Los dos autos emitidos este viernes por el juez que investiga la presunta violación múltiple de San Fermín ofrece nuevos datos sobre los cinco detenidos como que compartían un chat llamado "Veranito" en el que días antes de desplazarse a Pamplona hablaron de llevar burundanga al viaje y mostraron su preferencia por "follarse (sic) una buena gorda" entre todos. Al juez le sirve este argumento para sostener que "en la preparación del viaje por parte de los procesados ya se observan detalles que indican que hechos como los ocurridos no suponen un simple aprovechamiento de una oportunidad casual, sino que son buscados deliberadamente por los procesados".
La burundanga, según explica, es una sustancia que "actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del cerebro, sustancia de efectos sedantes similar a la atropina que ha sido detectada en usos delictivos para dejar inconscientes y luego amnésicas a las víctimas, singularmente en ataques sexuales". Así lo recoge el magistrado en dos autos a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL y en el que decreta mantener en prisión a dos de los acusados que habían solicitado la libertad provisional. El juez da su punto de vista a diversas revelaciones o testimonios que se han ido conociendo a lo largo de la instrucción como la declaración de la testigo que dijo que los acusados tenían éxito con las chicas y no necesitaban violar.
Sobre el posible tonteo
El auto resta importancia a este testimonio porque la chica no presenció los hechos y porque les había conocido durante ese viaje al haber mantenido relaciones sexuales con uno de ellos. El titular del Juzgado número 4 de Pamplona también ve "absolutamente irrelevante el que previamente hubieran podido tontear o que la víctima hubiese llegado a besarse con uno de los procesados", según confesó en una de sus declaraciones.
Tampoco le da importancia al hecho de que hubiera seguido con ellos pese a declarar que se sintió incómoda ya que "la introdujeron entre todos repentinamente en un portal impidiendo que pudiera alertar a nadie". Afirma el juez que para realizar los hechos no es necesario un especial ejercicio de fuerza por lo que es compatible con la ausencia de lesiones externas, si bien apunta que los policías municipales que la atendieron en primer lugar han manifestado que pudieron apreciar que tenía marcas de dedos en la cara.
Descarta también que la denunciante hubiese participado en un plan para esconderse junto al resto de los chicos para poder acceder al portal aprovechando que entraba en ese momento una vecina. En su declaración ante el juzgado, esta mujer declaró que sólo había visto a un joven en la puerta (Prenda). El magistrado apunta a que el resto del grupo se sentó en una zona que no se ve directamente desde el portal.
Estado de shock
En una de sus declaraciones ante las autoridades, la presunta víctima dijo que no recordaba lo que había pasado y que se había despertado desnuda en el portal, versión distinta a la mantenida en otras manifestaciones. A los primeros viandantes que la atendieron les comunicó que le habían robado su móvil antes de informar de que había sido agredida sexualmente. El juez enmarca esta "forma inconexa o ausente de comportarse" en el estado de shock en el que se hallaba tras unos hechos "especialmente traumáticos". Tampoco ve relevante que los acusados no tratasen de huir o que se mostraran colaboradores con la policía "cuando se encontraban en un lugar cerrado y sin posibilidad de eludir la acción policial.
El juez describe como "coincidente" el relato de los jóvenes en el recorrido hasta la calle Paulino Caballero, si bien "ya no lo es tanto en cuanto al desarrollo de los actos en el portal, en el que las declaraciones de los procesados son menos precisas”. Pese a todo, los autos adelantados por Europa Press se detienen a analizar una de las frases que todos los detenidos le atribuyeron a la víctima en su declaración en el Juzgado el 2 de septiembre: "puedo con dos o con cinco", dicen que les espetó la chica. Contra esto, el juez recuerda que la joven en todas sus declaraciones habla de cuatro chicos y no cinco. "De haber querido causar un perjuicio a los procesados podía haber corregido tal extremo pues ya era notorio públicamente y conocido por su defensa que eran cinco", sentencia.