Casi nadie tiene prisa. Primero fueron las negociaciones entre Ciudadanos y el PP. Luego la campaña de las elecciones vascas y gallegas. Ahora es simplemente la guerra psicológica entre el PP y el PSOE. Ninguno sabe si debe descolgar antes el teléfono para llamar al otro o si lo que debe intentar es desenfundar el revólver de la amenaza de vuelta a las urnas.
Cuando falta menos de un mes para que se disuelvan las Cortes y se convoquen automáticamente las elecciones, el PSOE sigue sin decidir si se abstendrá, aunque va allanando cada día el camino.
Este lunes Javier Fernández, el presidente de la gestora y líder provisional, recordó que "abstenerse no es apoyar" al PP. El martes, la mayoría de diputados del grupo parlamentario se mostró contrario a repetir las elecciones.
Este miércoles, Mario Jiménez, portavoz de la gestora, rechazó la posibilidad de formar un Gobierno alternativo, que era la línea oficial de Pedro Sánchez. "No hay posibilidad alguna de formar una alternativa de Gobierno. No hay esa alternativa. La aritmética no la da. Los partidos que pudieran darla han expresado que no es viable como Podemos y Ciudadanos", dijo en una entrevista en Onda Cero.
El tabú de la abstención
La palabra "abstención" sigue siendo un tabú y los contactos entre dirigentes del PSOE son discretos, pero sin una fecha en el calendario que permita entrever cuándo podría acabar la inestabilidad institucional.
El PP, por su parte, siguió allanando su propio camino, no se sabe si hacia las terceras elecciones o si hacia una durísima negociación con los socialistas.
"España necesita un gobierno que tenga capacidad de gobernar y un legislativo que tenga capacidad de legislar", dijo el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando. "No estamos en la tesis de las nuevas elecciones, al revés", según él, pero el PSOE tiene que contribuir con una abstención "útil" más que "estratégica" con el fin de evitar un descalabro en unas nuevas elecciones por la situación en la que ha quedado el partido.
El candidato del PP y presidente en funciones, Mariano Rajoy, sigue mudo. Su portavoz en el Congreso lo justifica. Al PP le toca "esperar" a que el PSOE decida "contribuir". Mientras, en las filas socialistas, crecen las voces que esperan un gesto de Rajoy, al que creen capaz de elevar mucho el listón en la negociación con el fin de acabar en unas urnas que en principio le serían favorables.
Ciudadanos se ofrece para mediar
¿Quién tiene que dar el primer paso? Mientras el PP y el PSOE se miran de reojo, Ciudadanos ha decidido dar el primer paso.
"Ahora le toca a Mariano Rajoy ir a buscar la investidura porque al frente del PSOE ya ha habido un cambio", dijo Albert Rivera en una comparecencia en los medios en la cámara baja. "La investidura no le caerá del cielo", advirtió.
"Que el PP y el PSOE se pongan de acuerdo para para cambiar la fecha de las elecciones pero no para desbloquear España es sintomático" pero Ciudadanos tiene la "legitimidad para pedir a PP y a PSOE que se sienten en una mesa y desbloqueen el país".
El líder de Ciudadanos se ofreció a mediar entre ambos partidos para tratar de lograr una solución. Según Rivera, "si el PP tiene la abstención del PSOE, irá a la investidura y empezará a negociar, a hacer presupuestos. No cabe ninguna otra salida en este momento".
Crece el hartazgo de los españoles
Mientras la investidura sigue bloqueada, continúa creciendo al hartazgo de los ciudadanos con la clase política. Los políticos son ya el tercer problema para los españoles, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de septiembre publicado este miércoles. Según esta encuesta, realizada entre el 3 y el 12 de septiembre, el paro (71,6%) es el principal problema para los españoles, seguido de la corrupción y el fraude (36,6%) y, como se ha dicho, en tercer lugar están los partidos políticos y la política en general (29,3%). Los problemas de índole económica (23,7%) ocupan el cuarto lugar de esta lista de preocupaciones que publica el CIS. Y en el quinto puesto se cuela ya la falta de Gobierno (11,6%), junto a otros problemas como la sanidad (11,2%) y la educación (10,9%).
Además, para el 56,2% de los encuestados la situación política general es "muy mala". Un dato que entronca con la encuesta de EL ESPAÑOL publicada el pasado fin de semana. Según esta última, el 89,1% de los españoles considera que la situación política actual es "muy mala" (57,3%) o "mala" (31,8%). Solo un 1% cree que la situación es "buena" y un 0,4% la considera "muy buena". Datos casi idénticos a los publicados por el CIS este miércoles.