La cultura se ha convertido en la llave del gobierno municipal en el Ayuntamiento de Barcelona. La proyección de la ciudad y el impacto social de la cartera han sido la pista de aterrizaje del PSC en el consistorio que dirige Ada Colau (Barcelona en Comú). El portavoz socialista y segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni (Barcelona, 1969), cumple algo más de seis meses como cabeza visible de los socialistas en el Consistorio.
El PSC no es ni la sombra de lo que fue. Tampoco en Barcelona, que durante 32 años tuvo a un socialista como alcalde. Atrás quedan los tiempos de Narcís Serra, Pasqual Maragall, Joan Clos y Jordi Hereu. La irrupción de Barcelona en Comú, impulsada por la personalidad de Colau, los errores propios y la polarización en torno al independentismo han traído tiempos de vacas flacas para el socialismo catalán. Ahora, es el quinto partido de un consistorio plural y fragmentado en siete fuerzas políticas.
El PSC tiene 4 concejales de 41 y tan solo uno más que el PP o la CUP. Collboni no está contento con el resultado logrado en las últimas elecciones, pero sí satisfecho con su presencia en el ejecutivo local. Gobernar con Colau estuvo para él muy claro. En Madrid, la idea hace dudar hasta la fatiga al PSOE, que apoya desde fuera a Manuela Carmena (Ahora Madrid).
Frente a la oposición sin cuartel que otros grupos despliegan frente a Colau, objetivo a batir por su pujanza y proyección en Cataluña y el resto de España, los socialistas barceloneses se centran en la gestión. En sus manos están también algunas carteras de importancia económica. Creen que pertenecer a un partido con experiencia los coloca en una buena posición para aprovechar la proyección institucional y comenzar a recuperar la confianza del electorado. Collboni y Colau aseguran tener química personal, pero como ocurre en Madrid, una cosa es tratar con la alcaldesa y otra con su equipo.
Por si fuera poco, desde que el PSC entró a formar parte del Ayuntamiento, la oposición se ha endurecido y ha puesto todo tipo de trabas a ordenanzas y a los presupuestos municipales, que seguramente tendrán que ser aprobados por la vía de una moción de confianza en la que Collboni apoyará a la alcaldesa.
En septiembre prometió una subida del presupuesto para Cultura de un 15% para Barcelona y llegar así al 5%. ¿Lo conseguirá?
Sí. Vamos a conseguir que el 5% del presupuesto del Ayuntamiento, por primera vez en su historia, sea para Cultura. Para hacerse una idea del salto cualitativo que eso supone puede recordarse que la Generalitat no llega al 1%. La política cultural es el eje vertebrador de una idea de ciudad y el ADN de la concepción que nosotros tenemos de Barcelona. No vamos a priorizar nuevos equipamientos sino los contenidos, los públicos y el apoyo a la creación. Como ciudad global, una de nuestras obsesiones tiene que ser atraer a la clase creativa. La cultura determinará nuestro futuro como ciudad, como economía y como modelo social.
Decía que el sector cultural estaba "aletargado" y que sufría "atonía". ¿Por qué?
Hay varios factores, desde los económicos de la crisis al IVA, que tiene un impacto letal en algunos ámbitos. Pero también se había puesto la cultura al servicio de la causa de la independencia. Eso empobreció terriblemente la capacidad de acción cultural. Muchas de las novedades del último año tienen que ver con cómo reforzar el relato de la independencia: desde las conmemoraciones de 1714 a convertir algún equipamiento de la ciudad en un medio exclusivo para ese fin. Tiene sentido que se reflexione sobre esos asuntos, pero no que monopolicen la oferta.
Decir que las industrias culturales tienen un papel importantísimo en la creación de la cultura no es mercantilizarla
Podemos y fuerzas municipalistas como Barcelona en Comú siempre han demostrado un gran interés en la política cultural. ¿En qué se diferencia su modelo del de sus socios?
Compartimos muchos valores, como la función de la cultura en las políticas públicas o la creación de comunidad y ciudadanía. También es una fuente de oportunidades. Las diferencias tienen que ver con la tradición y con el concepto de industria cultural. Decir que las industrias culturales tienen un papel importantísimo en la creación de la cultura no es lo mismo que mercantilizarla, como a veces falsamente se ha transmitido. No es lo mismo tener una visión consumista de la cultura que asumir que la industria es la que garantiza que tengas un tejido.
¿No lo tenía claro Colau?
Creo que no. Había una gran confusión. Es posible apoyar la cultura viva facilitando que haya músicos que toquen en la calle y al mismo tiempo ayudar a las industrias del libro. Para distribuir la cultura es fundamental que las librerías de barrio y teatros pequeños privados tengan algún tipo de apoyo público. Hemos desarrollado una medida con buena acogida: subvencionar el IBI que pagan los establecimientos culturales de proximidad, aunque sean privados. Entre otras cosas, eso sirve para neutralizar el impacto del IVA.
Hay literatos en lengua española que han anunciado su marcha de Barcelona porque se sentían asfixiados por la presión del independentismo. ¿Es difícil hacer cultura en castellano en Barcelona?
No, niego la mayor. No le doy más trascendencia porque es evidente que si somos una gran potencia cultural es porque hay un mercado que se llama Hispanoamérica, con el castellano como lengua mayoritaria. Y eso es compatible con acciones de promoción de la lengua catalana y acciones específicas de apoyo a la industria en catalán. El catalán sigue siendo una lengua minoritaria en un contexto con muchos hispanohablantes, pero es perfectamente compatible. Es una fortaleza, no una debilidad.
El proceso independentista está descontado para los operadores económicos porque no es creíble
¿Está en riesgo la capitalidad cultural de Barcelona por el proceso independentista?
No lo creo. El proceso independentista está descontado para los operadores económicos porque no es creíble. Muy poca gente cree razonablemente que eso vaya a pasar, aunque hay un conflicto institucional evidente y un problema político de fondo que hay que resolver.
"En el fondo, nadie se cree el procés"
Planeta llegó a advertir que dejaría Barcelona, su histórica sede, para mudarse a Madrid.
Ha habido mensajes en ese sentido, pero ninguna decisión estratégica que lo confirme. Hay inquietud en algunos empresarios, pero, en el fondo, nadie se lo cree.
Nadie se creía que iba a ganar Trump, el 'brexit' o que saldría el "no" en el referéndum en Colombia.
No seré yo quien compare Cataluña con Trump.
¿Pero no creérselo no es subestimar la entidad de amenaza?
Me refiero a no creerse que eso vaya a pasar de forma inminente. Por ese motivo, no hay un riesgo para las inversiones. Acabamos de acordar una de casi 30 millones de euros de Cisco Systems en Barcelona. Hace unas semanas hemos cerrado otra de Volskwagen, hace poco estuvimos en Londres tratando de averiguar qué pasará con el brexit y buscando oportunidades… A todo el mundo le preocupa el conflicto político, pero nadie da verosimilitud a un proceso independentista inmediato.
¿Fue un error que se exhibiese la estatua de Franco de Josep Viladomat? ¿Qué ha aprendido?
El objetivo de la exposición es positivo y yo lo comparto: el combate por la memoria. Cómo se cerró la Transición en este país es algo que está en revisión y en ese sentido me parece un ejercicio crítico, incluso conflictivo. Probablemente la idea de la estatua no fue la más acertada porque provocó de manera desbordante un efecto en realidad pretendido: mostrar cómo los símbolos de la dictadura han convivido con nosotros de una manera extrañamente normal durante demasiado tiempo. Se juntaron muchos factores: el simbolismo del Born para el independentismo en los últimos años y probablemente una sobreactuación que se podría haber evitado. Pero en el objetivo y en el fondo de hacer la exposición estoy de acuerdo. La cultura tiene mucho de conflicto.
"El Gobierno más estable de España"
¿Cuánto durará Ada Colau como alcaldesa?
Lo que decidan los ciudadanos, supongo.
No votan hasta el 2019. El PSC dice estar satisfecho con el acuerdo, pero desde que ustedes entraron ha habido problemas con las ordenanzas y los presupuestos que desembocarán con seguridad en una moción de confianza. No se trata de un Gobierno estable.
Yo creo que es el Gobierno más estable que existe en estos momentos en este país.
¿Por qué?
Porque llegará al 2019. Aunque hagamos una moción de confianza en enero, no se vislumbra ninguna alternativa razonable ni coherente.
No se plantean apoyar ninguna moción de censura.
Nosotros tenemos palabra y vamos a cumplir nuestro acuerdo.
¿Hay que hacer de tripas corazón para entrar en un Gobierno de una fuerza que en realidad quiere suplantar al PSC?
Lo hacemos encantados porque lo hacemos por Barcelona. No hemos hecho un cálculo de las consecuencias electorales ni encuestas sobre ello. Estábamos convencidos de que es lo que necesitaba la ciudad y sería una pena que no hubiese acuerdos que la hiciesen avanzar. Votó la militancia y lo respaldó con un 90%.
¿Es el PSC el freno a los instintos filoindependentistas que hay en sectores de Barcelona en Comú?
El PSC es una opción federal que cree que la solución al conflicto actual pasa por un acuerdo con el resto de España y lo vamos a defender en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Parlament.
"La nueva izquierda ha venido para quedarse"
Desde el PSC se habló de candidaturas conjuntas con En Comú Podem para otras convocatorias electorales. ¿Fue un error?
Yo nunca lo he planteado. El PSC tiene que ir con sus propias siglas. Otra cosa es que el socialismo en general en España tiene que asumir qué supone la emergencia de una nueva izquierda que yo creo que ha venido para quedarse, aunque no sepa en qué magnitud. Hay que ver cómo se hacen gobernables las instituciones donde varias fuerzas de izquierdas pueden ponerse de acuerdo.
¿Sería mejor presidenta de la Generalitat Ada Colau que Carles Puigdemont o Oriol Junqueras?
Creo que el mejor sería Miquel Iceta.
Parece que está un poquito lejos del objetivo.
La aritmética y las alianzas son impredecibles a día de hoy.
"Iceta tiene un recorrido largo"
¿Es Iceta un candidato de futuro?
Lo es porque lo ha decidido la militancia y no creo que la mayoría haya votado una opción sin futuro. Ha hecho un papel fundamental en dar estabilidad y coherencia al partido, algo que es muy apreciado. Tiene un recorrido largo.
La relación entre el PSOE y el PSC va a cambiar inevitablemente y no pasa por sus mejores momentos tras el "no" del PSC a Rajoy. ¿Cuál es su fórmula para el futuro?
Caminamos hacia un modelo más confederal.
No imagino que a alguien se le pase por la cabeza dejar fuera de un proceso de primarias a 15.000 socialistas catalanes
Aún no ha funcionado el modelo federal…
Digo confederal porque es el modelo entre dos organizaciones. No se trata de descentralización sino de corresponsabilización. Aún no sabemos en qué se materializará. Lo que quiero pensar es que nadie se está planteando que el PSC no esté en los órganos del PSOE por una cuestión meramente orgánica. No imagino que a alguien se le pase por la cabeza dejar fuera de un proceso de primarias a 15.000 militantes socialistas catalanes. El objetivo, para mí, es claro: volver a funcionar como rótula entre Cataluña y España en un proyecto federal. El PSC siempre ha jugado ese papel. ¿Que hay que cambiar? No pasa nada. Lo que no sería normal es que el PSOE no cambiara también.
"Un problema español"
¿Hay incomprensión de algunos sectores del PSOE hacia el PSC?
Sigue habiendo incomprensión sobre lo que ha pasado en Cataluña. Me han preocupado mucho algunas declaraciones y expresiones desde las filas socialistas. No por lo que dicen sino por lo que denotan: un desconocimiento del reto que tiene España, ya no Cataluña. El problema de Cataluña es un problema español. Con todo, creo que el socialismo está más adaptado para entender lo que tiene que venir que el PP. No estamos haciendo otra cosa que reproducir un debate que ya existe a nivel social e institucional entre Cataluña y España.
No es una cuestión que se circunscribe a la votación de investidura, según usted.
Es más de fondo. Y a medida que la sociedad cambia, se refleja en lo orgánico y en tu relación con tu partido de referencia. Pero sobre la votación diferenciada en el Congreso se olvida que los que votaron "no" a Rajoy no sólo representaban al PSC o al electorado catalán sino a muchos electores socialistas que estaban en contra de la investidura. El PSOE debería tener la capacidad de asimilarlo. Las estructuras y los partidos tienen que ser más flexibles y menos cuartelarias. Cuando disienten, sean de Cataluña o de Logroño, el partido debería poder asimilarlo. El SPD [los socialdemócratas alemanes] lo hizo cuando algunos diputados votaron en contra de la gran coalición. Y su máximo dirigente anunció que no iba a haber medidas disciplinarias porque esos diputados también representaban a parte del electorado socialdemócrata.
¿Ha cometido el PSC algún error?
Lo que ha hecho el PSC es lo más coherente y explicable dadas las circunstancias. El PSC tiene que adoptar sus decisiones en el Consell Nacional y explicarlas, en este caso, en el Comité Federal. Lo hace en coherencia con lo que decían los dos candidatos a las primarias del PSC. ¿Se podría haber hecho mejor? Seguro. ¿Se podría haber evitado la situación? Seguramente, pero no sólo por parte del PSC.
¿Se equivocó Iceta apoyando a Sánchez?
Apoyaba al secretario general. Pero sí es cierto que en los últimos años el PSC no ha sido todo lo pulcro que había sido históricamente.
El socialismo y las grandes ciudades
Nunca el PSOE ha ganado en España sin un buen resultado en Andalucía y en Cataluña. ¿Cree que Susana Díaz podría tener un buen resultado en Cataluña?
El problema electoral no es sólo de regiones sino sobre todo de grandes ciudades. Desde los años 90, de las ciudades de más de 50.000 habitantes hemos pasado de ganar en 34 a 10, si no recuerdo mal. Ese es más problema que Cataluña o la región que sea. Defender el voto en las grandes ciudades es defender el futuro del proyecto, porque son las ciudades las que te dan la hegemonía en el país. Hay que empezar por un buen diagnóstico y ser capaces de atraer a los sectores emergentes y más avanzados. Sin esa reconquista de lo urbano, difícilmente se recuperará la hegemonía.
¿Alguno de los que suenan como candidatos para el PSOE lo entiende como usted?
Este discurso es bastante inédito todavía en boca de los dirigentes del PSOE, aunque sí lo hemos hablado en varias ocasiones.
¿Qué hay que aprender de Podemos?
No me fijo en un partido concreto, pero hay que ver cómo se articula la sociedad, cómo es la producción económica y cultural, por qué se asocia la gente para conseguir cosas. Todo eso ha cambiado en los últimos 10 años y va a cambiar más. No podemos seguir en los 80. Podemos ha sabido reaccionar mejor, más fácil e inmediatamente, pero no creo que tenga una solución mejor. No les veo preparados.