La insistencia del PP por pedir en el Parlamento a la presidenta andaluza, Susana Díaz, que diga si quiere elecciones, un gobierno Frankenstein con Unidos Podemos e independentistas o si va a dejar que gobierne la lista más votada, le ha servido de excusa para vengarse de Mariano Rajoy. Se sabía que, en abril de 2015, Díaz llamó al presidente del PP para que ayudara a desbloquear su investidura, pero lo que se desconocía era su respuesta. “Me dijo que no estuviera tan segura de ser presidenta”, ha asegurado, para acto seguido añadir que los populares “jugaron con fuego con el bloqueo en Andalucía y hoy nos quemamos todos en España”.
El aval que dio entonces Rajoy al PP andaluz para que siguiera con su estrategia de bloqueo (se rompió a los 80 días, gracias al apoyo de Ciudadanos a Díaz), ahora tiene su efecto bumerán. Díaz no quiere ceder, por el momento, a lo que le piden los populares en aras a la gobernabilidad y estabilidad del país, cuando a ella se lo negaron. Tampoco quiere que le coloquen sobre sus espaldas tanta responsabilidad. Algo que viene haciendo el PP siempre que puede desde el pasado 26 de junio, apelando a su dimensión nacional y advirtiéndole de que si hay terceras elecciones será “igual de culpable” que Pedro Sánchez.
Sin embargo, la resistencia a dar el paso a una abstención, no significa que no haya resquicio alguno para que el PSOE andaluz, con sus 20 diputados, hagan un movimiento en esa dirección. Díaz en ningún momento de su discurso ha entonado un no a Rajoy, ni tampoco ha insistido en el paso atrás que la federación andaluza socialista le demandaba este mismo lunes tras su ejecutiva regional. El PSOE-A sigue por tanto en sus trece: no está en la abstención, porque aún no se ha abierto el debate al no hay comité federal a la vista, pero tampoco se cierra a nada.
“Yo sí quiero que haya un gobierno y quiero que haya un gobierno cuanto antes y que sea un gobierno que arregle lo que han hecho”, ha afirmado. También se ha mostrado totalmente convencida de que, pese a las dos elecciones ya celebradas, Rajoy “piensa que unas terceras no le irían mal”.
Esa “ambigüedad calculada” es lo que el presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, más le ha reprochado. Ha acusado a Díaz de estar enfrascada en su “ambición” y un “tacticismo” personal” con el que está “ahogando” a Andalucía. En este caso, una prórroga de los Presupuestos Generales del Estado y su efecto dominó en Andalucía es lo que ha servido de amenaza.
Díaz a Unidos Podemos: “No tienen credibilidad”
Díaz sigue sin avanzar por la derecha sobre qué es lo que va a hacer para evitar unas terceras elecciones, opción esta última de la que reniega. Pero tampoco por la izquierda, donde tampoco ha visto factible que haya alternativa. En el PSOE andaluz ven la ecuación “inviable” por los vetos cruzados entre Podemos y Ciudadanos. Además de esto, ha querido revisar además el pasado más reciente y le ha afeado a la líder andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, que su formación, en alianza con IU (también se lo ha dicho a su portavoz, Antonio Maíllo), prefiriera hace seis meses unas nuevas elecciones antes que un gobierno de izquierdas. “No tienen ninguna credibilidad”, le ha espetado.
Si a esto se une la absoluta falta de química con la líder andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, todo se convierte en un más difícil todavía. La tensión en el duelo entre Rodríguez y Díaz ha subido enteros en esta sesión de control al Ejecutivo andaluz. Cuando la presidenta andaluza, a una pregunta sobre cuestiones educativas, le ha afeado que ejerza en el Parlamento de “delegada sindical” y no defender los intereses generales, Rodríguez le ha respondido que entiende que no le gusten los liberados sindicales porque “no ha trabajado en su vida”.
El único respiro en este bronco inicio del curso político, y la primera vez en mucho tiempo en que Díaz entra al trapo de las cuestiones nacionales, se lo ha vuelto a dar Ciudadanos. Apenas 24 horas después de que PP y C’s anunciaran que la próxima semana van a reunirse para hacer un frente común y negociar medidas para que puedan incluirse en los presupuestos andaluces de 2017, su portavoz, Juan Marín, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad. Ese acercamiento a los populares no es un alejamiento de los socialistas. Tan esa así, que ha piropeado a Díaz, asegurando que “es de fiar”, al estar cumpliendo el acuerdo de investidura entre ambos firmaron hace un año. Una fórmula para quitar presión a Díaz, pero también para que Ciudadanos quede de cara a la galería como una formación que busca la negociación y ser útil a derecha e izquierda en tiempos de noes y bloqueos.