufriendo en pleno mes de septiembre el primer gran incendio forestal del verano: un fuego originado el pasado domingo por la noche con varios focos que ya ha arrasado 1.500 hectáreas en los municipios lucenses de Ribas de Sil, Quiroga y A Pobra de Brollón, todos ellos en la Ribeira Sacra.
Tras dos días avanzando sin control, el incendio ha sido estabilizado a las 16.32 horas de este martes, según ha informado la Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia, que también ha desactivado la "situación dos" tras haber evitado que las llamas llegasen al núcleo poblacional de Roirós.
El incendio, que de acuerdo con la última actualización ha calcinado 1.450 hectáreas, se originó a las 21.42 horas del domingo, ya de noche, y con varios focos prendidos simultáneamente, según ha podido acreditar la Unidad de Investigación de Incendios Forestales.
Ese primer incendio, originado en la parroquia de Nogueira, quemó alrededor de 140 hectáreas, pero la peor parte llegó a la mañana siguiente, cuando una serie de focos secundarios prendidos alrededor de las 12.42 horas hicieron que el fuego cruzase el río Sil
"El que hizo esto sabía perfectamente que podía provocar mucho daño por las condiciones climatológicas que estaban advertidas y por las forma en que se inició este incendio", ha denunciado el consejero de Medio Rural, José González, quien ha lamentado que, pese a que "hay muchos medios extinguiendo", en estas circunstancias "es muy complicado luchar contra las llamas".
Medios
La Xunta de Galicia ha movilizado un total de 14 técnicos, 35 agentes, 99 brigadas, 51 motobombas, 10 palas, 15 aviones y 20 helicópteros para extinguir los dos incendios, que están estabilizados pero todavía activos.
Por su parte, la Unidad Militar de Emergencias (UME) envió efectivos la noche del lunes y prevé desplegar hasta 220 militares, un helicóptero, tres aeronaves no tripuladas, 18 motobombas, tres camiones nodrizas y dos máquinas.
De hecho, tres miembros de la UME resultaron heridos leves en la noche del lunes después de que su motobomba volcase en un camino forestal en las inmediaciones del incendio.
Desde el Gobierno gallego recuerdan que no es extraño que el primer gran incendio del verano llegue a estas alturas de la temporada: en los últimos años los fuegos se han desplazado a los meses de septiembre y octubre, cuando hace una década eran más habituales en junio, julio y agosto.
El propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se ha referido a la situación en Ribas de Sil destacando que se ha seguido "la pauta habitual de los incendiarios", con "un foco que posteriormente se amplió con dos focos más", todos ellos iniciados "una vez que los medios aéreos no pueden volar".
Así, el titular del Ejecutivo gallego ha pedido "colaboración ciudadana" para detectar "cualquier conducta sospechosa" y ha advertido a los "criminales incendiarios" de que, además de a "penas privativas de libertad", también se exponen a "producir homicidios" en las parroquias afectadas.
"Le pido un mínimo de moral y de ética a la gente que cree que un fuego no es más que un problema forestal: no, un fuego es un atentado medioambiental, pero también puede provocar la muerte de personas inocentes", ha sentenciado.