La norma que está llamada a dar un giro de 180 grados al sector de las clínicas de estética, la conocida como 'ley Sara', está más cerca: el Ministerio de Sanidad tendrá listo para el próximo verano, el borrador con el listado que determinará el tipo de intervenciones quirúrgicas de estética que pueden desarrollar los médicos, dependiendo de su especialidad.
Así se lo ha trasladado el secretario de estado de Sanidad, Javier Padilla, a los padres y los hermanos de la difunta Sara Gómez: agente inmobiliaria y madre de dos hijos, fallecida con solo 39 años, tras haberse sometido a una lipoescultura con un cirujano cardiovascular sin la especialidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.
Desde aquel trágico 1 de enero de 2022, Felisa y Damián, los padres de Sara, junto a sus otros dos hijos, Rubén y Nora, no han dejado de protagonizar actos de protesta, campañas de recogida de firmas y de mantener reuniones con partidos políticos, con el objetivo de cambiar la legislación para que ninguna persona vuelva a perder la vida dentro de un quirófano, por someterse a una operación de estética.
"Estamos muy contentos de la reunión mantenida con el secretario de estado este jueves, porque nos ha dicho que la puesta en marcha de 'ley Sara' es un tema prioritario para el Ministerio", tal y como subraya Rubén, guardia civil de profesión. En concreto, Javier Padilla ha avanzado dos puntos clave para los familiares de la difunta Sara Gómez -vecina de la localidad murciana de Alcantarilla-.
"Hay un compromiso firme y serio para modificar el Real Decreto 1277/2003 que establece las bases generales sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios", según explica Rubén, sobre el cambio normativo que sustentará la puesta en marcha de la famosa 'ley Sara'. "La modificación de ese decreto evitará el intrusismo sanitario en el sector de la estética y habrá un primer borrador para mediados de este verano, estando operativo antes de que finalice el año 2024".
El segundo punto del acuerdo pondrá coto a los quirófanos privados de los centros de estética: "Asimismo, está muy avanzado un registro general de centros y profesionales sanitarios donde se enumere en una lista las intervenciones quirúrgicas que podrán realizar los médicos, según su especialidad y su programa formativo".
En la práctica, eso supondrá que se acabe con la actual 'barra libre' de intervenciones estéticas que se pueden desarrollar en las clínicas, ya que el título de medicina permite a cualquier médico -al margen de su especialidad- entrar a un quirófano a realizar todo tipo de operaciones: aumento de pecho, liposucción, rinoplastia... Precisamente, eso es lo que le ocurrió a la pobre Sara, contrató una lipoescultura en un centro privado, y acabó en manos de un cirujano cardiovascular -especializado en várices-.
"Ese listado de operaciones que se podrán desarrollar en función de cada especialidad médica, permitirá a un cirujano maxilofacial desarrollar intervenciones de estética en el rostro, pero le impedirá que pueda poner unos implantes de silicona en el pecho de una mujer", tal y como ejemplifica Rubén. Las peticiones de la familia de Sara Gómez van en la línea de lo que viene reclamando la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), con el objetivo de evitar el intrusismo médico y regular un sector que mueve millones de euros.
Plazo de alegaciones
En este encuentro de trabajo con el secretario de estado de Sanidad, Javier Padilla, también han participado la presidenta de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, Carmen Castilla, así como la parlamentaria Maribel García y la senadora por Murcia, Mariló Flores.
"Durante la reunión con el secretario de estado, le hicimos mucho hincapié en que el Ministerio de Sanidad no sea ambiguo a la hora de regular el sector de las clínicas de estética y de limitar las operaciones que ahora mismo pueden desarrollar los médicos". Este listado se publicará en verano y se someterá a un plazo de alegaciones de al menos dos semanas.