Caravaca de la Cruz recibe a 150.000 turistas en sus fiestas que coinciden con el Año Jubilar

La presente edición de las Fiestas de la Santísima y Vera Cruz está atrayendo a más turistas que nunca a Caravaca de la Cruz porque coincide con la celebración del Año Jubilar. El alcalde caravaqueño, el popular José Francisco García, espera la llegada de más de 150.000 visitantes, atraídos por unos festejos que son únicos en la Región de Murcia porque la UNESCO los considera Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

"En las Fiestas de Moros y Cristianos y Caballos del Vino confluyen una serie de elementos sociales, culturales, históricos, religiosos y tradicionales que superan el simple evento festivo y los convierten en una manifestación antropológica genuina", según reflexiona el regidor. "Este acontecimiento, único en el mundo, congrega a una multitud, atraída por la belleza y espectacularidad de los concursos de Carrera y Enjaezamiento".

Precisamente, eso es lo que ha ocurrido durante este 2 de mayo en el que se celebraron los Caballos del Vino, marcados por la afluencia de turistas que vibraron en la cuesta del Castillo, con la disputa entre las peñas para hacerse con esta carrera. Una prueba marcada por la habilidad que deben mostrar los caballistas y que este año ha ganado la Peña Retorno, con su equino 'Piropo', con un tiempo de 8 segundos y 310 milésimas

La existencia de los Caballos del Vino está documentalmente probada desde hace tres siglos y los caravaqueños se vuelcan cada año con esta carrera, para que la jornada transcurra marcada por el ambiente festivo y los diseños artesanales y bordados que lucen cada uno de los equinos.

"Caravaca de la Cruz ha vuelto a hacer gala de una celebración única en el mundo, en un multitudinario 2 de mayo", según ha destacado el alcalde, José Francisco García, en su cuenta de X [antes Twitter]. Talas palabras han sido respaldadas por el presidente del Ejecutivo autonómico, Fernando López Miras. "Cada 2 de mayo, Caravaca de la Cruz brilla de una forma especial. Los Caballos del Vino son una muestra más de que la Región de Murcia cuenta con un patrimonio cultural e histórico único".

Para este viernes, la programación prosigue con el ritual que dio origen a los festejos: el Baño de la Cruz, para bendecir las aguas que riegan la huerta de Caravaca. Desde el Ayuntamiento explican que es una jornada donde "se vivirán momentos de máximo fervor, cuando la Sagrada Reliquia entre en contacto con el agua y miles de fieles se agolpen para conseguir unas gotas del elemento bendecido. Los Bandos Moro y Cristiano, con espectaculares vestimentas, acompañarán a la Cruz en su recorrido".

Todo ello, sin olvidar la ilusión y la alegría de las canteras de los Bandos Moro y Cristiano que han protagonizado durante la mañana de este viernes, el tradicional desfile infantil que recorre la Gran Vía: la arteria principal de esta ciudad de la Comarca del Noroeste.

Durante el fin de semana, las kábilas moras y los grupos cristianos serán los grandes protagonistas de las fiestas. Este sábado, se celebra el Gran Desfile de Moros y Cristianos, caracterizados por la belleza de sus atuendos que hacen retroceder al pasado a todo aquel que se acerca a la Gran Vía, por donde galopan con sus caballos los reyes moros y cristianos, luciendo sus capas bordadas, mientras reciben los elogios de los presentes.

La puesta en escena del Gran Desfile es tan espectacular como la destreza que derrochan las bailarinas, con sus coreografías que llevan meses ensayando. Este sábado y este domingo, como cada año, se cumplirá con la tradición de que la Vera Cruz se acerque a quienes más la necesitan en lo que se denomina la 'Cruz de impedidos': recorriendo casas, residencias y el Hospital Comarcal del Noroeste, para avivar la fe de enfermos, ancianos...

La guinda a la programación festiva tendrá lugar durante la tarde del 5 de mayo, cuando la Cruz regresará a la basílica en una procesión seguida por miles de fieles, clausurando una edición de las fiestas muy especial porque coincide con el Año Jubilar: un evento que está convirtiendo a la localidad caravaqueña en epicentro europeo del turismo religioso.