Cae en Ibiza el ‘señor de la guerra’ y de las amenazas: “Voy a meterte en un frasco”
Konrad Dadak se refugió en una "habitación del pánico" cuando los GEO reventaron los cristales de su mansión / El mismo se presentaba como traficante de armas / Ofrecía kalashnikovs, lanzamisiles y carros.
25 julio, 2016 02:26“¡Te voy a meter en un frasco de cristal!”. Esta era la frase con la que Pierre Konrad Dadak zanjaba sus discusiones con todo aquel que osase a contrariarle. Fueron varios empresarios, constructores y hasta banqueros de Ibiza quienes tuvieron que escuchar esta amenaza de su boca, los últimos en engrosar la larga lista de enemigos de este ex militar polaco afincado en España desde 2011.
Konrad Dadak se definía a sí mismo como traficante de armas, una carta de presentación y al mismo tiempo una señal de intimidación que reforzaba con un séquito de guardaespaldas convenientemente armados que nunca dejaban solo a su jefe. Dadak acostumbraba a renovarlos una vez al año, una muestra más del alto tren de vida que disfrutaba y que le ha acabado sentenciando.
Este ‘señor de la guerra’ de 40 años que cuenta con nacionalidad francesa y polaca vivía obsesionado con su propia seguridad personal. Su refugio era una mansión que había convertido en una auténtica fortaleza. Ubicada en un lugar privilegiado de Ibiza con vistas al mar, invirtió cientos de miles de euros en convertirla en un fuerte inexpugnable con pantallas de videovigilancia en todas las habitaciones. Por los aledaños patrullaban dos perros de presa canaria debidamente adiestrados para el ataque y el recinto contaba con avanzados sistemas de grabación y detección de intrusos. Aún así, había adquirido además los terrenos adyacentes a su casa.
Sólo la mampara de la ducha, de un cristal especialmente reforzado, costó 12.000 euros. Pero Konrad Dadak regateaba hasta el último céntimo y no quiso pagar la mano de obra de su instalación. El operario, como tantos otros, prefirió irse sin cobrar antes que correr el riesgo de verse dentro de un frasco. De origen humilde, logró edificar una fortuna personal valorada en millones de euros a través de sus negocios presuntamente ilícitos.
'Operación Cardon'
El fortín de Dadak fue asaltado la madrugada del pasado 14 de julio por un centenar de policías en el marco de la ‘Operación Cardón’, la culminación a una investigación de cuatro años llevada a cabo por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional. Eran las 5 de la madrugada cuando los GEO decidieron entrar reventando los cristales de la lujosa casa. No fue un operativo fácil, según relatan a EL ESPAÑOL los agentes que participaron en él.
Los guardaespaldas de Dadak se revolvieron contra los policías intentando agredirles mientras su jefe se encerraba en una zona de seguridad de la casa, una ‘habitación del pánico’ en la que se atrincheró cerca de 30 minutos. Luego intentó escapar por una ventana, pero fue capturado junto a otras ocho personas, incluida Katerina, su bella expareja que presuntamente hacía las funciones de testaferro en muchos de sus negocios, incluida la compra de la casa ibicenca. La mujer había llegado justo ese día a España en un vuelo procedente de Reino Unido y gracias a eso pudo ser arrestada. En el momento de su detención, el ex teniente-coronel de las fuerzas armadas de Polonia sólo acertaba a preguntar: “¿Esto de qué país me viene?”.
La Policía Nacional le acusa de liderar una organización criminal internacional con vínculos en Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y Polonia. Formalmente se le imputan además los delitos de extorsión, blanqueo de capitales, estafa, cohecho y revelación de secretos. La Policía tiene acreditado que sólo en un fraude de carrusel de IVA a través de grandes cantidades de polímero llegó a defraudar 10 millones de euros. No es la única operación que se investiga de este tipo gracias a un entramado empresarial llamado Polietica. Una de sus sociedades contaba con un capital social de 235 millones de euros, según los expertos en delitos financieros que también han contribuido en la investigación.
No obstante, los investigadores amplían sus sospechas a su presunta relación con el tráfico de armas y más concretamente con la empresa polaca Bumar, dedicada a la maquinaria de Defensa. Dadak entregaba a sus contactos una tarjeta de visita con el logotipo de la citada firma en la que figura su nombre como “President- Shareholder”(Presidente-Accionista). Los responsables de la investigación no ocultan la dificultad que entraña acreditar las pesquisas sobre tráfico de armas, pero explican que en ocasiones hay países que recurren a personas intermedias para vender armamento en países en los que está prohibido hacerlo.
Material militar
Entre el material intervenido en la investigación se encontró un folleto con todo el material militar que supuestamente ofertaba el detenido. Sospecha la Policía que Dadak participó en el suministro de numeroso material bélico a Sudán del Sur, país en conflicto desde hace años. Los investigadores barajan esta hipótesis tras hallar un correo electrónico en el que Dadak ofrecía 200.000 kalashnikov, un lanzamisiles y carros de combate.
La ‘Operación Cardon’ estuvo a punto de irse al traste por culpa de una filtración. Fue hace unos meses tras una reunión en Europol, organismo que ha coordinado las actuaciones debido a sus ramificaciones internacionales. En esa cita había presencia de autoridades polacas y desde la Policía española denuncian que en menos de 24 horas Dadak fue avisado de que se le seguían la pista. Apuntan a un general polaco como responsable del chivatazo. En otras conversaciones intervenidas al principal sospechoso, se le escucha aludir a su protección en base a un “contrato de confidencialidad”, según las mismas fuentes.
La red de relaciones de Dadak incluía grupos de crimen organizado de países balcánicos y al Clan Barresi, uno de los más peligrosos de la mafia marsellesa. Desde la década de los ochenta, este clan se dedica al atraco de bancos, extorsiones, asesinatos, blanqueo de capitales…
Generó una gran polémica en Polonia el viaje que realizó Dadak en compañía de Fran Barresi hasta Gambia en el avión del presidente gambiano. En el mismo avión iban agentes adscritos al Ministerio de la Presidencia de Polonia. Las autoridades polacas abrieron una investigación al respecto, pero se cerró sin consecuencias para ninguno de los protagonistas. La Policía cree que el motivo de ese viaje era el tráfico de armas.
Pasaporte de Guinea Bissau
La siguiente parada de los vínculos entre Dadak y África lleva hasta Guinea Bissau, cuyas autoridades llegaron a concederle un pasaporte diplomático. A su llegada al país, el primer ministro le estaba esperando en la escalerilla del avión, relatan las fuentes consultadas. Dadak se había comprometido a hacer grandes inversiones allí, cuestión para la cual ya había adelantado 60.000 euros a su cónsul honorífico en España, residente en Málaga. Presumía de ser consejero económico del presidente local. Sin embargo, con el tiempo se echó atrás y las inversiones no llegaron, razón por la que la que Guinea Bissau le retiró el privilegio de usar su pasaporte. Él quiso recuperar el dinero adelantado y para ello empleó los métodos habituales.
Este incidente con Guinea Bissau no impidió que en la entrada de su casa instalase una placa con el escudo del país africano dando a entender que su mansión fortaleza estaba amparada diplomáticamente como territorio consular. Con esa excusa impedía la entrada a visitas incómodas. Sólo el día de su arresto, la Policía Nacional recibió nueve denuncias contra el ex militar polaco, algo impensable a juicio de los investigadores con Dadak en circulación. Se cree que hay muchos más afectados que siguen sin atreverse a denunciar por miedo a que sea puesto en libertad.
No era un habitual en las noches ibicencas, ni visitaba en exceso las discotecas de la isla, pero llevaba un estilo de vida muy ostentoso, incompatible con pretender pasar desapercibido ante las autoridades. Lucía coches de alta gama de las principales marcas, que cambiaba al mismo ritmo que a sus guardaespaldas. Todo lo pagaba en negro y sus extracciones en el cajero oscilaban entre los 3.000 y los 6.000 euros al día.
Le gustaba acudir a comer al exclusivo restaurante Blue Marlin. Celebraba fiestas en su mansión con la presencia de prostitutas y usaba habitualmente la terminal de vuelos privados del aeropuerto de Ibiza donde tenía su propio avión. Este año, con motivo de su 40 cumpleaños, miembros del Clan Barresi le pagaron una fiesta en Francia a la que acudió lo más granado del lumpen internacional. De volver a coincidir con ellos, probablemente sea en prisión, donde se encuentra desde el pasado día 14.