Los Mossos d'Escuadra han localizado en un trastero los muebles que, según la familia, fueron vendidos para ayudar a la pequeña Nadia en sus tratamientos. En su búsqueda de fondos, los padres de la menor aseguraron incluso a la prensa que habían vendido el somier de su cama y dormían en el suelo para poder pagar los medicamentos y las operaciones que su hija necesitaba para seguir con vida. Ahora, los agentes de la policía autonómica han localizado los muebles en un almacén de la localidad ilerdense de Organya.
Los informes elevados al juzgado explican que la búsqueda de los muebles se realiza para probar el "chantaje emocional" con el que los padres de la menor, ahora imputados, eran capaces de captar importantes cantidades de donativos, "manifestando que si no disponen de este dinero, la niña morirá", explican los agentes.
Versión ante la prensa
Ante la prensa, Fernando Blanco mantuvo en varias entrevistas que las operaciones en Houston (EEUU) a las que era sometida su hija eran tan caras que había tenido que vender la mayoría de los muebles de la casa. Por eso era importante localizar los muebles que la familia tenía guardados en un almacén situado en la Avenida Doctor Muntaña de la localidad .
Cuando abrieron las puertas del inmueble, los agentes localizaron almacenados "los muebles y electrodomésticos que pertenecen a otros domicilios donde han residido", dejando constancia gráfica de ellos en un vídeo que obra ya en poder del juzgado. A juicio de los investigadores, eso "desmiente la venta de muebles para afrontar el coste de las terapias de su hija".
La defensa de los padres de Nadia, ejercida por el abogado Alberto Martínez, mantiene una versión distinta. El representante legal asegura que tanto Fernando Blanco como su mujer vendieron parte de su mobiliario para pagar los cuidados que la menor requería. Lo que los Mossos han localizado en un almacén es, según su versión, el sobrante de los muebles que no pudieron vender en aquellos momentos.
Chantaje emocional
A juicio de los investigadores, "este chantaje [reforzado con la imagen de los padres de Nadia durmiendo en el suelo] surtió efecto, tal y como se ha podido confirmar en las dos cuentas de las que hasta el momento se tiene constancia, gestionadas por estas personas". El saldo total de ambas sumaba en el momento de la intervención policial los 319.000 euros. La mayoría "por no decir que todos, provienen de aportaciones realizadas por multitud de personas y empresas".
La investigación ha determinado además que, en los últimos cuatro años, ni el padre ni la madre de Nadia han percibido ingresos procedentes de trabajo alguno, de actividades laborales o mercantiles. Es decir, que sus ingresos, al menos desde 2012, proceden solo de las donaciones aportadas a las cuentas destinadas a tratar la enfermedad de la niña.