Tras la invitación de Albert Rivera al PP a que acabe con la "guerra fría y negocie la abstención del PSOE para que Mariano Rajoy pueda gobernar en minoría, el director de EL ESPAÑOL lideró la segunda mesa de los cursos de El Escorial que organiza la Universidad Complutense para hacer una radiografía sobre la situación política en un momento tan convulso. “Me ha gustado escuchar a Albert hablar del partido regulador. Ese es el papel que yo creo que le corresponde jugar a Ciudadanos”, destacó al comenzar su intervención Pedro J. Ramírez. “Los partidos de centro han podido desempeñar posiciones distintas como partido testimonial, como conciencia crítica del sistema, pero también como articulador de una mayoría social. Nadie podrá pactar con el PP hasta que deje de ser un partido asmático y caduco”, prosiguió. "Así es como definió Ortega al Partido Liberal de Romanones".
El director de EL ESPAÑOL hacía así una referencia al error que cometió el Partido Reformista liderado por el abogado asturiano Melquiades Álvarez hace justo un siglo, cuando se dejó seducir para aceptar concurrir a las elecciones con el partido liberal para remarcar la línea roja que, a su juicio, Ciudadanos no debe traspasar: formar parte de un Ejecutivo pilotado por Mariano Rajoy. “C´s ha dado su abstención gratis, como una prueba de su contribución a la gobernabilidad, como una prueba de que tiene sentido de la responsabilidad política”, aplaudió Ramírez, después de alertar del peligro que tendría para un partido regeneracionista como Ciudadanos coaligarse con el PP.
Para Pedro J. Ramírez, el partido naranja representa hoy lo que representaba hace cien años el partido reformista: una esperanza frente al bipartidismo, una oportunidad para superar la corrupción, un elemento para movilizar a los sectores mejor formados y más exigentes de la población. En noviembre de 1915 se celebraron elecciones municipales y Melquíades Álvarez aceptó participar en candidaturas de concentración con los liberales. Rechazó, como dice Rivera que haría ahora Ciudadanos, la cartera ministerial que le ofrecieron, pero mantuvo su apoyo a los liberales. Por no atreverse a ser alternativa, cinco meses después se celebraron elecciones generales y el partido reformista no superó los catorce escaños.
Con este ejemplo de la historia política de España, el director de EL ESPAÑOL quiso advertir al líder de Ciudadanos, presente en la ponencia del periodista, de que no caiga en los mismos errores que cayó Álvarez. “Esta es una polémica extraordinariamente actual porque en el entorno de Ciudadanos hay quien pide que apoye la investidura de Rajoy y otros hasta que llegue a un pacto de gobierno. Cuando Romanones invitó al partido reformista de Melquíades Álvarez a hacer algo parecido y respondió con un sí, Ortega publicó un artículo lapidario en la revista España que se titulaba: 'el discurso de la resignación'”.
Ramírez destacó que un partido nuevo como Ciudadanos “no puede perder su piel de armiño aliándose con el zorro” y que, aunque “es posible que no se den las condiciones para poder desarrollar con plenitud ese proyecto, es preferible esperar un tiempo y realizar entre tanto alguna hazaña individual consiguiendo sacar adelante ideas”.
"Una referencia geográfica"
"El centro es una referencia geográfica” que tiene “unas coordenadas ideológicas claras” y “una praxis política concreta. Tiene una manera de actuar en la vida publica buscando siempre la aventura de la ampliación del conocimiento, tratando de aprender de los demás, defendiendo con firmeza pero con buen estilo los propios principios, tratando no de imponer, sino de integrar; no de vencer, sino de convencer. La actitud centrista implica estar siempre abierto a buscar las ideas de los demás, a darte cuenta de que la verdad está en muchas partes, de que a veces tienes que rectificar tus opiniones previas a medida que vas teniendo nuevos elementos de juicio sobre un debate”.
El director de EL ESPAÑOL destacó los ejes sobre los que debe pivotar un partido de centro como el que lidera Albert Rivera para no terminar con un destino similar a partidos como UCD. El primero, “considerar la responsabilidad individual como la base de la mirada que tenemos que dirigir hacia la sociedad, la responsabilidad de las personas”. El segundo punto es la concepción integral de la libertad. “El centro como ideología política tiene una concepción integral de la libertad”. El tercer eje es que debe tener una “actitud solidaria frente a la desigualdad, hacia la desdicha, hacia la marginación”. El cuarto, las reformas “como vías para cambiar la sociedad frente al inmovilismo y la revolución. El centrismo es regeneracionista y esa debe ser su inquietud permanente”. El quinto, el europeísmo.
Unos resultados magnificados
Para conseguir que C´s tenga una oportunidad de “no ser un partido testimonial y convertirse en una opción de gobierno capaz de vertebrar una mayoría social”, Ramírez pidió a Rivera que se mantenga firme en la defensa de unos principios inquebrantables. El director de EL ESPAÑOL recordó que este periódico defendió tras los resultados electorales del 20-D y después del 26-J una gran coalición entre PP, PSOE y C´s con un presidente de consenso. “Me impresiona que no haya existido ni siquiera un tanteo, ni siquiera una exploración. Parece que el único elemento inamovible es que Rajoy tiene que ser el candidato a la presidencia del Gobierno”.
Ramírez criticó también que el líder del PP magnificara el resultado electoral de las últimas elecciones, el segundo peor resultado de la historia de la democracia. “Hicieron una especie de celebración que parecía que no iba a terminar. Y la realidad demuestra que está muy lejos de conseguir la investidura”. En la situación de interinidad que vive España y ante la falta de alternativas, Pedro J. Ramírez cree que “C´s hace bien absteniéndose. Y si hay un gobierno en minoría tendrá que tener muy en cuenta las iniciativas del partido del gobierno y las de lo partidos de la oposición para sacar adelante proyectos legislativos, para que la legislatura sirva al menos para que se materialicen algunas de esas hazañas individuales que decía Ortega”.
Sin embargo, el periodista criticó a aquellos miembros intelectuales de C´s que presionan a Rivera para que vote a favor de la investidura de Rajoy. “Me parece inaudito que se le pida que traicione a sus electores, a esos 3,2 millones de votos. Son una base social importantísima que fueron a votar sabiendo por qué votaban a Ciudadanos”.