El presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, ha trasladado al rey Felipe VI que “el grupo socialista”, compuesto por 84 diputados, “se va a abstener” en la investidura en ciernes de Mariano Rajoy. A pesar del incendio interno dentro de su partido, Fernández ha trasladado al monarca una abstención en bloque en línea con la resolución del Comité Federal del domingo, en el que no se contempló la abstención de los 11 diputados imprescindibles para que Rajoy sea reelegido. “El término abstención es suficientemente claro y literal”, ha dicho.
“No he entrado en ninguna matización como la que usted plantea y él no me la ha pedido”, ha aclarado Fernández respecto a su conversación con Felipe VI. Alrededor de una quincena de parlamentarios podrían romper la disciplina de voto. Para empezar, los siete del PSC, que esta tarde celebra su Consell Nacional (órgano homólogo al Comité Federal) donde no se esperan sorpresas. También Margarita Robles (Madrid) o Susana Sumelzo (Zaragoza), que anunciaron en EL ESPAÑOL su intención de rechazar la investidura. Otros diputados han anunciado que harán lo mismo o prevén hacerlo en los próximos días, haciendo que el problema para la gestora vaya mucho más allá que el PSC, un partido jurídicamente diferente, y acabe en un verdadero cisma.
¿Expulsará el PSOE del grupo parlamentario a esos diputados? ¿Los echará del partido? Fernández no quiere anticipar acontecimientos y se esfuerza en “persuadir” a los dirigentes y diputados críticos de que respeten la decisión que el domingo tomó el máximo órgano entre congresos. Tampoco contempla romper o revisar las relaciones con el PSC. “No estoy pensando en nada de eso y mucho menos que eso termine en expulsiones”.
Este lunes, Fernández recibió una carta firmada por ocho secretarios generales regionales socialistas en la que reclaman una abstención mínima. “ Les he respondido largo y tendido” y “uno a uno”, explicó Fernández, para explicarles que la decisión del domingo no tiene discusión.
Según la gestora, no cabe otra cosa que abstenerse. Los diputados socialista no podrían acogerse al voto en conciencia que figura en su reglamento interno porque requeriría que la dirección del grupo parlamentario permitiese esa opción. Pero para el equipo que dirige los designios del PSOE, una investidura no es un tema moral, como podría serlo la eutanasia o el aborto. No se debe apelar a la conciencia para asuntos que son políticos y disciplinarios, sostienen fuentes de la gestora.
El apoyo (por la vía de la abstención) del PSOE a Rajoy se limitará a la investidura, según Fernández. “En ningún caso estamos planteándonos desde el PSOE proporcionar estabilidad al Gobierno” o apoyar los Presupuestos del PP, ha dicho.