“¿Existe alguna manera de que me dejen marchar?”. El narcotraficante Miguel Ángel Ramírez Cano acababa de ser descubierto en su escondite en España por la Policía Nacional. La DEA de Estados Unidos había guiado a sus colegas españoles hasta el Hotel City House Florida Norte de Madrid, donde se alojaba desde finales de diciembre.
Y como si se tratara de uno de sus acuerdos comerciales en el lucrativo mundo de la droga, este ciudadano mexicano vio en su detención la oportunidad de iniciar una negociación en la que todo se puede solucionar con dinero. Solo que esta vez sus interlocutores llevaban uniforme.
Los agentes se quedaron atónitos ante el aplomo que mostraba el arrestado, empeñado en consensuar por la vía económica una salida a la desagradable situación en la que se encontraba. Según informan a EL ESPAÑOL fuentes policiales, hasta en varias ocasiones trató de sobornar a los agentes de la Brigada Central de Estupefacientes de la UDYCO Central de la Policía Nacional.
Cerrados al soborno
Ante la negativa de los policías, Ramírez Cano ofreció dinero y hasta les propuso la excusa que tendrían que argumentar ante sus superiores. El plan era que aceptasen el dinero que estaba dispuesto a pagarles y a cambio, le soltasen.
Luego sólo tendrían que decir a sus jefes y a la DEA que no le habían encontrado. Pero los agentes no atendieron sus demandas y completaron el operativo dando parte por escrito a sus superiores de la intentona fallida del detenido.
Ramírez Cano está acusado de traficar con metanfetamina, la misma droga que hizo popular al protagonista de la serie Breaking Bad. La meta tiene un mercado muy arraigado en distintas partes de Estados Unidos como en la que operaba Ramírez Cano.
Su nombre figura en los ficheros policiales de la DEA desde diciembre de 2011 como integrante de una organización de narcotraficantes mexicanos a la que se le atribuye el transporte de grandes cantidades de metanfetamina.
Camiones cargados de 'meta'
En concreto se le acusa de organizar envíos de droga cargada en camiones desde California a otras ciudades del país norteamericano para su posterior distribución. Al menos entre marzo y junio de 2012 mandaron 30 kilogramos de metanfetamina desde California a Minnesota. Estas operaciones constan en las escuchas telefónicas intervenidas a Ramírez Cano, quien empleaba un lenguaje en clave para intentar burlar el control de las autoridades.
El final de la escapada para Ramírez Cano llegó esta semana cuando salía del hotel en el que se hospedaba. La Policía Nacional no aceptó al suculenta oferta del sospechoso y procedió a cumplir con la Orden de Detención a Efectos de Extradición dictada por las autoridades estadounidenses.
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