Las elecciones en el País Vasco y Galicia han sido un desastre sin paliativos para los socialistas. Sólo había un pequeño consuelo para Pedro Sánchez que seguirá en el aire a la espera del voto de no residentes: la posibilidad de que en unas negociaciones, Íñigo Urkullu lo elija como socio preferente del gobierno.
Pero si el PNV finalmente no asegura sus 29 escaños, no sólo necesita al PSE, sino que precisará al menos un voto del PP y 8 abstenciones porque Bildu y Podemos sumarían 29 escaños. En caso contrario, si Urkullu se garantiza los 29 diputados, le basta con los socialistas y el PP sería irrelevante.
Pero los resultados del 25-S pulverizan uno de los argumentos que más habían ilusionado a Sánchez y a la militancia del PSOE tras el 26-J: que habían logrado frenar el 'sorpasso' de Podemos, objetivo que está en el contrato original de su llegada a la dirección del PSOE. Fue la irrupción de Podemos la que apartó a Rubalcaba y permitió la llegada de Sánchez a la secretaría general. Frenar la transfusión de votos a Podemos era su misión histórica. Y lo sucedido este domingo podría indicar que los 85 escaños de junio quizá sólo fueron una pausa y que su estrategia no ha impedido la ‘pasokización’ del PSOE.
Sánchez lo intentará
Hasta la reunión del comité federal del próximo 1 de octubre, la presión estará sobre Sánchez. Sin embargo, todo indica, y así lo confirmaban anoche fuentes próximas al secretario general de los socialistas, que éste va a perseverar en su propósito de intentar formar gobierno. Y muy probablemente fracase en el intento.
Para el PP, que ha repetido su mayoría en Galicia y ha resistido muy bien en el País Vasco, la lectura de los resultados no es sencilla. Se confirma que hay una tendencia de fondo en la que el PP gana votos o defiende mejor su capital político. Pero lo hace con más eficacia allí donde se toma distancia de manera tajante respecto de la corrupción orgánica o se presentan figuras renovadoras y, en consecuencia, donde Rajoy cumple un papel subalterno.
La cabeza de Rajoy, punto de acuerdo en el PSOE
Es inevitable que el PP piense que es mejor que las terceras elecciones zanjen la cuestión, pero eso significa contradecir todo lo dicho desde julio. La figura de Rajoy va a ser cuestionada en los próximos días, pese a que el presidente intentará afirmarse en los buenos resultados. Será cuestionada porque, aunque Sánchez resulte sometido a la voluntad de los que no quieren que intente un pacto de investidura con Podemos, el punto de consenso entre unos y otros es que Rajoy de un paso al lado.
Además, los muy buenos resultados de Nüñez Feijóo en Galicia señalan, tarde o temprano, a un sucesor claro en el liderazgo del PP.
Muy decepcionante ha sido el resultado de Ciudadanos, sobre todo en el País Vasco. En Galicia, aunque no obtuvo escaños, su candidata Cristina Losada logró más que duplicar la votación de UPyD en las elecciones de 2012. Pero en el País Vasco, Ciudadanos que pasó de 50.000 a 40.000 votos entre el 20-D y el 26-J, ayer se quedó en poco más de 20.000. Quizá los recursos y las ilusiones debieron concentrarse en Galicia, porque el discurso de Ciudadanos poco tiene que hacer en el País Vasco en elecciones locales, a diferencia de lo que sucede en Cataluña.