Nadie lo dice en público. Pero internamente el cisma de Podemos no cesa. La actitud de Íñigo Errejón y sus afines tras la denuncia de la Asociación de Periodistas de Madrid (APM) ha desatado las suspicacias en el partido de los círculos. Entre los afines a Pablo Iglesias señalan que es llamativo el silencio del exsecretario político y de sus más estrechos colaboradores sobre esta cuestión. Entretanto, el líder de Podemos reclamaba este martes a la asociación periodística que presente pruebas de las "amenazas" ante los tribunales.
Pasada la tormenta de Vistalegre 2, las heridas no se han cerrado del todo en Podemos, ni mucho menos. Y polémicas como la de las últimas horas acerca de la relación entre el partido y los medios de comunicación evidencian que la división interna continúa. A raíz del comunicado de la APM que recoge la denuncia de una decena de periodistas, en Podemos se han desatado las acusaciones veladas entre unos y otros.
Sin tuits ni comentarios
No se trata de acusar a Errejón y su equipo de lo sucedido. Pero sí de señalar y remarcar su actitud de las últimas horas. Fuentes consultadas por este diario destacan como un hecho "llamativo" que el exnúmero dos de Podemos no se haya pronunciado en las redes sociales acerca de la polémica. Lo cierto es que ni él ni sus más estrechos colaboradores o miembros de su lista en Vistalegre 2 han entrado a valorar lo sucedido.
Fuentes del entorno de Errejón restan importancia a este hecho, niegan cualquier tipo de relación con la denuncia de periodistas a la APM y explican que el exsecretario político no ha hecho declaraciones sobre este tema pero tampoco ha hablado sobre otras cuestiones de actualidad.
Para algunos miembros de Podemos otro hecho destacado es que el comunicado de la APM que ampara a una decena de periodistas señala a Iglesias y su equipo, no a todos los miembros del partido morado. En concreto, el texto de la asociación se refiere a "un grupo de periodistas que se sienten acosados y presionados por el equipo directivo de Podemos, encabezado por Pablo Iglesias, así como por personas próximas a ese círculo".
"Que presenten pruebas en los tribunales"
Problemas internos aparte, este martes el propio Iglesias salía al paso de la polémica sobre el presunto acoso de Podemos a los periodistas. En sus primeras declaraciones acerca de esta cuestión, el secretario general de Podemos retaba a la APM a demostrar en los tribunales las amenazas a informadores por parte de su formación. Igualmente, animaba a los informadores que se sientan acosados a judicializar el caso.
Justo antes de entrar en el hemiciclo del Congreso de los Diputados para el pleno, Iglesias rompía su silencio sobre las supuestas presiones de Podemos a periodistas. Primero manifestaba su "extrañeza" ante las acusaciones. Después, aseguraba que dichas acusaciones no son ciertas. "Quien hable de amenazas habla de delitos y tendría que poner esa información en manos de un tribunal. Lo que hay que hacer es presentar pruebas", agregaba.
En esa misma línea, la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Irene Montero, negaba que esas amenazas se hayan producido. En una tensa rueda de prensa en la que tuvo que contestar una y otra vez sobre este asunto, la número dos de Podemos negaba la mayor -"por supuesto que no ha ocurrido"- y afirmaba que "hay compañeros de profesión que ayer se llevaban las manos a la cabeza con el comunicado". Y aprovechaba para proponer que se abra el debate en España sobre las presiones que reciben los periodistas por parte de los dueños y los editores de los medios.
PP y PSOE, a la carga
Quienes siguen atacando a Podemos a raíz del comunicado de la APM son el resto de grandes partidos. Este martes, el PP y el PSOE volvían a coincidir en sus críticas al partido de los círculos. El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, acusaba a Iglesias y los suyos de tener "tics totalitarios" propios de "regímenes dictatoriales" como Cuba o Venezuela y también de "la izquierda abertzale de los tiempos duros". Y el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, exigía "menos amenazas y más respeto" a los profesionales de la comunicación y a la libertad de expresión.