José Manuel García-Margallo ha viajado este martes por primera vez en cinco años al Campo de Gibraltar, la comarca de la provincia de Cádiz en la que está incrustado el Peñón británico, la única y última colonia en territorio europeo. Allí se ha mostrado dispuesto a mantener reuniones “informales, discretas y secretas” con “personas de Gibraltar” para negociar el plan de cosoberanía post Brexit que hace dos semanas presentó el Gobierno español ante la ONU y que ha sido rechazado de plano por el ministro principal de la Roca, el socialista-laborista Fabián Picardo.
Una de esas personas podría ser incluso su némesis, Picardo, con el que hace dos semanas mantuvo otro enfrentamiento dialéctico resumido en el No way José! del ministro principal y en la bandera que Margallo va a poner la Roca dentro de cuatro años. El canciller español está dispuesto ahora a reunirse con su enemigo declarado siempre y cuando, según ha matizado el Ministerio de Asuntos Exteriores, el líder gibraltareño se integre “dentro de una delegación británica”.
“El diálogo es la base del entendimiento y esto hay que resolverlo como se resuelven siempre las cosas, poniéndonos en el lugar del otro, escuchando al otro y estando dispuesto a hacer concesiones”, ha dicho Margallo en un notable giro respecto a su posición de confrontación directa con Gibraltar estos cinco años. Fuentes diplomáticas atribuyen este cambio de tono a la presión ejercida sobre el ministro por Moncloa, la Junta de Andalucía, los líderes comarcales y el PSOE a través de su iniciativa en el Congreso en protesta por la propuesta de cosoberanía planteada ante la ONU sin comunicación previa.
UN PLAN CON ASPECTOS POSITIVOS
“Es intolerable que el Congreso de los Diputados conozca las líneas de acción del Gobierno sobre esta cuestión por los medios de comunicación”, se afirma en la proposición no de ley registrada por el diputado Salvador de la Encina, representante de Cádiz en las Cortes. De la Encina- con una larga trayectoria de relación con Gibraltar que incluyó el histórico acuerdo de 2006 para compensar a los pensionistas españoles que habían trabajo en la Roca- tiene la vista puesta en el arranque de una inminente legislatura para “aprovechar las oportunidades que ofrece el Brexit” y que recoge “ese plan de cosoberanía que tiene aspectos positivos”, según ha explicado a EL ESPAÑOL.
Esa nueva fase que el Brexit se abre en un contencioso de 300 años ofrecerá mejores frutos “con otro ministro de Asuntos Exteriores”, según De La Encina, que ha constatado el “rechazo de plano” que concita la figura de Margallo entre los colectivos afectados por la salida del Reino Unido de la Unión Europea y por tanto también de la Roca como los Trabajadores Españoles en Gibraltar o el Grupo Transfronterizo. El Peñón es la primera empresa de la comarca: el 25% del PIB del Campo de Gibraltar viene de la Roca, donde trabajan 10.000 españoles de la zona.
La preocupación de la reducción de sueldos
Tras el referéndum del 23 de junio y la consiguiente bajada de la libra, los trabajadores españoles ya han empezado a notar la reducción de sus sueldos. Ese tipo de preocupación es la que más han planteado este martes los alcaldes a Margallo: un plan de fiscalidad especial para la zona, así como otro de empleo y uno de mejora de infraestructuras. Medidas prácticas que incidan directamente en la mejora de la vida de los habitantes de la zona mientras en Madrid se hace elabora un “marco institucional consensuado” por todos los partidos para llevar a cabo una auténtica “política de Estado” que no renuncia a la soberanía de Gibraltar, según la iniciativa socialista.
Tanto en la rueda de prensa en Algeciras como en el almuerzo-debate del Foro Joly en un hotel de Los Barrios, Margallo se ha mostrado más conciliador con los llanitos que en los últimos cinco años. Pero en la Roca no olvidan las 5 o 6 horas de colas que el Gobierno español les impuso a partir del verano de 2013 como consecuencia del enfrentamiento tras vertido de los bloques de cemento en las aguas disputadas por España. Demasiadas controversias que los llanitos identifican con un solo hombre: José Manuel García-Margallo.