La Policía Nacional estableció un dispositivo de contravigilancia sobre los máximos responsables de Banca Privada de Andorra (BPA) en una de sus visitas a Madrid para verse con agentes del Cuerpo a los que entregaron datos bancarios de la familia Pujol. Según la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la cita en un conocido hotel de la capital sirvió para conseguir las claves del botín oculto por el clan Pujol en Andorra y fue monitorizada por funcionarios policiales en el marco de la denominada 'Operación Cataluña'.
Los hechos tuvieron lugar el 6 de junio de hace dos años, y el despliegue de seguimiento fue desarrollado por cinco agentes, identificados con su número de funcionario en el acta confidencial que se realizó después. Los policías siguieron al ex consejero delegado del banco andorrano Joan Pau Miquel y al máximo accionista de la entidad, Higini Cierco. Miquel se desplazó a Madrid para verse con agentes españoles y entregar la documentación sobre las cuentas que el clan Pujol tenía abiertas en su banco. Según denunció Higini Cierco ante la Justicia andorrana, el movimiento fue motivado por las amenazas de la Policía española. Desde Interior desmienten esta versión.
"A las 13:00 horas se detecta la llegada al salón de un individuo al que los actuantes identifican de forma clara y determinada como Juan Pau Miquel Prats [...] viste camisa azul claro y pantalón vaquero. Porta una maleta oscura (similar a las que se utilizan para guardar ordenadores portátiles)", refleja la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
En su declaración judicial andorrana, Higini Cierco mantiene que el enviado de Interior era un mando que se hacía llamar "Felix". Precisó ante la jueza que en realidad se trataba del comsiario Marcelino Martín-Blas, entonces jefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía. "Yo sé que ellos tienen varias reuniones en Madrid con Marcelino Martín Blas y otros policías que no sé quién son", añadió Cierco. "Joan Pau y el comisario se saludan. Piden unas consumiciones y permanecen hablando durante trece minutos", recoge el acta.
Fotos de los protagonistas
Desde una hora antes, los agentes se encontraban ya distribuidos dentro del hotel y en sus alrededores. El mando policial llegó a las 12.45 y se situó "girando a la derecha hacia el salón del piano". En una mesa cercana, dos policías de paisano contemplaban la escena. Un cuarto de hora después apareció el banquero andorrano, actualmente en prisión preventiva.
Tras la conversación, Martín Blas se marchó con la información, mientras Miquel permaneció en el hotel, a la vista de los agentes. "Joan Pau se sienta solo en una mesa de la zona de la izquierda de la terraza, extrae unos documentos de su maleta y empieza a ojearlos", refleja el acta del seguimiento.
Los funcionarios policiales que se encargaban de vigilarle permanecieron en sus puestos cuando a las 13.30 llegó al lugar el máximo accionista del banco, Higini Cierco. Ambos charlaron y revisaron conjuntamente los documentos que Miquel extrajo de su maleta. Los funcionarios policiales monitorizaron los movimientos de los banqueros, fotografiaron a ambos y hasta dejaron constancia de lo que habían consumido en la terraza. El dispositivo no fue levantado hasta las 15.00 horas.
Documentos en manos de los Cierco
Higini Cierco hizo alusión a estos seguimientos en su declaración judicial ante la jueza andorrana Canolic Mignorance. "Por los documentos que he visto, yo sé que algunos estamos fotografiados y seguidos por la Policía cuando Joan Pau se entrevista con el [comisario] Martín Blas, en una de sus entrevistas. Y digo estamos porque yo coincidí en el paseo con él porque iba hacia el banco y él salía del hotel y nos fotografiaron y nos siguieron. Íbamos al banco porque desde el banco al Villa Magna hay 150 metros. Está en la plaza de Colón uno al lado del otro. Ahí está la explicación de, de dónde venía Juan Pau, de lo que había hecho, de las instrucciones del DAO [Eugenio Pino], con el número de los policías, su número de placa, etc."
Pese a que, en esencia, la versión coincide con los partes de seguimiento, según los documentos, la presencia del principal accionista del banco no es tan casual. "A las 13.30 un individuo al que los actuantes identifican de forma clara como Higini Cierco Noguer -copresidente de la BPA según fuentes abiertas- hace acto de presencia en la terraza, se sienta junto a Juan Pau [...] Higini pide agua mineral y Joan Pau una hamburguesa y una Coca Cola. Pasados veinte minutos, ambos continúan reunidos en la terraza del hotel. Por orden del jefe del dispositivo, cesa el mismo cuando son las 15:00 horas".
Fue el comisario de Policía ya retirado José Villarejo quien en sede judicial se encargó de bautizar como 'Operación Cataluña' las actividades policiales que desde 2012 se centraron en investigar posibles casos de corrupción catalanes. Precisó además que en esa tarea trabajó mano a mano con el comisario Marcelino Martín Blas. Ambos dependían directamente del ex director adjunto operativo de la Policía Nacional ya jubilado Eugenio Pino.
Higini Cierco, por su parte, sitúa el origen de las presiones policiales en mayo de 2014 -dos meses antes de la cita en el Villamagna- cuando Celestino Barroso, entonces agregado de Interior en la Embajada de España en Andorra, le telefoneó a su despacho para pedirle un encuentro con "urgencia". El mensaje del representante de Interior en el Principado fue el siguiente: "Sería conveniente que hablases con una persona de Madrid para el tema del banco". Cierco le derivó a Joan Pau Miquel, a quien le transmitieron el mismo mensaje. Algo que ahora investiga la justicia andorrana.