Murcia

El Partido Popular de Fernando López Miras ha recuperado la hegemonía en el mapa de la política municipal. Desde el PP confirman que 30 de las 45 alcaldías que hay en la Región de Murcia estarán gobernadas por los populares durante la nueva legislatura: 2023-2027.

Tal dato ha llevado a López Miras a mandarle un recado a Vox, al recordar que lo sucedido este sábado en los ayuntamientos debe ser la antesala de su investidura, como presidente autonómico, al ser el candidato más votado con 21 diputados: una cifra que presiona al partido de Santiago Abascal para abstenerse o para quedar retratado políticamente, votando en contra junto a la izquierda [PSOE y Podemos].

"Tenemos la mano tendida, la voluntad de diálogo y de llegar a acuerdos, para que pueda pasar en la Región de Murcia, precisamente, lo que este sábado ha ocurrido en los ayuntamientos: algo tan sensato como que el Partido Popular tiene una mayoría contundente que le legitima para tener un gobierno [autonómico], como pasa en los ayuntamientos", tal y como ha reflexionado Fernando López Miras, enviando un mensaje claro al líder autonómico de Vox, José Ángel Antelo.

"El Partido Popular tiene más diputados que toda la izquierda", según ha remarcado López Miras, para insistirle a Antelo que los 21 escaños del PP solo pueden ser frenados, si Vox suma sus 9 parlamentarios a los del PSOE (13) y Podemos (2). "No hay alternativa posible de izquierdas".

De esta forma, el barón autonómico del PP murciano demuestra que tiene como objetivo constituir un gobierno en solitario, sin la necesidad de reeditar el pacto que el PP de Carlos Mazón ha firmado con Vox en la Comunidad Valenciana.

El presidente en funciones de la Región de Murcia, Fernando López Miras, posando con el nuevo alcalde de Murcia, José Ballesta, y su equipo.

La mejor prueba de que López Miras se mantiene firme en su idea de que Murcia no es Valencia, se ha producido en el Pleno del Ayuntamiento de la capital del Segura, donde ha realizado una reflexión sobre la polémica suscitada por el diputado de extrema derecha, José María Llanos, que se perfila como presidente a las Cortes Valencianas, tras el pacto del PP con Vox, y donde Llanos asegura que "no existe" la violencia machista.

"La violencia de género existe, es una lacra y entre todos tenemos que desterrar a los maltratadores de nuestra región, de nuestro país, del mundo y perseguir a todos aquellos que maltratan, agreden y terminan con la vida de sus parejas", tal y como ha subrayado el presidente de los populares murcianos, sin poner paños calientes a las afirmaciones realizadas por el valenciano José María Llanos.

La jornada de constitución de las corporaciones de los 45 ayuntamientos de la Región de Murcia ha venido precedida por el encontronazo entre Fernando López Miras (PP) y José Ángel Antelo (Vox), a cuenta de la presidencia del Parlamento autonómico.

Este miércoles, los populares no cedieron a la presión del pacto sellado en la Comunidad Valenciana y no le entregaron el timón del Hemiciclo al partido de Santiago Abascal. De hecho, el PP de López Miras se quedó con tres cargos de la Mesa de la Asamblea Regional, incluida su presidencia, mientras que el PSOE se hizo con otros dos puestos, dejando fuera a Vox. De forma que Antelo aseguró que se opondría a la investidura de López Miras, para que se repitiesen las elecciones autonómicas.

Tal amenaza no ha impedido alianzas entre ambos partidos en 5 alcaldías, donde el PP ha pactado con Vox para arrebatar el bastón de mando al PSOE en Molina de Segura, Las Torres de Cotillas, Puerto Lumbreras, Cieza y La Unión. De forma que López Miras le ha vuelto a tirar el guante a Antelo para que se abstenga en su investidura como presidente de la Comunidad Autómoma: "Somos conscientes de que tenemos que llegar a acuerdos, dialogar y consensuar".

A Vox no le queda otra que negociar, a la vista del dominio popular en 30 alcaldías, haciendo pleno en las tres principales ciudades de la comunidad: Murcia, Cartagena y Lorca. Lo que invita a pensar que el PP de Fernando López Miras mejoraría sus resultados, no solo por la progresión que tenía su candidatura en el último sondeo del Cemop, sino por el coste electoral que le podría suponer al partido de extrema derecha enviar a los murcianos a las urnas, otra vez, tras las elecciones generales de julio.