Tres días antes de las elecciones generales, Europa se levantaba conmocionada por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Según Pedro Sánchez, lo que había hecho David Cameron al convocar el referéndum fue la "irresponsabilidad" de "trasladar al conjunto del Reino Unido una crisis interna de liderazgo". "Los referéndums lo que hacen es trasladar a la ciudadanía problemas que tienen que ser resueltos políticos. Para eso nos eligen. Para eso nos pagan", dijo en una entrevista en la Cadena Ser.
En el último día de la campaña electoral, Sánchez aprovechó para hacer un paralelismo entre el referéndum británico y el que Podemos propone para Cataluña. Sus declaraciones generaron un vendaval de críticas en las redes sociales, donde se defendía la posibilidad de hacer consultas para algunos asuntos concretos. Aunque no se recoja el supuesto de autodeterminación, el artículo 92 de la Constitución prevé la posibilidad de hacer referéndums sobre "las decisiones políticas de especial trascendencia".
El PSOE vive estos días pendiente de otra consulta, en este caso a las bases del partido y sobre la investidura de Mariano Rajoy. El candidato del PP ha ampliado su mayoría y en la casi todos los partidos políticos se asume que debe encabezar de nuevo el Ejecutivo. Pero sus 137 diputados no son suficientes para ser investido en una Cámara de 350 escaños. Y ni el PSOE, ni Ciudadanos ni Podemos han avanzado que podrían facilitar la investidura aunque fuese a través de la abstención. Si todos votan "no", España podría encaminarse a unas terceras elecciones que, por otra parte, podrían brindar a Rajoy una nueva oportunidad de reforzarse, quién sabe si hasta alcanzar la mayoría absoluta.
El PSOE vive, en estos momentos, los prolegómenos de una guerra por el liderazgo. Los socialistas han evitado el sorpasso, pero la posición de Sánchez está lejos de ser cómoda. Ha cosechado los dos peores resultados del PSOE y el PP aventaja en más de 10 puntos porcentuales en voto y 52 escaños a los socialistas. Si la derrota de diciembre ya abrió la espita, ahora Sánchez no puede decir aquello de "primero España y luego el PSOE", ya que su posibilidad de alcanzar la Moncloa es poco menos que remota.
Los barones quieren abstenerse en último caso
Un silencioso clamor de dirigentes territoriales asume que, si en último término la investidura de Rajoy depende del PSOE, la abstención es mejor que bloquear de nuevo la formación de Gobierno y desde luego preferible a volver a las urnas. Sin embargo, la posición de la Ejecutiva de Sánchez ha sido tajante desde el primer momento. "No vamos a apoyar al señor Rajoy para la investidura. Tampoco nos vamos a abstener", dijo el lunes Antonio Hernando, portavoz de Sánchez.
El pasado 30 de enero, sin consultar con ninguno de los barones socialistas a los que había visto en días anteriores, Sánchez decidió saltárselos para consultar a las bases sobre su acuerdo con Ciudadanos. Consciente de que el Comité Federal, donde se reúne el poder territorial del partido, podía ponerle pegas a sus planes, Sánchez lo anunció por sorpresa. Y ganó el referéndum interno con alta participación y abrumadora mayoría.
Ahora, Sánchez aspira a seguir al frente del PSOE y para ello podría convenirle tensar un poco más la cuerda institucional. Nadie en el PSOE puede oponerse por principio a que las bases decidan. Sánchez las convocó, nadie se opuso y, además, el mecanismo es visto como una manera de reconectar con los militantes.
En una tribuna en EL ESPAÑOL, el diputado socialista José Luis Ábalos, muy próximo a Sánchez, abonó esa posibilidad. "Si la posición de la dirección del PSOE difiere del rechazo a apoyar un gobierno del PP, que es lo que se ha mantenido antes, durante y después de la campaña, deberá remitirse a las bases del partido esa decisión como se hiciera antes con relación al acuerdo con Ciudadanos", escribió.
"El marrón" de la abstención
La decisión se tomará en el próximo Comité Federal del 9 de julio, aunque fuentes socialistas advierten de que los barones "no pedirán la abstención". Este miércoles, varios de ellos, como Susana Díaz o Emiliano García-Page, endurecieron su posición contra el PP y advirtieron a Rajoy de que no debe contar con ellos. Es decir, en línea con la Ejecutiva.
"Sánchez tiene que asumir el marrón de la abstención él solito antes de irse", explica un dirigente del PSOE. "No vale consultar a las bases bajo el pretexto de que los barones tratan de forzarle la mano". "Él sabe que tiene que gobernar Rajoy y él debe responsabilizarse por ello", explican.
¿Tendría Sánchez credibilidad si permite que Rajoy gobierne? ¿Cuál sería su argumento frente a un Podemos implacable contra el PSOE? Fuentes del equipo de Sánchez recuerdan que su posición es la de consultar "acuerdos" que atañen al propio PSOE, no votos en el pleno del Congreso para investir a otro candidato. Pero la posibilidad sigue ahí. Si las bases hablan, pocos tienen dudas de que darán la espalda a la investidura de Rajoy. Si eso ocurre, a Rajoy sólo le quedaría cortejar a Ciudadanos y otras fuerzas, como el PNV, Coalición Canaria o incluso los independentistas. Si eso no ocurre, España volvería por tercera vez a las urnas. ¿Querría repetir Sánchez como candidato en ese supuesto? Según algunos en el partido, esa sería su única opción para seguir en política.