Un mes de sanchezmanía: alarma en el aparato por su poder de convocatoria
Apela directamente a los militantes, sin apoyo de referentes, sin líderes regionales, sin ruedas de prensa. Sin intermediarios.
27 febrero, 2017 01:57Noticias relacionadas
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Por cómo es recibido, hay momentos en los que los mítines de Pedro Sánchez parecen conciertos de una estrella del rock. Eso así, todos suelen acabar con un clásico: la Internacional. El acto de este domingo, en Aldeanueva de Ebro (La Rioja) contó con un bis ofrecido por la organización: Puedes llegar. Se trata de un tema de Gloria Estefan para los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, interpretado por Julio Iglesias y Plácido Domingo, entre otros. Comenzó a sonar tras el himno proletario y mientras el aspirante a la secretaría general del PSOE daba besos y se hacía selfies con sus fans, muchos de ellos talluditos. Algunos fragmentos de la letra no tienen desperdicio:
Puedes llegar, lejos /
a las estrellas alcanzar /
Y puedes volar, alto /
sobre las alas de la fe /
sin más temores por vencer /
Hay días que pasan a la Historia.
A la localidad, a 65 kilómetros de Logroño, se la conoce como "la de las tres mentiras". Ni es aldea, ni es nueva ni por ella pasa el río Ebro.
Cientos de personas acudieron a su llamada de domingo a mediodía. "Más de 600", según la organización. La cifra equivale a uno de cada cuatro habitantes del pueblo. Según el último censo, hecho público por Ferraz hace un año, La Rioja es una región en la que hay1.120 militantes socialistas. Si todos los asistentes tuviesen en el bolsillo el carné del partido, se habrían congregado más de la mitad de todos los militantes de la comunidad. Todo ello a pesar de que el secretario general es César Luena, hoy uno de los principales aliados de Patxi López.
De la necesidad, virtud
En los actos de Sánchez hay muchas personas que no son militantes, pero sólo los afiliados pueden votar en las primarias que en mayo pondrán fin a siete meses sin líder del PSOE. A los a veces minúsculos pueblos donde Sánchez congrega a cientos de personas, un número considerable llega en autobús. Es lo primero que denuncian los rivales del ex secretario general, ya sea en la Gestora, en el entorno de Susana Díaz, más que probable candidata, o en el de Patxi López. Pero la lista de detractores de Sánchez es interminable. No cuenta con el apoyo de ningún presidente autonómico socialista, ni con ningún secretario general regional, a excepción de la de Navarra, María Chivite. Ninguno de los cuatro antiguos líderes del PSOE está con él.
En su primer mes de precampaña desde que el 28 de enero anunció su candidatura en Dos Hermanas (Sevilla), Sánchez ha hecho de la necesidad, virtud. Puede que no le apoye casi ningún líder en el partido, ya sea actual o pasado, pero cada foto con pabellones atestados o plazas que desbordan el aforo prueba, según su equipo, que con él está la militancia. Y si las bases están con él, el aparato del partido no está con las bases, a pesar de que se deban a ellas. Si a eso se suman sus continuas referencias a un PSOE de izquierdas, azote del neoliberalismo y que critica que los actuales gestores lo han colocado en una situación de dependencia del PP, el aparato ya no sólo no representa bien a la militancia sino que está envuelto en un barniz de conservadurismo.
Una campaña sin intermediarios
La campaña de Sánchez basa parte de sus mensajes en la ausencia de intermediarios o niveles intermedios. No cuentan el aparato del partido, los grandes actores económicos ni los medios. Pretende conectar directamente con las bases sirviéndose de los discursos que lee en sus mítines y las redes sociales.
A los alrededor de 180.000 afiliados les concede una importancia trascendental como fuente de legitimidad, ya sea a través de las primarias para el liderazgo o de consultas puntuales sobre los asuntos más importantes. Se presenta como un secretario general purgado por el aparato. Como un ex diputado que renunció a su acta por principios para no abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy y no desacatar la orden de hacerlo del Comité Federal. Como un líder nuevo que ha aprendido de sus errores.
La prensa cubre los actos de Sánchez, pero él no se acerca a los medios de comunicación. Desde el día después de la investidura de Mariano Rajoy, sólo ha concedido una entrevista, a 20 Minutos, que llevaba meses comprometida, según su equipo. No ofrece una rueda de prensa desde el 26 de septiembre, el día después de las elecciones vascas y gallegas. Mientras, Patxi López concede varias entrevistas por semana. Susana Díaz, alguna menos y en formatos a menudo poco arriesgados, pero comparece con frecuencia ante los medios en ruedas de prensa o encuentros breves antes o después de algún acto, muchas veces de carácter institucional.
Una campaña de 'outsider'
Un mes tras su anuncio, Pedro Sánchez se presenta como un outsider, como un candidato al margen del sistema, por primera vez en su trayectoria política. Y entre aquellos a los que ignora ha calado el temor a que su campaña funcione. Tanto, que ha hecho que algunos de los partidarios de Díaz hayan comenzado a meterle prisa para que salga a hacerle frente y no le deje a él (y, en menor medida, a Patxi López), todo el protagonismo.
Su anclaje entre la militancia sigue siendo un misterio. No se han publicado encuestas entre militantes. Las que hay preguntan a votantes, como las publicadas por EL ESPAÑOL, y lo sitúan en cabeza. Su equipo calcula que un 60% de los militantes socialistas con presencia en redes sociales le apoya (frente a un 30% en favor de Díaz y un 10% que está con López). Pero el entorno de López asegura que "un 85% de los militantes no se implica públicamente de ninguna forma antes de ir a votar", por lo que la afluencia en los actos de Sánchez y su presencia en redes no es, ni mucho menos, representativa de lo que ocurrirá en mayo.
Por otra parte, Díaz aún no ha hecho su anuncio y faltan alrededor de tres meses para el día de la votación. Sólo el tiempo dirá si la izquierda "que hace posible lo imposible", según aventuró Sánchez este domingo en Aldeanueva de Ebro, se alza con la victoria.