Era cuestión de tiempo. Pero ahora, en el PSOE, los tiempos son más importantes que nunca. Pedro Sánchez propondrá al
Comité Federal, el máximo órgano socialista entre congresos, intentar formar un Gobierno alternativo al de Mariano Rajoy. "Mantendrá su no y propondrá formar un gobierno alternativo", informan fuentes del equipo del candidato, que se encuentra en Euskadi de campaña.
Sánchez pretende así adelantarse a los dirigentes críticos que amenazan con cortarle el paso y que barajan desencadenar una cascada de dimisiones en la Ejecutiva socialista. Si los críticos logran 19 renuncias, la destitución de Sánchez sería automática y una gestora se haría cargo del partido. Pero esas dimisiones no pueden comenzar a producirse hasta que se conozcan los resultados de las vascas y las gallegas, que actuarían precisamente como desencadenante.
Ferraz pedía a los barones que se abstuvieran de airear sus diferencias con Sánchez para tratar de paliar los resultados de este domingo, que se prevén malos. Pero ahora es él el que mueve ficha para dar un paso más en la estrategia que venía avanzando en sus mítines de campaña. Sánchez es firme en el "no" a Rajoy, un rechazo que cree haber contagiado a la inmensa mayoría de la militancia, y la segunda parte de la estrategia consiste en intentar una investidura alternativa, para lo que ha estado manteniendo contactos con las demás fuerzas políticas.