Pablo Iglesias e Íñigo Errejón están hablando sobre cómo se repartirá el poder en Podemos. A priori, el secretario general dispone de todos los resortes para organizar a su antojo la nueva Ejecutiva. Y parece evidente que su hasta ahora número dos perderá sus poderes en la formación. Sin embargo, el suspense continuará hasta este sábado, 18 de febrero, cuando se reunirá por primera vez el Consejo Ciudadano Estatal salido de la segunda Asamblea Ciudadana, conocida como Vistalegre 2. 

Errejón ocupa su escaño en el Congreso a la espera de que se tome una decisión sobre su cargo.

Este martes en el Congreso los dos líderes de Podemos escenificaban su unidad entrando juntos al hemiciclo para asistir al Pleno. Con caras sonrientes y cierta complicidad, ambos echaban balones fuera, restaban importancia a su enfrentamiento de Vistalegre 2 y coincidían en señalar que las decisiones clave sobre el futuro de Podemos se sabrán en la citada reunión del Consejo Ciudadano. Ambos están negociando, pero han llegado a una suerte de pacto de silencio para no debatir sobre estos asuntos públicamente.  

En el cónclave del sábado, Iglesias y los suyos sacarán adelante la nueva composición del Consejo de Coordinación (ejecutiva que controla el partido día a día). Se espera que desaparezca la Secretaría Política, que hasta ahora ha dirigido Errejón. Además, el Consejo Ciudadano tiene potestad para decidir si el perdedor de Vistalegre 2 sigue o no como portavoz parlamentario de Unidos Podemos. Y parece evidente que Irene Montero sustituirá a quien aún ostenta ese cargo.  

Pide el 40% de la ejecutiva

Pese a esa suerte de pacto de silencio, Errejón adelantaba este martes que quiere que la corriente que lidera tenga un 40% de la ejecutiva de Podemos que diseñará Iglesias. El hasta ahora número dos del partido de los círculos recordaba que antes de Vistalegre 2 ya "defendía que la ejecutiva tenía que reflejar los equilibrios de la dirección". Es decir, la presencia en el Consejo de Coordinación (ejecutiva) debería ser equivalente a la del Consejo Ciudadano Estatal (máximo órgano entre congresos). Y fijaba ese reparto en "un 40% y 60%".

En otras palabras, Errejón cree que él mismo y sus afines deberían ocupar el 40% de los puestos de la ejecutiva, por un 60% que debería ser para Iglesias y los suyos. La hoja de ruta organizativa propuesta por Iglesias y aprobada mayoritariamente por las bases estipula que el Consejo de Coordinación (ejecutiva) estará formado por "entre diez y veinte personas" designadas por el Consejo Ciudadano, donde el control es para Iglesias (37 de 62 consejeros).

"SERÍA UN HONOR SEGUIR" 

En ese sentido, el hasta ahora portavoz parlamentario del partido morado aseguraba este martes que "sería un honor" seguir en este puesto en el Congreso y ha remarcado que aceptará "si Pablo elige a otros compañeros "que lo puedan hacer mejor". Pero ha insistido una y otra vez en que siempre habló de "asumir las consecuencias" de "defender mis ideas". O sea, cuando dio el paso de enfrentarse a Iglesias asumió que podría pagar por ello. Tras su derrota en Vistalegre, parece evidente que sufrirá esas consecuencias. 

Como publicó este diario el pasado lunes, la opción más probable es que Iglesias decida sustituir a Errejón por Irene Montero al frente de la portavocía en el Congreso. La estrategia del hasta ahora secretario político y portavoz parlamentario consiste en esperar acontecimientos para ver si él y sus afines son laminados por Iglesias. En este sentido, Errejón insistía en que "no es el momento para dar un paso atrás, sino de darlo adelante". 

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