El PP ve con buenos ojos la propuesta del PSOE de reformar el artículo 99 de la Constitución para impedir un bloqueo en la elección del presidente del Gobierno por el Parlamento. Los dos partidos, que esperan contar con el apoyo de otros grupos como Ciudadanos y el PNV, negociarán los detalles de esta modificación en el último trimestre del año con el objetivo de aprobarla al final de la legislatura.
El PSOE llevará la propuesta al congreso federal del partido en junio, donde espera que salga adelante por amplia mayoría. El documento, cuyo contenido adelantó El País hace unas semanas, se inspira en los modelos autonómicos del País Vasco y Asturias. La propuesta todavía debe pasar los filtros del Comité Federal y las enmiendas de las agrupaciones.
El liderazgo del PSOE todavía está en el aire y las prioridades de uno u otro secretario general son susceptibles de cambiar. Pero hasta el momento, PP y PSOE han firmado acuerdos importantes desde la investidura de Rajoy. Los socialistas apoyaron el techo de gasto y la subida de impuestos a cambio de una subida del 8% del salario mínimo interprofesional.
No incluir limitación de mandatos
El PP rechazó la semana pasada abordar la limitación de mandatos y la supresión de los aforamientos al considerar que requiere una reforma de la Constitución difícil de aprobar hoy por hoy. Pero los populares creen que hay más consenso en torno al artículo 99, uno de los más revisados por los expertos durante el pasado año en funciones y las investiduras de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy.
El PSOE quiere evitar que la ausencia de mayoría simple en el Congreso desemboque necesariamente en elecciones como ocurrió tras el resultado del 2015. La amenaza de una tercera cita con las urnas provocó la mayor crisis socialista de su historia reciente al optar por forzar la dimisión de Sánchez y después abstenerse.
La idea es mantener la necesidad de mayoría absoluta en primera votación y simple en segunda. Pero a partir de la tercera establecer un mecanismo similar al vasco en el que sólo se pueda votar sí, en blanco o abstención. Incluso, como ocurre en la elección de la presidente del Cámara, que se elija entre dos candidatos y sin voto en contra.
La reforma pretende fijar también plazos concretos para someterse a la investidura una vez que el rey designe candidato. Tras las elecciones del 26-J, Rajoy aceptó el encargo del monarca pero tardó más de un mes en someterse a la votación del Congreso.
Convencer al resto
Además del PP, el PSOE también cree poder convencer a Ciudadanos, PNV e incluso Podemos. El partido naranja quiere hablar con el Grupo Socialista de las reformas de regeneración -limitación de mandatos y aforamientos- que el PP metió en el congelador. Pero el PSOE es partidario de centrarse en la reforma del 99 y no abrir demasiados melones al mismo tiempo.
La voluntad del PNV también es favorable, al inspirarse su reforma en el Estatuto vasco. Esta reforma de la Constitución necesitaría un respaldo de la mayoría reforzada de los dos Cámaras -los tres quintos del Congreso y el Senado- para su aprobación. En los 15 días posteriores a la aprobación, un 10% de diputados o senadores puede exigir la convocatoria de un referéndum vinculante.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha advertido que no dudará en usar esta facultad. Podemos tiene 71 escaños. Otra opción es que esta reforma se apruebe inmediatamente antes de disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones.
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