La doctrina que han impuesto desde Moncloa y Génova a altos cargos e intermedios del PP es clara: que nadie se pronuncie sobre la crisis interna que atraviesa el PSOE. El núcleo duro de Mariano Rajoy califica de “alucinante” la guerra civil abierta en el partido contrario y reconocen su “tristeza” al ver “partido en dos” al que “hasta ahora” ha sido su rival más fuerte. Sin embargo, en privado reconocen que este cisma les beneficia y contemplan una investidura exprés para evitar las terceras elecciones. “A los socialistas es a quienes menos les interesa otros comicios. Por eso no podemos hacer leña del árbol caído, ya se matan ellos solitos”, alegan.
Los argumentos que utilizan fuentes cercanas a Rajoy para creer que la investidura “puede” estar cerca es el delicado estado de salud del PSOE. “Ahora mismo lo mejor que pueden hacer es abstenerse. Si se convocan elecciones pueden quedarse en 50, en 60 diputados como mucho”, reflexionan. Además, también están convencidos de que ya ni siquiera podrán ser capaces de cobrarse la cabeza de Rajoy a cambio de la gobernabilidad. “¿Quién lo va a pedir? ¿Los susanistas? ¿Les decimos que no y nos vemos en las urnas?”, ironizan.
"Quitarse la coletilla de 'en funciones"
El calendario que manejan en Génova y Moncloa, aunque todo depende de “lo que suceda con el PSOE de aquí al sábado”, es celebrar una investidura durante la tercera o cuarta semana de octubre, antes de que Rajoy viaje a Cartagena de Indias para acudir a la Cumbre Iberoamericana que se celebra el día 28. “Sería un momento excelente para quitarse por fin la coletilla de 'en funciones”, se ilusionan en Génova.
Sin embargo, antes de que Mariano Rajoy se convierta otra vez en candidato para presentar de nuevo su programa de gobierno ante el Pleno e intentar sacarlo adelante, el rey Felipe VI tiene que abrir otra ronda de consultas para ver la disponibilidad que tienen todos los líderes políticos a apoyar la investidura del líder del PP. Sin embargo, fuentes gubernamentales creen que el monarca no hablará de nuevo con los portavoces parlamentarios hasta que el fuego socialista se apague.
Gobernabilidad bloqueada
Los últimos episodios vividos en Ferraz, el cuartel general de los socialistas, “bloquea la gobernabilidad del país”, a juicio de los populares, que hablan con cautela sobre la mejor solución que ellos ven a la encrucijada socialistas: “que se abstengan y se recompongan desde la oposición”. Sin embargo, saben que todo dependerá de qué bando venza en la guerra socialista: los sanchistas o los susanistas. Pedro Sánchez es partidario de que sean los militantes los que elijan a su secretario general. Un proceso que no daría tiempo a dirimir antes de que se disuelvan las Cortes, por lo que el nuevo secretario general que saliera de esa votación -sea él u otro candidato- tendría que medir sus fuerzas en las urnas el 18 de diciembre.
El sector crítico, sin embargo, es partidario de apartar al secretario general con el que ya no se sienten representados. A continuación, su idea es colocar una gestora que dirija el partido hasta la celebración de ese comité en un período más amplio para que quien quiera presentarse al proceso de primarias tenga suficiente tiempo como para recabar avales. Para justificar esta recomposición, los críticos quieren que sea la dirección de esa gestora la que dé la orden de que el Grupo Parlamentario Socialista se abstenga en una investidura de Mariano Rajoy.