Hernando, el portavoz socialista que enmudeció con el Comité Federal de los gritos
Clave en el entorno de todos los líderes socialistas de este siglo, mantiene puesto pero huye de la prensa.
23 octubre, 2016 02:54Noticias relacionadas
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Es jueves en el Congreso de los Diputados y Antonio Hernando trata de pasar desapercibido. A paso rápido, el portavoz del PSOE en la cámara baja esquiva a la prensa subiendo apresuradamente unas escaleras. Un par de periodistas insisten para hacer uno de los habituales corrillos en los que el político de turno expresa su punto de vista sabiendo que su nombre no saldrá en ninguna crónica. Sin éxito. Hernando pasa de largo y se refugia en su despacho.
Aunque quiera, es muy difícil que Hernando (Madrid, 1967) no esté en muchas conversaciones entre diputados y periodistas. Ocupa el escaño del líder de la oposición, donde durante dos años se sentó Pedro Sánchez. Además de ser portavoz, ha añadido a su curriculum el puesto de presidente del grupo en sustitución de su antiguo jefe. Es el único de los tres portavoces parlamentarios de ámbito nacional o internacional que sigue en el puesto. Iratxe García, líder de los eurodiputados socialistas, manifestó su intención de dejar el cargo por coherencia con su postura y su apoyo a Sánchez. Le sucedió Ramón Jáuregui. En el Senado, Óscar López hizo lo propio, con algún titubeo, y su lugar lo ocupó Vicente Álvarez Areces, expresidente de Asturias y otro veterano.
Hernando siempre está
Antonio Hernando es el dirigente que siempre está. En este siglo, es quizás el único que se ha mantenido muy cercano a todos los liderazgos. Su protagonismo en Ferraz comenzó como parte de un grupo de asesores y hombres de partido, llamados fontaneros, del que formaban parte el propio López y Sánchez, y que fueron bautizados como los Men in White o los Blanco Boys. Los hombres de Blanco. José Blanco, doce años número dos del PSOE, el tiempo que José Luis Rodríguez Zapatero llevó el timón.
Hernando fue primero cercano a Blanco y zapaterista por extensión. Fue su salto a la sala de máquinas socialista. Su desembarco en el Congreso fue en 2004, con la primera victoria del último presidente socialista. Cuando Alfredo Pérez Rubalcaba sucedió a Zapatero, el siguió en la Ejecutiva del partido, en la que había entrado en 2008, y pasó a ocuparse de las Relaciones Institucionales y la Política Autonómica. Cuando Sánchez llegó al liderazgo del partido tras unas primarias y con el apoyo de buena parte del aparato, lo nombró portavoz parlamentario.
Hernando ha sido uno de los hombres fuertes de Sánchez durante todo este tiempo. Ha defendido las posiciones de la Ejecutiva, a la que pertenecía en calidad de portavoz en el Congreso, y no ha evitado entrar en la guerra que el equipo de Sánchez mantuvo contra sus críticos, arremetiendo en privado contra Susana Díaz, la presidenta andaluza, otros presidentes autonómicos o Eduardo Madina, el perdedor de las primarias. Parecía que Hernando era, por momentos, más sanchista que Pedro Sánchez. Su fidelidad tuvo recompensa. Sánchez lo incluyó como líder y portavoz de su equipo negociador para conformar un Gobierno con Podemos y Ciudadanos.
Las cualidades de Hernando
Hernando tiene cualidades, según muchos diputados, independientemente de cómo se lleven con él. Tiene fama de buen parlamentario, eficaz orador, sabe negociar y conoce bien las interioridades parlamentarias. En la prensa hay opiniones para todos los gustos, pero Hernando no ejerce de portavoz con todos. Es selectivo y limita a la nada la comunicación con los medios que no le interesan. En las ruedas de prensa de cada martes de semana con pleno y desde la tribuna Hernando habla para todos, pero no con todos.
Su mayor problema ahora es de credibilidad. "A mí antes ni me saludaba y ahora está muy majo", explica un diputado crítico con Sánchez. "Lo de Antonio no tiene nombre. ¿Cómo se puede mantener la coherencia defendiendo lo contrario de un día para otro?", se pregunta una parlamerntaria.
Una hemeroteca implacable
La hemeroteca es implacable. "Si el PSOE cambia de opinión, vamos a perder absolutamente toda nuestra credibilidad. Y uno de los problemas que tiene el PSOE es de credibilidad", explicaba antes del Comité Federal del 1 de octubre, para la Historia ya como una de las reuniones más convulsas del socialismo español.
La abstención, para él, era la claudicación ante "editoriales y consejos de dirección de empresas". El "no" tenía "razones éticas, políticas e ideológicas". Sería "inconcebible" que "mayoritariamente los dirigentes del PSOE" fueran a permitir que "el hombre de los sms a Bárcenas siga siendo presidente del Gobierno", llegó a decir.
Esta semana, Hernando defenderá la abstención en la tribuna del Congreso. Esa es la teoría, porque no se escucha su voz desde finales de septiembre, por lo que el portavoz lleva prácticamente un mes sin hablar. Durante semanas, antes del Comité, mientras él defendía a capa y espada el "no", fuentes socialistas advirtieron un amago de reposicionarse y estar en un lugar central en medio de una discusión polarizada. "Hernando será el primero en virar", explicaban a este periódico. Según publicó El Huffington Post en un artículo de Esther Palomera, Hernando fue uno de los que convenció a Sánchez de que tirara la toalla una vez había perdido la votación sobre la celebración del congreso extraordinario del partido. "Dadnos tiempo, que le convencemos para que se vaya", dijo, según este medio.
Una "correa de transmisión"
El que no parece querer irse es él. Tras ser ratificado como portavoz mientras los otros caían, su equipo explicó que Hernando "afronta esta etapa con responsabilidad y tratando de contribuir humildemente a reconstruir la unidad del partido". En el argot del PSOE: coser.
De momento, la gestora que dirige provisionalmente el PSOE cuenta con él y entiende su vehemencia al defender el "no". "Ha estado, como no puede ser de otra manera, defendiendo la posición política que la dirección del partido tenía, de todos conocida, y ha hecho lo que tenía que hacer, ser correa de transmisión y portavoz de la posición política de la dirección del partido", explicó Mario Jiménez, portavoz de la gestora, que lo consideró "un magnífico político, un magnífico portavoz y una persona coherente y absolutamente respetuoso con sus responsabilidades".
Se espera que Hernando reaparezca ante la prensa a partir de este lunes. Hasta este domingo, la posición oficial del PSOE es el "no" a Rajoy que él mismo defendió. Por ese motivo, según fuentes socialistas, él sigue callado hasta que tenga una nueva posición que argumentar, algo que hará justificándolo gracias a la mayoría que se visualizará en el Comité Federal. A partir de ese momento, y como "correa de transmisión", se sabrá lo que dice Antonio Hernando, pero probablemente nunca lo que piensa.