Pedro Sánchez busca que Patxi López retire su candidatura para enfrentarse con la mayor fortaleza posible ante Susana Díaz en las primarias por el liderazgo del PSOE. Según han confirmado fuentes de los dos aspirantes, la intención de Sánchez es tratar de evitar que López llegue a presentar los alrededor de 9.000 avales necesarios para adquirir la condición formal de candidato. Después de ese momento, retirarse sería más difícil. Para ese fin, Sánchez está teniendo contactos con la órbita de su rival, que hasta hace poco era la suya propia en Ferraz. La naturaleza de esas conversaciones se describe de forma diametralmente opuesta dependiendo de quién dé su versión.
Para el equipo de Sánchez, es evidente que su campaña tiene muchísima más fuerza que la del diputado vasco, por lo que la renuncia de López a competir por el liderazgo es sólo una cuestión de tiempo. La masiva afluencia a los actos del ex secretario general, el último esta semana en Madrid, la destacada presencia en las redes sociales de sus seguidores y su determinación en llegar hasta el final hará que, tarde o temprano, varios de los dirigentes territoriales que apoyan a López vuelvan a arropar a Sánchez, según su equipo. "Pedro es el candidato de las bases y Patxi no tiene indios. Está pinchando allá donde va. La mayoría de sus barones se dará cuenta de que no pueden ir contra su propia gente que nos apoya si quieren sobrevivir después de las primarias, porque Patxi no va a quedar ni primero ni segundo", explican desde el círculo de confianza de Sánchez.
Presiones y filtraciones
El equipo de Patxi López lo ve de otro modo y describe tanto presiones como filtraciones interesadas para que se extienda la percepción de que el pánico se ha adueñado de la candidatura. En ese sentido, fuentes de la campaña del exlehendakari aseguran que el entorno más cercano Sánchez se puso en contacto con Óscar López, jefe de campaña rival, para tratar de recuperarlo para su causa, pero el senador socialista rechazó incluso quedar con él para comer o tomar un café. Tras la publicación de este artículo, el ex secretario general ha manifestado a este diario que es "sencillamente mentira" que él haya propuesto "tomar café e intentarle fichar".
Con quien sí se vio Sánchez fue con el diputado Rafael Simancas, otro de los apoyos de López. Quedaron a comer el martes en un encuentro promovido por José Félix Tezanos, amigo de Simancas y redactor del programa de Sánchez. Según fuentes cercanas al ex secretario general, Simancas "pidió el indulto" y regresar a su entorno. El equipo de López tiene otra versión. "Se ha dado cuenta de que no puede presentarse arropado más que por [las diputadas] Zaida Cantera o Mariluz Martínez Seijo y busca camelarnos con llamadas y mensajes. ¿Ha habido intentos? Sí. ¿Han funcionado? Ninguno", explican. La comida con Simancas ha trascendido para crear dudas sobre la determinación de Patxi López y los suyos, según ellos.
López y Sánchez: sólo puede quedar uno
La estrategia de Sánchez es sencilla y pasa por asfixiar las expectativas de López. Seguirá su esfuerzo de movilización para protagonizar cuantos más actos masivos, mejor. Al mismo tiempo, el exlíder está sondeando a algunos referentes del partido que ven con escepticismo a Susana Díaz o que están enfrentados a algunos de sus apoyos.
Es el caso de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, con el que Sánchez comió la semana pasada en el parador de Oropesa (Toledo), una reunión desvelada por ABC y confirmada por este diario. Su intención es aglutinar a todos los que están contra Susana Díaz y, en este caso, a pesar de que el expresidente de la Junta de Extremadura ha sido muy crítico con él, es mayor su aversión a su sucesor, Guillermo Fernández Vara, fiel apoyo de la líder andaluza. Sánchez ha sondeado a otros dirigentes, que de momento dudan acerca de mostrar su apoyo público. En algún caso, la presentación del programa del exlíder ha avivado sus temores.
"Patxi se equivocó", explica una fuente del estricto círculo de confianza de Sánchez. "Tiene que reflexionar", añade. Según sus tesis, López tendrá un mal resultado, pero podría ser suficiente para evitar que Sánchez se imponga frente a Díaz.
Apaño depende de con quién
El diputado vasco repite todos los días que llegará hasta el final y que los militantes del PSOE podrán votar por él en las primarias. Al día siguiente, buscará la unidad con quien gane, en caso de no ser él. Pero desde su entorno se subraya la "hipocresía" del candidato rival. "Dicen que están contra los apaños y contra los pactos en despachos. Que nuestra candidatura es casi un invento de Susana. Si nos retirásemos para pactar con Susana, estaría fatal, pero si lo hiciésemos para pactar con él, sería perfecto. Todo no vale y, además, se les olvida lo más importante: vamos en serio", explican.
El equipo de López resta importancia a la gran afluencia a los actos de Sánchez. "En nuestros actos también hay gente, pero la diferencia es que cuando acaban, los militantes se van convencidos. Patxi se queda a hablar con ellos, a veces durante horas, en vez de irse como si fuera un César tras dar su discurso. Nuestro trabajo es de fondo", explican.
Desde la órbita de la presidenta andaluza se asiste no sin cierta satisfacción a estas presiones entre dirigentes y candidatos que hasta hace poco más de un mes formaban parte de un mismo equipo. Díaz considera que su campaña apenas tiene fisuras y que esa cohesión interna amplificará sus apoyos una vez se anuncie formalmente la candidatura.