Los ocho escenarios de la guerra entre comisarios
El 'Pequeño Nicolás', la operación Emperador, la dermatóloga Pinto o la princesa Corinna son algunos de los casos que enfrentan a Villarejo y Martín-Blas.
7 julio, 2016 01:32El enfrentamiento entre los comisarios de Policía Marcelino Martín-Blas y José Villarejo ha desencadenado una lucha policial en el seno del Cuerpo que se ha extendido en varias ocasiones a los tribunales. Además, se han visto involucrados distintos estamentos del Estado, incluyendo los servicios de Inteligencia, y salpicadas varias investigaciones en curso. Estos son los ocho principales escenarios, pero no los únicos ni quizás los últimos, en los que se ha librado esta guerra:
1.- Operación contra la mafia china
Fue la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (UDYCO) la encargada de investigar la Operación Emperador contra la mafia china. Sin embargo, en el registro de los principales investigados, los agentes localizaron un manuscrito con el nombre de varios agentes y responsables policiales, tanto de Policía como de Guardia Civil. Anticorrupción abrió en marzo de 2014 una pieza separada, que al versar sobre funcionarios públicos, recayó en Asuntos Internos, la unidad controlada por el comisario Martín-Blas.
Uno de los principales afectados por esta pesquisa fue el entonces comisario de Barajas, C. S, que finalmente quedó exonerado del caso en noviembre de ese mismo año. En algunos sectores policiales, se interpretó su imputación como una maniobra del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para colocar al frente del Aeropuerto de Barajas a un comisario afín. La Fiscalía y los instructores del caso, por el contrario, mantenían que había pruebas más que suficientes para investigarle. De cualquier modo, en esas mismas fechas se filtra a la prensa la grabación entre uno de los ciudadanos chinos imputados en el caso y una agente de la inteligencia española para que acuda a la Fiscalía a declarar en contra de varios agentes.
El principal informe sobre los funcionarios investigados incluye información sobre uno de los hijos del comisario Villarejo, que nada tiene que ver con la Policía. El empresario contacta con un ciudadano chino para comprar material para su empresa de sanitarios para hostelería. Nada delictivo se sustanció y nunca se valoró su imputación. Pero su nombre sí aparece en aquel informe. El comisario adscrito al Director Adjunto Operativo (DAO) interpretó –tal y como ha confirmado en su declaración de este miércoles- que aquello era una agresión personal, instigada por el CNI y materializada por su compañero Martín-Blas, que entonces estaba asignado como enlace entre el cuerpo y los espías españoles por orden de la Dirección Adjunta Operativa.
2.- El asunto de la falsa viagra
En noviembre de 2014 -en fecha prácticamente coincidente con el episodio anterior-, la Policía Nacional lanza una operación contra un grupo de empresarios indios por importar a España presuntamente de forma ilegal una sustancia natural con efectos parecidos a la Viagra. Además, los agentes investigaban las finanzas de los principales implicados. Hasta que la guerra policial estalla. El comisario Villarejo mantiene en sus informes que uno de los principales imputados le trasladó antes de su detención la propuesta de varios agentes de policía para dejarle fuera del operativo a cambio de dinero. Según su versión, Villarejo trasladó a Asuntos Internos la denuncia verbal del ciudadano indio para que fuera investigada. La información, descartada por el momento, señalaba entre otros a varios responsables de los equipos de investigación contra el crimen organizado.
El informe del departamento controlado por Martín-Blas da una versión distinta y desliza que es el propio Villarejo por medio de una identidad operativa quien habría beneficiado a los investigados identificándoles las matrículas que participaban en su seguimiento. Hasta el momento, no se ha sustanciado acusación formal alguna en uno u otro sentido.
3.- La Operación Cataluña
El Ministerio del Interior montó también en 2014 un operativo especial para combatir la corrupción en Cataluña, bautizada así por Villarejo este miércoles en sede judicial. El dispositivo tenía como objetivo aflorar casos de corrupción de la élite política catalana para neutralizar la ofensiva soberanista. Para ello, el operativo contaba tanto con la participación del comisario Villarejo, encargado de la captación de fuentes de información y testimonios, como del equipo de Martín-Blas y sus relaciones con el CNI. No en vano, la cúpula policial crea bajo control de Martín-Blas una unidad de Inteligencia adscrita al DAO y coordinada por este comisario.
El problema llega cuando el equipo de Martín-Blas alquila pisos francos en Barcelona y comienza también a captar fuentes para controlar el acceso a esa información. El trabajo de los dos comisarios colisiona de forma directa y Villarejo sospecha que le están dejando de lado y acusa a Martín-Blas –tanto ante la dirección policial como ante los responsables ministeriales- de trabajar para el CNI y de participar en una estrategia para desbancarle de su puesto. Según confirman fuentes de Interior y mantiene el propio agente en su declaración, la relación entre ambos es tan tensa que la cúpula policial intenta incluso evitar que ambos coincidan en las reuniones de coordinación del operativo. Por su parte, Martin-Blas aportó en el Juzgado una versión distinta y mantiene que no existe enemistad con el comisario, al que admite conocer.
Es en esas fechas cuando se genera la información desaparecida ahora en la Policía Nacional y que la Policía Judicial investiga. Y es en esa fecha también cuando se crean y se comparten entre los equipos de trabajo documentos como la grabación de la conversación entre el comisario Villarejo y el financiero Javier De La Rosa, filtrada a la prensa cuando el conflicto entre ambos comisarios era ya más que evidente. Es en esas mismas fechas (2 y 16 de octubre de 2014) cuando el ministro del Interior se reúne con el responsable de la Agencia Antifraude catalana, Daniel de Alfonso. Coincidencia o no, la grabación de estos encuentros también ha trascendido a los medios.
4.- Contactos con Corinna
La ex pareja sentimental del rey emérito sigue dando problemas al CNI. En este caso, preocupó que la empresaria residente en Mónaco hubiera entrado en contacto con el comisario Villarejo, al que habría conocido también en otoño de 2014 cuando Corinna Zu Sayn-Wittgenstein ya había salido de España para residir en el extranjero. La dirección del espionaje español valoró este contacto como una amenaza por la información confidencial que el comisario, experto en captación de fuentes, pudiera obtener de la persona que compartió interioridades con Juan Carlos I. Eso incrementó el nivel de presión sobre el veterano mando policial.
5.- El caso de la dermatóloga Pinto
Las denuncias cruzadas entre el empresario Javier López Madrid y la dermatóloga Elisa Pinto por acoso salpicaron también al comisario Villarejo y despertaron nuevos movimientos policiales, cuando menos poco habituales. Tras una larga investigación, la dermatóloga identificó al agente como la persona que supuestamente le asestó una puñalada cuando iba en el coche con su hijo. La identificación llegó después de que Villarejo se enemistara también de manera frontal con el comisario J.B, el mismo que participaba también en la investigación de la falsa viagra que terminó salpicando al comisario.
Villarejo resultó imputado en el caso tras ser señalado por la dermatóloga. Antes, fue imputada otra persona de su entorno. Un abogado que tuvo que asistir a una rueda de reconocimiento antes de quedar libre de todos los cargos. El comisario retrasó durante un par de meses su presencia en la rueda de reconocimiento alegando que se encontraba trabajando en operaciones en el extranjero.
Poco después, informes periciales de la Policía Científica sostuvieron que los anónimos recibidos por la dermatóloga a modo de amenazas fueron en realidad escritos por su propio hijo. Una nota más de oscuridad al caso, que todavía no se ha resuelto en ningún sentido y sigue en manos también de la Fiscalía de menores.
6.- La detención del 'Pequeño Nicolás'
El joven Francisco Nicolás fue detenido por la Policía Nacional el 14 de octubre de 2014. El caso recayó en manos de Asuntos Internos, a pesar de que no había implicado ningún agente del cuerpo. El 20 de octubre, una semana después, se produce una reunión entre los responsables de Asuntos Internos y varios agentes de CNI, que son quienes inicialmente realizaron la investigación sobre el joven, a instancias de la Vicepresidencia del Gobierno, de la que dependen orgánicamente. La grabación de esa reunión, filtrada a la prensa un mes después, muestra a los intervinientes lanzando frases como “el teléfono no se ha movido de Maudes" (calle donde se encuentra el domicilio del joven investigado). En esas fechas, el Juzgado del caso Nicolay no había autorizado intervención alguna del teléfono de Francisco Nicolás, aunque las escuchas del CNI pueden ser autorizadas por un magistrado del Supremo.
Tras la filtración de la reunión, el juez encargado del caso abrió una pieza separada. El objetivo es localizar a la persona que grabó a los agentes policiales y a los miembros del CNI. La pieza principal del caso refleja incluso un informe en el que se identifica de forma indiciaria al comisario Villarejo en una presunta reunión entre periodistas y Francisco Nicolás. El identificado como comisario resultó ser finalmente un jubilado que paseaba a los perros en ese mismo parque.
Tras el error, la dirección de la Policía comenzó un proceso para cesar a Martín-Blas de su puesto. Esta era la primera parte de una solución salomónica por la que los dos comisarios iban a recibir el mismo tratamiento tal y como comunicó al director de la Policía, su 'número dos' Eugenio Pino. El comisario Villarejo también iba a ser trasladado de su puesto a uno con mucha menos responsabilidad en operaciones sensibles. Se produjo entonces la relación más tensa entre Villarejo y el máximo responsable del cuerpo, Ignacio Cosidó. Una relación tensa reconocida también por el agente en su declaración de este miércoles. Finalmente, Villarejo no fue cesado de su cargo.
En esa fecha, Martín-Blas sí fue relevado como responsable de Asuntos Internos. En la actualidad, la unidad está controlada por F.M, procedente de la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, el comisario cesado se mantuvo al frente del caso Nicolay ya que el juez encargado de la investigación le requirió en comisión de servicios. Por esa razón, Martín-Blas es tanto el afectado y protagonista de la grabación que ahora se investiga como uno de los encargados de las pesquisas.
7.- Guerra abierta con el CNI y Asuntos Internos
La guerra abierta entre el comisario Villarejo, Asuntos Internos y el Centro Nacional de Inteligencia se evidenció negro sobre blanco el 27 de julio del pasado año cuando el primero de ellos presentó sendas denuncias en los Juzgados de Madrid y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra el CNI, dos fiscales de Anticorrupción y el ex jefe de prensa de la Casa Real por “organización criminal, omisión en la persecución de delitos, descubrimiento y revelación de secretos, acusación y denuncia falsa, amenazas y coacciones, calumnias e injurias realizadas con publicidad y prevaricación”. Villarejo les acusó de acallar el presunto robo de fondos reservados y de participar en una maniobra para forzar su expulsión del cuerpo. Las dos denuncias fueron archivadas sin ni siquiera ser admitidas a trámite.
8.- La grabación de Martín-Blas con los espías
Los informes de la pieza separada del caso Nicolay reflejan la tesis de que el teléfono del comisario Martín-Blas fue utilizado para grabar la conversación con los agentes del CNI filtrada a la prensa y mantienen la hipótesis de que fue grabada tras infiltrar el teléfono con un troyano y activarlo de forma remota. Los informes periciales no han encontrado una sola prueba de ese programa instalado en el teléfono del agente. Más bien al contrario; allí había dos programas para encriptar llamadas contratados a Indra, la empresa que cifra las comunicaciones, por ejemplo, de los miembros del Gobierno. Sin embargo, el peritaje realizado por los expertos del CNI afirma que es posible infiltrar un terminal de ese modelo sin dejar rastro borrando después el troyano.
Por ello, el juez imputó primero a un periodista de una web controlada por la pareja del comisario Villarejo (periodista de profesión) y después al propio agente, que prestó declaración este miércoles. Antes, tomó declaración tanto a Martín-Blas como a su segundo como instructor del caso.
En sus informes, el equipo de Martín-Blas dibuja una conspiración en su contra orquestada por los principales responsables de la cúpula policial. Por ello, solicitó al juez la entrada y registro en los domicilios de una decena de periodistas y mandos policiales. La petición fue rechazada de forma rotunda por el fiscal del caso, que la consideró desproporcionada en un Estado de Derecho. El juez del caso, de momento, ha citado en calidad de testigos al director de la Policía, Ignacio Cosidó, y a Martín-Blas, y en calidad de investigado a Villarejo.