Desde que en julio comenzó la legislatura, el Congreso de los Diputados ha aprobado medidas como las siguientes: "dotar suficientemente las partidas presupuestarias, especialmente los recursos destinados a la prevención y a la asistencia social de las víctimas de violencia de género" y la puesta en marcha de un nuevo acompañamiento judicial especializado; la ampliación de permisos de paternidad y su equiparación a los de maternidad, que pasarían "de los trece días actuales a casi un mes", "garantizar que los beneficiados por la regularización [o amnistía] fiscal del año 2012 tributen según el tipo del 10% por las cantidades afloradas" o que se establezcan "garantías para que todos los hogares puedan mantener unas condiciones adecuadas de temperatura y demás servicios energéticos esenciales", sin cortes de luz.
Se llaman proposiciones no de ley o mociones y son acuerdos políticos, en su mayoría mandatos del poder legislativo al Gobierno y muchas veces contra su criterio y el del grupo popular, que no tiene mayoría en la cámara baja. En esta legislatura se han presentado un total de 1506 de estas iniciativas. En pleno se han aprobado 11, según consta en la web de la institución.
Todas estas medidas no tienen asegurada ninguna consecuencia práctica. A menudo son ignoradas por el Gobierno, que argumenta que se trata de declaraciones poco menos que simbólicas que, a diferencia de las proposiciones de ley, no obligan al Ejecutivo en lo que no quiera. Es decir, que el Congreso, la única institución elegida de forma directa por los ciudadanos, estudia, debate y aprueba iniciativas que en realidad no tienen ninguna consecuencia práctica. Desde derechos de minorías a la legislación laboral, pasando por la política exterior o la atención a los refugiados, fruto de uno de estos textos.
Las PNL, el 'cielo' de las buenas intenciones
Una iniciativa (proposición de ley, en este caso) del PNV busca acabar con este sendero hacia la indiferencia empedrado con páginas y páginas de textos y enmiendas. En ella se recuerda que "una de las funciones primordiales de todo parlamento es la del control del ejecutivo junto a la de impulso de la acción política. Con el actual reglamento [del Congreso] es imposible constatar si el Gobierno toma en cuenta los mandatos no legislativos del Parlamento".
Por ese motivo, la propuesta firmada por su portavoz, Aitor Esteban, pretende que dos veces al año el Gobierno remita "un informe detallado" sobre el grado de cumplimiento de las medidas aprobadas en el período de sesiones anterior y que un miembro del Ejecutivo rinda cuentas y responda a las preguntas de los diputados.
"Como no son leyes, el Gobierno hace muchas veces como que esas medidas no existen", explica el diputado en conversación con este periódico. "El Gobierno tiene una obligación moral y política de obedecer los mandatos de esta cámara", lamenta.
La proposición del PNV pretende que, si el Gobierno no cumple, "al menos se le puedan sacar los colores y que le dé más vergüenza ignorar las mayorías de esta cámara", explica. El seguimiento y rendición de cuentas sobre este tipo de iniciativas no legislativas "ya existe en otros parlamentos" como el vasco, según Esteban, donde un cargo del Ejecutivo vasco, homólogo del secretario de Estado de relación con las Cortes (José Luis Ayllón) remite y explica un informe sobre el cumplimiento de cada medida.
Rajoy quiere cumplir sólo lo justo
En una sesión de control en noviembre, Rajoy avanzó que el Gobierno piensa "aplicar aquellas que sea obligatorio aplicar" y advirtió al Congreso de que no porque haya una mayoría en la cámara (el único poder elegido directamente por el voto ciudadano), el Gobierno tiene que cumplirlo. Quien quiera que una mayoría en el Congreso tenga consecuencias, que presente una proposición de ley, vino a decir. Y que no se exceda de las competencias que la Constitución marca para cada poder.
Sin embargo, la confusión para los ciudadanos es notable en algunas ocasiones, ya que los partidos que sacan adelante estas iniciativas reivindican el mensaje político. Además, algunos temas son de una gran importancia o suponen un revés para el Ejecutivo.
Es el caso de la derogación de la reforma laboral. La iniciativa evidenció la soledad del Gobierno y fue difundida por los medios de comunicación, entre ellos este. Pero el texto no tendrá consecuencias.